CAPITULO 5: LUNA DE MIEL III.

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El menor se encontraba a punto de hiperventilar, miró con desconfianza la bolsa que había colocado con cuidado en la cama, su madre se la había dado justo cuando se marchaba con Yeon Jun, la mujer le había dicho que ahí encontraría lo necesario para su primer noche de bodas.

Retuvo aire en sus pulmones y luego lo soltó lentamente tratando de calmarse y abrió la bolsa.

Dentro había loción corporal, un pijama de satén rojo (una camisa de manga corta y botones blancos con shots cortos que seguro le quedaban ajustados), perfume, brillo labial con sabor a fresa, toallitas húmedas y unos lindos calzoncillos Calvin Klein del mismo color que el pijama.

Su madre no lo iba a mandar a la guerra desarmado.

Antes de perder el poco coraje que había reunido, se desnudó y comenzó a ponerse la loción con olor a fresa en todo el cuerpo, sintió cosquillas pues nunca se había depilado por completo y aun era extraño, se vistió las nuevas prendas, volteó hacia el espejo de cuerpo completo y se sonrojó por lo corto y ajustado que le quedaba el short, se untó el brillo labial y estaba a punto de pellizcarse las mejillas para colorearlas naturalmente pero se dio cuenta que no era necesario, justo se encontraba muy avergonzado en ese momento.

Dejó las toallitas húmedas en la mesita de noche y guardó la ropa que se había quitado en el bolso.

Se volvió a mirar en el espejo nuevamente.

—Tu puedes Binnie —se alentó a sí mismo para entreabrir la puerta viendo a su esposo que se encontraba en su lugar de espaldas a la puerta.

—Hum —murmuró sin saber cómo llamarlo— ¿Señor Choi? —Yeon Jun volteó en seguida con una ceja alzada en diversión— estoy listo.

—¿Señor Choi? —preguntó el pelinegro riendo— se que soy mayor, pero no me hagas sentir más anciano por favor.

—Lo siento —susurró mirando los zapatos del contrario— Yo... No sé cómo llamarlo.

—Solo llamame por mi nombre —el rubio se sonrojó apretando la perilla de la puerta que aún sostenía— o puedes decirme Hyung.

—Gracias, Hyung, tu también puedes decirme por mí nombre, después de todo, ya no soy un Kim —murmuró con vergüenza.

—Bien, Soo Bin, ¿por qué te escondes?

—No me escondo —contestó aún detrás de la puerta entreabierta— es solo que me da un poco de pena.

—Tranquilo, aun no haremos nada, antes, quiero conversar un poco contigo. ¿Me dejas pasar?

Ambos entraron y Yeon Jun respiro profundo el aroma a fresa que desprendía el joven, apareció el bonito pijama y se perdió en el redondo trasero y bonitas piernas que se doblaron para sentarse en la orilla de la cama.

Yeon Jun tomó asiento en el silloncito y tomó una mano de Soo Bin, tratando de darle un poco de confianza al muchacho, él no acostumbraba a hacer esto antes del sexo, pero era por que no había tenido una relación seria antes, Yeon Jun no creía en el amor, pero respetaba demasiado el matrimonio y el chico le había caído muy bien como para arruinarlo a la primera.

—Escucha, Soo Bin, quiero que entiendas que esto lo haremos solo si ambos estamos de acuerdo, se que no puedes confiar tan rápido en mi, así que comenzaremos lento, si algo no te gusta tienes toda la libertad de detenerme y yo entenderé, no me voy a molestar. Seré paciente contigo, ¿de acuerdo?

—Si —el rubio pudo respirar con tranquilidad tras las palabras del mayor, él tenía miedo de ir muy rápido.

—Me dijiste que no tienes experiencia, así que si hay algo que te asuste o que no entiendas, solo tienes que decírmelo, me he dado cuenta que eres muy tímido, pero te ayudaré a relajarte conmigo. Ahora, ¿alguna pregunta?

MY BOY - YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora