CAPITULO 3: LUNA DE MIEL I.

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La boda había sido un éxito y ellos se encontraban subiendo el jet privado rumbo a su luna de miel, ni Soo Bin ni Yeon Jun tenían idea de hacia dónde viajarían, pues era un regalo de parte de los padres del menor.

Después de que la azafata les diera las indicaciones y que el piloto se presentara, el jet despegó, Soo Bin apretó los reposa brazos y cerró los ojos con fuerza hasta que sintió que el jet se estabilizó, todo esto siendo observado en silencio por el peli negro que se encontraba frente a él.

—¿Le temes a las alturas? —preguntó tratando de distraer al rubio.

—No exactamente, la verdad, es que es mi primera vez en un avión —sonrió apenado— pero no fue tan malo cómo pensé.    

Yeon Jun solo le dedicó una media sonrisa y sacó su Macbook para reeacomodar sus pendientes en la empresa y que Mina, su secretaria, no tuviera ningún percanse.

Por otro lado, Soo Bin se sentía cansado, el dia anterior había estado bastante ocupado, adelantando trabajos de la universidad y yendo a las tantísimas citas de belleza que su madre había preparado para él.

Soo Bin era un doncel, y ya no era un niño, sabía el por qué la prisa por casarlo, entre gente de poder como su padre, la descendencia era lo primordial. El rubio sabía muy bien que su madre le había llevado al spa, en donde le arreglaron las uñas de pies y manos, le dieron un masaje, se sometió a una dolorosa sesión de depilación de cera de cuerpo completo y le llenó su bolsa de baño con burbujas relajantes y aromáticas, todo eso para lucir lindo y atractivo para su esposo.

Pero, ni aún siendo un chico lindo, con un cuerpo atractivo, podía dejar su timidez de lado. Kim Soo Bin era un chico sumamente tímido, le apenaban muchas cosas y otras tantas lo llegaban a avergonzar, tener 0 experiencia solo empeoraba las cosas. Él no sabía coquetear, no sabía ser sexy o lucir sensual, algo que estaba seguro, complicaría las cosas con Choi Yeon Jun, quien se veía y rumoreaba que era un hombre muy experimentado.

Había un secreto a voces que decía que el primogénito de los Choi cogía como nadie.

El peli negro levantó la vista de su computadora para observar al rubio quien en ese momento se encontraba colorado hasta las orejas. Levantó una ceja, estando a punto de preguntar qué le sucedía, la azafata salió de la cabina con un carrito.

—Buenas noches —saludó poniendo una hielerita de metal en una mesita a la izquierda de Yeon Jun y derecha de Soo Bin, dejó una botella de vino dentro y les sonrió a ambos— ¿Puedo ofrecerles algo?

—Para mi solo el vino, gracias —contestó el mayor sin ninguna expresión.

—Yo estoy bien, muchas gracias —agradeció el menor sonriendo con amabilidad.

La azafata le regresó la sonrisa y sirvió una copa para Yeon Jun, quien la aceptó con agradecimiento y se volvió a enfrascar en la pantalla.

—Señor Choi —llamó la joven a Soo Bin, quien se sonrojó enseguida— cuando guste tomar una siesta puede dirigirse a la alcoba, es pequeña pero muy cómoda.

Soo Bin asintió sin saber qué contestar pues se encontraba apenado por ser llamado por primera vez con el apellido de su esposo. Yeon Jun había levantado su vista de la computadora y miró al sonrojado chico.

Sonrió divertido y cerró el aparato. Vaya que pensaba divertirse mucho.   

—¿Joven Soo Bin? —le llamó al momento de levantarse, el nombrado lo miró— ¿por qué no vamos a tomar esa siesta?

Soo Bin tragó con fuerza y asintió tomando la mano que le extendió.

El mayor abrió la puerta del pequeño cuarto que había en el jet y volteó hacia Soo Bin para que este pasara primero, el chico le sonrió nervioso antes de entrar y Yeon Jun aprovecho para dar un ligero vistazo a la retaguardia del menor.

Dios... Ahora no solo quería comerse sus labios.

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MY BOY - YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora