Undécimo delantero

Capítulo 4: La bomba

Narrador

Los policías se pusieron en marcha, igual que Kogoro, como siempre precipitándose con deducciones; gracias a él terminaron en un parque, empezando a evacuar e inspeccionar el lugar.

Por otro lado, los Spirits anotaban un gol y con eso, iban empatados; la gente estaba eufórica y animada, victoriando por el próximo gol para que algún equipo gané.

Volviendo al parque no pudieron encontrar la bomba, poniendo aún más nerviosos a los policías, Kogoro y Ran. La última mencionada, estaba realmente preocupada por lo que estaba sucediendo así que decidió llamar a la única persona en la que podía confiar para solucionar este misterio.

Medio tiempo del partido

Conan

Fruncí el ceño desconcertado al ver una llamada de Ran.

—Tengo que ir al baño. —exclamé con rapidez, le di un vistazo a Haibara dando un claro mensaje: "Enseguida vuelvo" y con eso, me fui para saber que necesita mi amiga de la infancia de Shinichi.

Me escondí en el baño, saque el moño cambiador de voces y hable con Ran, la situación era muy delicada.

Lo pensé y me cuestioné hasta que me di cuenta, al ver a las mascotas de los equipos que jugaban.

¡La bomba estaba detrás del marcador!

Con eso en mente corrí a fuera por mi monopatín, necesitaba ver si mi hipótesis era correcta. Subí al estadio desde fuera, era muy peligroso lo que estaba haciendo así que fui con el mayor cuidado que podía.

Ai

Un extraño sonido muy conocido llegó a mis oídos como el sonido de un insecto, miré a todos lados buscando pero no encontré nada; siguiendo mi instinto miré hacia arriba, casi se me sale el corazón al ver a mi maldito novio en su monopatín pasando con rapidez por las vías del estadio.

¡¿Qué demonios anda haciendo ese imbécil?! —pensé molesta antes de marcharme sin que los niños me vieran.

Narrador

Desgraciadamente en un mal movimiento Shinichi se estrelló contra el metal quedando inconsciente, a su lado quedó su monopatín.

El timbre de su teléfono logró despertarlo después de unos segundos, mientras que Shiho estaba sumamente preocupada.

—Justo a tiempo, amor. —exclamó Conan adolorido dándose la vuelta, comprobando que sus músculos y sus huesos estén en perfecto estado.

—¿Estás bien? —preguntó de inmediato al escuchar su tono de voz.

—Digamos que me caí. —respondió riéndose mientras se levantaba al comprobar que estaba intacto.

—Shinichi...

—Estoy bien, tranquila. —susurró con suavidad tratando de calmarla.

Ella estaba aún preocupada pero intentó calmarse para que este se concentrará en lo que hacía. —¡¿Se puede saber qué haces allá arriba?! —reprochó molesta.

Kudo se echó a reír con diversión, pero en vez de responder hizo una pregunta. —¿Los niños te esperan?

—Si. —respondió de inmediato, sabiendo que debe haber algo detrás de su pregunta. —Pero no te preocupes por ellos, deben estar eufóricos con el partido como para prestar atención de que me fui.

Edogawa le dio la razón, por lo que enseguida le explicó la situación.

....

—¡¿Qué?! ¿Una bomba? —exclamó alarmada Ai al escuchar sus sospechas.