Capitulo 4

1K 80 0
                                    

Narra Sheila

Estaba haciendo mi trabajo, y abrí un cajón para poder sacar algunas piezas de las armas que se rompían y así poder arreglarlas y que vuelvan a su uso cotidiano. Me había olvidado que tenía una foto de Valeria ahí, la mire por unos segundos y después cerré el cajón. Mientras estaba limpiando una de las armas sentí una respiración sobre mi, me di vuelta rápidamente, asustada.

-Lo siento, no quería asustarte..-

-Esta bien, no te preocupes. Puedes ayudarme, si quieres.-

-Claro, dime que hacer.-

- Primero, revisas si las armas tienen algún fallo, si el gatillo no funciona, el seguro se traba o cosas por el estilo. Luego, las limpias, hay un trapo en el cajón que está de tu lado, las recargas y luego las pones en aquella mesa.-

-Esta bien.-  Después de explicarle lo que debía hacer busque una silla para que se sentara junto a mi, nos sentamos y comenzamos a hacer el trabajo.

Estuvimos unas horas ahí, estaba demasiado cansada como para seguir, y parecía que Valeria también, se tiró para atrás en la silla mientras peinaba su pelo con las manos, yo solo la observaba, viendo cómo su musculosa se elevaba un poco dejando ver una pequeña parte de su abdomen, sentí su mirada sobre mi, aunque yo seguía observando su abdomen, subí mi mirada a sus ojos, y me di cuenta por fin de lo que había hecho.

-Lo siento..- Me levante y me fui, dejándola sola ahí, no tenía sueño, así que quise estar un rato fuera. Fui al árbol de siempre, el árbol donde iba a despejar mi mente cada que me sentía asfixiada.

Me senté ahí, aun estaba la rama que afile el otro día, la agarre, y la afile aún más, era placentero ver cómo las capas de madera iban cayendo al pasto cada que pasaba mi navaja sobre el. Suspire, para "sacar los malos aires" según mi abuela, cuando suspiras, dejas que el buen aire entre y el aire malo o el aire tóxico salga, llevándose todo el estrés y el sufrimiento que vivimos día a día, la extraño mucho.

Ya estaba empezando a tener frío, así que fui a mi habitación para poder descansar. Al entrar, Valeria ya estaba acostada aunque no estaba dormida, pase por su lado y me quite el pantalón de cargo para quedar solo con mi musculosa, deje mi arma sobre la mesita de luz, y me acosté apague la luz y me tape.

-Buenas noches.- Dije tratando de ser lo más cortante posible, ni yo sabia porque estaba siendo así con ella, pero solo quiero dormir.

Narra Valeria

Estaba haciendo las tareas con Sheila, en un momento más dos paramos un rato, una parte de mi abdomen quedo al aire cuando mi musculosa se levanto, y ella se me quedo mirando, al darse cuenta que la estaba mirando me pidió disculpas y se fue dejándome sola ahí, acomode un par de cosas y me fui a la habitación, me acosté pero no me dormí, me quede esperando a Sheila un rato para ver si volvía, escuché como se abría la puerta, era ella, se quitó el pantalón y se acostó en su cama, me dio las buenas noches y se tapó. Me le quede mirando un rato, me acomode en la cama y apague la lampara de mi mesita de luz y me tape, no sabía porque ella estaba tan cortante conmigo, no le había hecho nada, me dormí al poco tiempo mientras pensaba en todo, odiaba cuando pienso antes de dormir, no me deja relajarme.

(5 horas después)

Eran las 7 de la mañana, Sheila seguía dormida, pero escuche algunos disparos, me vestí y tomé mi arma, desperté a Sheila, hizo lo mismo que yo y salimos de la habitación habían entrado enemigos al cuartel,  parece que ya habían matado a todos, pero había un hijo de puta que seguía vivo en el piso, estaba herido, y no me había dado cuenta que estaba vivo, hasta que me disparo, me desmayé, todo se volvió negro, y lo último que vi fue a Sheila sosteniéndome en sus brazos, sollozando.

Narra Sheila

Le habían disparado a Valeria, me quede en shock por un par de segundos, hasta que me arrodille y sostuve a Valeria sobre mis brazos, sentí como lagrimas caían de mis ojos y reaccioné.

-¡Traigan a una enfermera! ¡Rápido por favor! ¡Está muriendo!-  Grite como pude, las lágrimas no paraban de salir, trajeron una camilla y se llevaron a Valeria en ella, los acompañe hasta la habitación donde estaría ella, me dijeron que debía salir, necesitaban sacar la bala e iba a ser una imagen muy impresionante para ver. Salí, y me quede esperando fuera, tal vez estuve segundos, tal vez minutos, o tal vez horas mirando el piso con mi cabeza entre mis manos, preocupada, preocupada por qué todo salga bien, preocupada por que salga viva, preocupada porque me deje sola, preocupada por ella, por Valeria. La enfermera salió, y me miro, yo me paré rápidamente sin quitarle la mirada de encima, esperando que hablara.

-Ella está bien, pudimos retirar la bala, ella tuvo suerte, la bala estaba a menos de 5cm de tocar el corazón, ella podría haber muerto. Estará un par de días en reposo, cuando veamos que se recuperó, le daremos el alta, podrá venir a verla cuando quiera, le avisaremos cuando despierte.-

-Muchísimas gracias, doctora. Se lo agradezco.- Me fui del lugar, estaba mas tranquila. Busque a Alejandro, necesitaba abrazarlo, cuando lo encontré me miro con cara de preocupación, lo abrase  y comencé a llorar.

-Todo salió bien, ¿Verdad?-

Asentí, me seque las lagrimas como pude y lo mire.

-¿Y por qué lloras?-

-Tuve miedo, Alejandro. Tuve miedo de que muriera, tuve miedo de perderla...-

-Tranquila, ella está bien, ya pasó todo, el imbecil ya tuvo su merecido.-

-Gracias..- dije mientras sonreí a medias. Fui a mi habitación, me senté sobre la cama de Valeria las sabanas tenían su olor, sus prendas de vestir estaban sobre la mesa, me acosté sobre la cama, y me dormí mientras lloraba.

-Tu y yo contra el mundo- Valeria Garza x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora