Estado de cobardía

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-No es divertido -dice con dulce voz mientras traza círculos en el pecho del muchacho.

-¿Te refieres a mis bromas? -pregunta él sin atreverse a abrir sus ojos.

Ella ríe.

-No, aunque tampoco lo son.

-¿Entonces de qué hablas? -pide saber, al fin, abriendo sus ojos para mirar a la chica acostada junto a él.

-Lo que nos ocurre, Lucas -explica-. Podemos oír voces extrañas, vemos personas que no deberían estar ahí, ¿acaso te parece algo normal? ¿algo agradable?

-Solía gustarme hablar con Darcie en la madrugada -comenta.

-¿Y ahora? ¿todavía te gusta que este cerca?

Lucas suspira.

-Tranquilo, entiendo -dice antes de alejarse y levantarse de la cama.

Él se levanta de inmediato y la sigue, mientras ella camina hacía la sala.

Lucas oye un chillido y dirige su vista al sofá, donde una dulce Darcie lleva un cuchillo entre sus manos.

-Lilah...-comienza a decir-, creo que deberíamos salir un rato, ¿no te parece? Hay un agradable clima el día de hoy.

-¿Has enloquecido? -le pregunta ella.

Darcie le sonríe a Lucas, él nota que ella no parece haber envejecido los cuatro años desde que se veían en las ventanas.

La chica se levanta del sofá y camina hacía Lilah, quien no parece verla. La cubre con sus brazos y fija su mirada café en Lucas.

-No te atreverías -susurra.

Ella toma el cuchillo con fuerza y lo pasa por el cuello de Lilah, un solo movimiento antes de que la chica caiga al suelo inconsciente.

Entonces todo vuelve a ser la nada que siempre fue con Lilah. Todo se vuelve negro.

Y, en medio del vacío, aparecen dos imágenes ante los ojos de Lucas.

La primera imagen es de Darcie cuando era pequeña, con sus rizos castaños, y la segunda es de su hermana gemela.

Las imágenes cambian.

La primera sigue siendo Darcie, unos años mayor, y la segunda es su hermana con sus rizos teñidos de dorados.

Las imágenes vuelven a cambiar.

La primera es Darcie, tal y como Lucas la ve, y la segunda es una chica de negro y liso cabello.

De nuevo, las imágenes son reemplazadas por otras.

La primera no ha cambiado en nada, la segunda es Lilah, con su cabello gris.

-¿Puedes entender? -pregunta la voz al tiempo que otra imagen se presenta ante él.

Una pequeña Darcie corre por la casa y se detiene al hallar a otra niña, idéntica a ella, sollozando en silencio.

-Oye, Din-Din. Ven conmigo, Din-Din, ¿recuerdas a los niños de la otra vez? Han venido a jugar -le decía.

-No quiero ir, Darcie -se quejaba.

-Por favor -ella se arrodilla frente a su hermana-. Tenemos que estar juntas, Dalilah, siempre debemos estar juntas.

Ella le sonríe.

-¿Era tu...?

-Mi preciada hermanita -afirma.

-¿Y por qué le hiciste eso?

Lucas siente unas manos en sus mejillas, lentamente Darcie se hace presente frente a él.

-Necesitaba algo de ti, que no podía obtener de otra manera.

-¿Qué?

Ella se limitó a sonreír.

3:33amDonde viven las historias. Descúbrelo ahora