Se sincera conmigo

95 13 0
                                    

¿Qué hora es?

Él abre los ojos, encontrando sólo la blancura del lugar. Lucas piensa que odiará ése color cuando salga de ahí, si es que sale.

¿Sigo aquí? ¿por qué? ¿cuánto tiempo ha pasado?

-Dos años -le contesta una voz femenina, dulce, pero irreconocible.

-¿Qué? -él se levanta y observa a la mujer sentada en la orilla de la cama.

Es preciosa, de largos rizos castaños, con piel morena, ojos café, sonrisa deslumbrante, mirada melancólica. Debe tener unos veintidós, veintitrés años, cuando mucho.

-¿Quién eres?

Ella le sonríe con tanta dulzura que algo en sí parece tranquilizarse, como si el estar con ella fuese suficiente para calmarlo, para que todo estuviera bien en el mundo.

-Darcie Alemán, un placer -se presenta extendiendo su mano hacía él.

-Yo...-hace una breve pausa, pensando lo que dirá-. No recuerdo cómo me llamo, la verdad.

-Lucas. Lucas Williams.

Él asiente con su cabeza, pensando en el nombre que le ha dado.

-¿Quieres saber qué haces aquí? -pregunta, al fin.

Él asiente con su cabeza.

-¿Y quieres que te diga todo?

-Sí, por favor, se sincera conmigo.

Ella tarda algunos segundos en asimilar su respuesta, luego le explica con su voz de ángel, lo que ha pasado.

Hacia tiempo, mucho tiempo, unas mellizas se mudaron a un edificio de Corllin. Ellas eran muy unidas, vivían con su mamá y su hermano mayor.
Pero una noche, por un descuido de su mamá que dejó la hornilla encendida y el pañuelo encima, el departamento comenzó a incendiarse.
Los hermanos, que estaban dentro, empezaron a buscar posibles salidas una vez se dieron cuenta que no podrían llegar a la puerta principal. La pequeña Darcie pensó que podían intentar salir por la ventana, así que la abrió y se dio cuenta de que era demasiado alto para ellos.
Estando en la ventana, vio el edificio de al lado, donde un niño abrazaba a su hermana.
Su hermano mayor se le acercó avisando que habían encontrado una salida y debían probarla así que ambos corrieron hacía unas escaleras semidestrozadas que colgaban de una ventana.
-¿Y Din-Din? -preguntaba la pequeña mirando en todas direcciones mientras su hermano la empujaba hacía la salida.
Un sonido los alarmó. Una de las columnas del edificio cayó y la gemela quedó del otro lado del departamento.
-Viene para acá, ve saliendo -le pedía él con desesperación, distrayendo la atención de su hermana.
Darcie salió del edificio y encontró al niño esperando afuera, luego bajó su hermano.
-¿Y Din-Din? -preguntó él.
Darcie miró a su hermano, él suspiró.
-Yo...lo sie...-pero el pequeño Lucas no alcanzó a oír su disculpa porque se fue corriendo hacía el interior del edificio.

Lucas mira a la mujer.

-Darcie...-susurra tembloroso-, ¿qué ocurrió conmigo?

-Moriste, antes de llegar a mi hermana.

Él pasa sus manos por su rostro y agacha su cabeza.

-¿He muerto?

-Temo que sí.

-¿Y ella?

-También.

-¿Qué hago aquí entonces? ¿no debería estar en el cielo, el infierno, el purgatorio, o algo así?

-Nada de eso existe, Lucas. Tú sigues aquí porque no la salvaste, y deseabas salvarla.

-Pero...

-Y sigues aquí porque estoy soñando contigo -afirma antes de cubrirle los ojos con sus manos.

Él cierra los ojos y, una vez que los abre, se encuentra sentado en el suelo, con la espalda recostada en la pared de la habitación.

Darcie duerme en una cama individual del otro lado del cuarto y él está algo aturdido.

Quiere dormir pero no puede y, por primera vez, entiende la causa de su insomnio. Simplemente no necesitaba dormir.

Estamos cerca, muy cerca del final. Mañana subiré los capítulos que faltan :3

3:33amDonde viven las historias. Descúbrelo ahora