3:33am

La curiosidad matará a Lucas

Por algunos segundos, él piensa que ella no lo ha visto. Pero el ceño fruncido de la chica tiene una clara explicación.

Suspira. Tiene intenciones de decirle algo, lo que sea, pero la chica no parece querer oírlo.

Ella le da un leve empujón para moverlo y poder entrar al edificio, él evita que se vaya tomándola por el brazo. La hace girar, de manera que queda mirándolo a los ojos.

-¿Qué haces aquí? -pregunta.

-Vivo aquí -dice ella.

-Pero...-él hace una breve pausa, se mantiene pensativo-, ¿y la casa a donde te he estado acompañando?

-Allí está mi papá, suelo preferir quedarme allá -confiesa.

-¿Quién está aquí?

-¿Qué te importa? -dice irritada y se zafa de su agarre para entrar al edificio, siendo seguida de Lucas.

El muchacho no se detiene aunque ella le grita y lo empuja para que se aleje. Finalmente, se detiene frente al "333".

Lucas impide que entre.

-No quiero que vayas. Allí hay algo raro -asegura.

-Lo único raro que puede haber aquí eres tú -dice y niega con su cabeza-. No hay nada, estoy segura.

Lilah coloca su mano sobre el pomo de la puerta y abre, entrando con lentitud junto al muchacho, y encontrando un departamento vacío, que carece de luz y parece deshabitado.

Lucas frunce el ceño, preguntándose a dónde había ido la cocina y el mueble en que Darcie estaba con el muchacho.

-¿Lo ves? -pregunta-. Nada.

-Pero...

Lilah pasa a una habitación al final del pasillo y vuelve con una bolsa.

-Nada. Debiste imaginar algo -le responde convencida.

Ella abre la puerta y le hace una seña, indicando que deben irse.

Pero no pueden hacerlo.

Al cruzar la puerta, se encuentran en el departamento.

Lilah frunce el ceño y vuelve a salir, obteniendo el mismo resultado. Lucas abre la puerta, de nuevo, y ve el pasillo del otro lado, pero cuando cruza con ella, están de nuevo adentro.

-¿Qué es esto?

-No debían entrar -asegura una voz femenina.

-Lucas...-susurra Lilah con algo de temor.

-Tranquila -dice él rodeándola con sus brazos.

-Es...interesante.

En el momento en que la voz dice aquello, todo desaparece, siendo cambiado por un oscuro abismo que Lucas ya conocía.

-Cierra los ojos -le pide él.

La chica obedece y él le hace girar para que quede frente a sí, luego la cubre con más fuerza.

-No hagas nada hasta que yo te diga, ¿de acuerdo?

-Sí -contesta, ocultando su rostro en el pecho de él.