Estábamos en las camionetas, el hombre iba atrás con Ghost y Alejandro, quienes lo tenían a punta de pistola. Yo iba como copiloto y Price manejaba, doblábamos en todas las esquinas que el hombre nos decía. Cada vez nos acercábamos más al lugar, los caminos eran turbios y llenos de gente con armas que nos observaban de cerca.
-Es aquí.- El hombre apuntó un viejo edificio, donde había varios hombres armados cuidando la entrada. Bajaron, pero yo me quede un poco más en la camioneta.
-Llegas a traicionarnos, y te juro que voy a sacarte los órganos y voy a hacer que te los comas.- Le dije al hombre antes de salir de la camioneta. El solo asintió con la cabeza, Ghost se quedó con el, para vigilar que no se escapara., Price, Alejandro y yo bajamos.
-¿Quienes son ustedes?-
-Vuestra puta pesadilla- dije con una sonrisa en el rostro Alejandro y Price dejaron inconscientes a los dos hombres que cuidaban la entrada en pocos minutos, entramos lo más rápido y lo más silencioso posible.
Había varios hombres dentro del lugar, sigilosamente me acerqué a uno de ellos, enredé uno de mis brazos al rededor de su cuello mientras el estaba de espaldas, haciendo presión en su garganta, dejándolo sin aire, haciendo que se desmaye.
Mientras que Alejandro y Price hacían lo mismo con los otros hombres que vigilaban el lugar. Subimos unas escaleras bastante grandes, el lugar estaba en ruinas, parecía que en cualquier momento se iría abajo.
Al subir las escaleras, nos encontramos con 3 habitaciones, nos separamos, Alejandro fue a la habitación de la derecha, Price a la izquierda y yo a la del medio. Abrí sigilosamente la puerta, encontrándome con Sheila semidesnuda, esposada a la pared, tenía varias cicatrices hechas por elementos filosos y otros rasguños que podrían haber sido por látigos.
Había señales de que había sigo brutalmente golpeada, sus muñecas y tobillos estaban lastimados por el metal de las esposas.
Sentí un nudo en el estómago y las lagrimas suplicaban por salir, las reprimí y me escondí detrás de una mesa para no ser vista por el hombre que le pedía que hablara.
-Donde está tu cuartel?- le
preguntó el hombre.- No te dire nada hijo de puta! Torturame todo lo que quieras, pero nunca voy a traicionar a mi gente!- Respondió Sheila con un nudo en la garganta, hablaba como podía, estaba devastada y muy lastimada.
-Si no hablas, haré que mis hombres la violen enfrente de ti, haré que la torturen de las formas más dolorosas que existan en la tortura! Y luego seguirás tu.- Salí un poco de mi escondite, permitiendo que Sheila me vea.
-¡Si no es que ella te mata primero!- Rio en forma de burla, el hombre se quedó en su lugar, mirándola con furia, la golpeó y ahí me dieron ganas de matarlo más de las que ya tenía. Me acerqué a él, poniendo una pistola en su cabeza.
-Arroja tu arma lejos y arrodíllate.- el hombre tiro la pistola y levanto las manos. - Alejandro! Price! Tengo al cabron!-
Los dos entraron dándole una patada a la puerta, estaban llenos de sangre, aunque parecía no ser de ellos, estaban heridos en varios lugares.
Lo tomaron de los brazos y yo fui a sacar a Sheila de donde estaba, busqué en los bolsillos del hombre la llave, cuando la encontré corrí hacia Sheila, despose primero sus tobillos y luego sus manos, la ayude a levantarse, su cuerpo además de estar herido, ya se había acostumbrado a estar en la misma posición por mucho tiempo.
La ayude a caminar un poco, e hice que se sentara en una silla que estaba cerca, busqué ropa en los armarios que estaban en la habitación, en una bolsa estaba su ropa y la ayude a ponérsela, con las botas tuve cuidado para que no tocara las lastimaduras de los tobillos. Cuando estaba completamente vestida, enredé su brazo sobre mi cuello, para que se sujetara y pudiera caminar.
Salí de la habitación, dejando que Alejandro y Price se encargaran del "Santo Diablo". Ayude a Sheila caminar hasta la camioneta, me subí en el asiento del copiloto, dejando que Sheila se sentara en mis piernas, no había lugar en la camioneta. Ghost se pasó al asiento del piloto, Alejandro y Price subieron corriendo a la camioneta.
-Arranca! Arranca!- Grito Alejandro y Ghost piso el acelerador a fondo, de fondo vimos cómo el edificio explotaba y se derrumbaba por completo. Vi por el retrovisor a Alejandro quien sonreía, yo negué con la cabeza sonriendo, Sheila se había dormido sobre mis piernas, ocultando su rostro en mi cuello mientras a la vez se sujetaba de él.
- ¡El santo diablo se fue al diablo!- Reímos ante el comentario de Alejandro.- El alma me había vuelto al cuerpo. No podía imaginarme lo que le podía haber pasado a Sheila si llegábamos más tarde.
Acaricié su cabeza como pude ya que mi brazo estaba sujetándola. Miraba por la ventanilla, sintiendo paz, sintiendo tranquilidad. Ya estaba oscureciendo, y la luz del atardecer iluminaba escasamente el camino.
Alejandro y Price venían todo el camino cantando canciones de My Little Pony, y yo me les unía a cada rato, la paciencia de Ghost se estaba acabando, pero trataba de no mandarnos al carajo, yo bromeaba con que cantara con nosotros cosa que obviamente no haria, o eso creía. De un momento a otro Ghost comenzó a murmurar la letra de la canción, yo me di unas palmadas en la pierna dándole señal de que cantara más fuerte.
"Until you All shared its magic with me
When I was young I was too
busy to make ante friends
Such silliness did not seem
Worth the effort it expends
But my little ponnies, you opened up my eyes
And now the truth is crystal clear, as splendid summer skies"De un momento a otro todos estábamos cantando My Little Pony, aunque no sabía cómo Sheila no se había despertado. Tal vez estaba tan cansada que se durmió profundo.
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-Tu y yo contra el mundo- Valeria Garza x Reader
Science Fiction-¿Quien carajos es ella, Alejandro?- Pregunto con tono fuerte la mujer que se encontraba sentada en aquella silla. -Su nombre es Sheila González, mejor conocida como "La Cobra". Viene con nosotros, Valeria.- Respondió mi compañero que se encontraba...