CAPITULO 33: EMBARAZO.

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—¿Beomie? —llamó su mejor amigo del otro lado de la puerta —¿Ya viste los resultados? ¿Puedes abrirme?

Lo único que Soo Bin pudo escuchar fue el devastador llanto de su menor que sólo provocó que su corazón tambaleara ante la necesidad de apoyar a su amigo.

—Beom Gyu, abre la puerta —pidió en tono suplicante —No estas solo bebé, yo siempre voy a apoyarte.

El sonido del seguro siendo quitado logró relajar al rubio, al abrirse la puerta vislumbró a una masita de lágrimas y mocos con un enorme puchero.

—Estoy muy embarazado Hyung —gimoteó el pelinegro abrazándose a su amigo —Me rellenaron como pavo para navidad.

Yeon Jun, quien se encontraba en la sala, escuchó perfectamente los quejidos del menor, se abstuvo de soltar una fuerte carcajada y miró hacia el pasillo en donde estaba el baño de invitados.

—Oh mi bebé —Soo Bin abrazó al chico con cariño y dejaba besitos en su frente y mejillas —¿Qué harás?

—¿Qué más quieres que haga? —preguntó mirándolo cómo si tuviera un cuerno en la frente —Me estirparé el tumor.

—¿Qué? —el rubio lo miró aterrorizado —Beomie con esas cosas no se juega.

—No estoy bromeando, no quiero tener un bebé ahora —contestó con simpleza soltandose del abrazo y mirando sus perfectas uñas —¿Te imaginas lo que dirían mis papás? Suficientes libertades me han dado.

—Pero Beom Gyu, es un bebé —murmuró Soo Bin con un nudo en la garganta.

—Error Binnie, aun no puedo ni llamarlo feto, tengo solo tres semanas —explicó sabiondo —Mira, se que tu tienes todo el rollo de doncel marcado en la piel, pero yo no. No pienso tener hijos joven, primero terminaré de estudiar, después de disfrutar todo el sexo que pueda me largaré a las vegas y me casaré con el primer hombre o mujer para que al día siguiente nos riamos y firmemos el divorcio.

Soo Bin lo miraba entre asustado y asombrado, jamás terminaría de acostumbrarse a la manera de ser de su amigo, sin embargo, ¿quién era él para juzgar?

—Bueno —murmuró —Si eso es lo que quieres, entonces creo que yo solo puedo apoyarte.

Beom Gyu saltó encima de él en un fuerte abrazo. Soo Bin había sido el único amigo con el que podía contar para todo, a pesar de no compartir la misma opinión en muchas cosas, ambos se apoyaban incondicionalmente.

Después de despedirse del matrimonio, Beom Gyu agradeció, tiró sus pruebas en el tambo de basura del baño de invitados y se fue de la casa.

Yeon Jun se acercó a su esposo, quien se encontraba sentado en uno de los sillones dobles de la sala mirando hacia la nada, perdido en sus pensamientos y formando un ligero puchero que él se encargó de besar.

—Qué bonita amistad tienes con Beom Gyu, además de muy madura.

—Es el único amigo doncel que tengo. Bueno, mi único amigo en realidad —se rió con las mejillas encendidas mientras su Hyung lo jalaba hacia él y lo sentaba en su regazo con el pecho en su espalda —Beomie siempre me da buenos consejos, me regaña cuando estoy siendo muy estirado y me quiere tanto como yo a él.

—Me alegra que tengas a una persona así en tu vida —murmuró dejando besitos en la nuca del menor —Ahora, ya que nuestro paseo fue interrumpido, ¿no sientes incomoda esa cosa dentro tuyo? Estuve caliente todo este rato pensando en que llevabas un plug puesto mientras te paseabas por toda la casa con tu amigo aquí —confesó en el oído ajeno provocando un cosquilleo en el bajo abdomen de Soo Bin.

Yeon Jun lo desnudó por completo comenzando a acariciar la apelada piel, bajó sus manos hasta los muslos del menor y los apretó separando las piernas y colocándolas a los lados de las de él. Dirigió una pálida extremidad hasta el cuello de Soo Bin y lo jaló para voltear el bonito rostro y plantarle un beso que se volvió salvaje al igual que sus caricias.

Rozaba la piel desde el cuello hasta el ombligo. Volvió a subir una de sus manos y la posó con la palma abierta sobre uno de los bonitos pezones que se pusieron erectos ante el toque. La otra mano inició con el estímulo en el rosado pene, un lento vaivén de sube y baja que sacaba gemidos ahogados en el rubio.

Yeon Jun dirigió su boca a la curvatura del cuello del menor dejando besos y succiones que solo intensificaban el momento tan erotico. Soo Bin se sentía expuesto en la posición en la que se encontraba, el plug se encontraba atrapado entre sus paredes y la mano que lo masturbaba no había parado en ningún momento.

El rubio apretó sus manitas alrededor de los fuertes antebrazos de su esposo y comenzó a gemir con más fiereza. Chorros de semen se esparcieron por el abdomen del menor y el puño del mayor.

—Bien. Ahora a sacarte esta cosa —escuchó decir a su esposo.

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MY BOY - YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora