Prólogo

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Narrador

Al mediodía de un tranquilo y relajado día se escuchaba un incesante timbre de un teléfono en la agencia de detectives Mouri.

—¡Ho! ¿Puedes contestar el teléfono, papá? —pregunto en un tono de queja Ran, la ya conocida joven karateca saliendo de la cocina.

—Si, si. —respondió como si no fuera con él acercándose al teléfono como si no estuviera a pasos de este. Enseguida contestó. —¿Diga? Agencia de detectives Mouri.

—¿Eres el detective Mouri?

—Si, ¿que necesita? —preguntó Mouri con sospecha.

—He puesto una bomba.

—¿Qué? ¿Una bomba? —preguntó tontamente Kogoro, su cerebro al parecer estaba apagado.

Ante esas palabras su hija se acercó con extrañeza al oír semejantes palabras.

—Explotará exactamente a las 3:30 p.m. —le comentaron. —Si no quiere que ocurra una explosion, debe resolver un acertijo.

La expresión de Ran se distorsionó, pues estaba muy preocupada por las escasas palabras que escuchaba de su padre. —¡Idiota! —exclamó molesto levantándose de su silla golpeando la mesa con fuerza. —¡¿Crees que esto es un juego?! —grito furioso de nuevo. —¡¿Le informaré a la policía?!

Ante sus palabras el criminal se echó a reír lleno de burla.

—¡¿De qué se ríe?! —se quejó Mouri.

—Mire por la ventana. —la calmada voz del criminal, desconcertó al detective.

—¿La ventana? —pregunté este mismo desconcertado, mirando hacia atrás. —¿Qué quiere que vea? —se preguntó así mismo, mirando a los lados por su calle a su lado Ran lo acompañó.

Se extrañó al no ver absolutamente nada; sus sospechas de que era un juego incrementaron en su mente, hasta que un auto justo frente a ellos explotó, dejando estupefactos a ambos Mouri.

—No puede ser... —murmuró Ran impactada.

—Así que era cierto... —le siguió el padre, mirando con preocupación a los transausentes que corrían despavoridos por el fuego.

Así comenzaba un nuevo y el primer caso de que el Shinigami andante no estaba informado, un nuevo problema, una nueva lucha entre la vida y la muerte.

Detective Conan: El Undécimo delantero

Me llamo Shinichi Kudo, soy un detective y estudiante de preparatoria.

Cuando fui al parque de diversiones con mi amiga de la infancia Ran Mouri fui testigo de una misteriosa transacción hecha por unos hombres en negro, estaba tan concentrado observando, que no vi que uno de ellos estaba detrás de mi. Ese hombre me golpeó por la espalda y me hizo beber un extraño veneno, cuando desperté...

¡¡¡Mi cuerpo se había encogido...!!!

Si se supiera que aún me encuentro con vida, todos mis cercanos estarían en peligro pues la organización querría eliminarlos, siguiendo el consejo del Profesor Agasa. He decidido crearme una falsa identidad, ahora soy Conan Edogawa, vivo en casa de Ran junto a su padre que es detective, esto para lograr obtener más información sobre esa organización.

Para entender lo ocurrido y porque el detective minatura no estaba al tanto de lo que ocurría, volvamos en el tiempo.

—¿Por qué tarda tanto el profesor? —se quejó abiertamente Kojima, con una camisa rosa de rayas moradas con dos letras "D" y "B" en amarrillo, pantalones cortos blancos y zapatos negros; el uniforme de futobol de los Shonen Tantei.

—Es posible que haya olvidado su licencia de conducir. —comentó Mitsuhiko, recordando el cómo es el viejo doctor y su cuidador.

—Como de costumbre, ¿eh? —exclamó Ayumi riendo bajamente, recordando que eso siempre pasaba,

—¡Apúrense! ¡Quiero obtener algunos autógrafos! —gritó con fuerza Genta desde su lugar.

—Incluso nos dieron asientos en primera fila. —comentó Ayumi preguntando si llegarían tarde si tardan más.

—Todavía podemos ver a los jugadores de "J-League". —continuó Mitsuhiko, todos ya desesperados.

La Liga Nacional de Fútbol Japonés.

Ayumi, Genta y Mitsuhiko son mis amigos y compañeros de clase, con quienes iré a ver un partido de fútbol.

El profesor Agasa salió por fin de su casa, apresurado se le notaba un poco cansado, seguramente había volteado la casa para buscar las dichosas llaves.

—¡Ah! ¡Aquí está!

—¡Lo siento, lo siento! No encontraba mi licencia de conducir. —rió con diversión rascándose el cabello con nerviosismo.

—Como lo pensaba. —soltó un largo suspiró Ayumi.

Él es el Profesor Agasa y a mi lado está mi linda novia, Ai Haibara, ella era parte de la organización que me ha hecho encogerme.

—¿Qué estás murmurando? —me preguntó Mitsuhiko extrañado a punto de entrar en el auto, seguido de los demás.

—Si llegamos tarde al partido, no se lo perdonaré. —se quejó Ayumi haciendo un puchero luciendo bastante tierna.

—¡Si vamos ya! —exclamó Genta de forma activa.

El rejuvenecido estaba por entrar siguiendo a sus amigos, pero fue detenido por la mano de su novia.

—Espera... —susurró con suavidad, esperando que nadie la escuchará. —¿No te has olvidado de algo? —pregunto con diversión mirándolo de forma atrevida.

Este sonrió de inmediato y en rápido movimiento beso sus labios. —De despedida aunque nos vamos juntos.

Haibara resopló divertida. —Eso no. —afirmó tratando de no mostrar una sonrisa, que siempre se le escapa cuando está con él. —Lo otro de siempre.

—Ahh. —murmuró entendiendo a lo que se refería. —Esa otra cosa. —respondió riendo, al ver lo mal que escondía su sonrisa, para él era simplemente entretenido como su máscara siempre se rompía ante su presencia.

¡Aunque mi cuerpo se ha encogido aún tengo mi increíble capacidad detectivesca!

¡Siempre habrá una sola verdad!

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Bueno, no había podido publicar esto porque... no sabia como finalizar esta película; como saben mis finales son muy diferentes por lo tanto este no iba a ser excepción menos centrándose en vísperas de Navidad

Así que prepárense para esté nueva película y cuídense de los momentos cute porque no me responsabilizo de los gritos 

Undécimo delanteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora