CAPITULO 29: DUCHA.

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Soo Bin se terminaba de aclarar el cabello para quitar los restos de shampoo cuando sintió los fuertes brazos de su Hyung abrazándolo desde atrás por el torso.

—Hyung, se nos hace tarde —murmuró con la sangre instalándose en sus mejillas.

—Shh... —calló comenzando a repartir besos en su cuello.

Soo Bin se sonrojó aún más al sentir la dureza de su esposo frotándose entre sus glúteos. Yeon Jun acarició el cuello y los brazos de suyo esposo, dirigió las manos al pecho y pellizco ambos pazones estremeciendo al rubio.

—Seré rápido precioso —susurró en su oído con la voz ronca de deseo.

El menor soltó un quejido cuando el pelinegro lo penetro levemente, Soo Bin podía jurar que sentía cada vena del gran pedazo de carne.

—Siempre tan apretado —murmuró entre gruñidos hasta entrar por completo —Pon tus manos en la pared pequeño, seré un poco rudo.

Obedientemente sus manos se apoyaron en los azulejos del baño y Yeon Jun lo sostuvo de la cintura para comenzar a mover sus caderas, primero de manera lenta y después tomando rápidos movimientos embistiendo con fuerza a su joven esposo.

Yeon Jun chupaba la aperlada piel del cuello dejando marcas a su paso, los gemidos de su pareja lo prendían y con una sonrisa perversa y divertida, levantó una mano en alto y la dejó caer sobre uno de los respingaditos glúteos, Soo Bin gritó apretando sus paredes anales, ahogando a Yeon Jun dentro de él, quién repetía la misma acción para sentir de nuevo ese encierro.

Unas cuantas nalgadas más y el menor se corrió en los azulejos sintiendo sus piernas de gelatina. El mayor sonrió satisfecho cuando su miembro fue completamente aprisionado provocándole un exquisito orgasmo.

Una vez que la respiración de ambos se controló, Yeon Jun salió del interior de su pareja para observar el excitante momento en que su semen escurría de entre el agujero bajando por las bonitas piernas hasta perderse en la alcantarilla junto al agua de la regadera, se relamió los labios y metió sus dedos en el pequeño (aunque aún dilatado) orificio para sacar el resto de su esencia, las mejillas traseras rosadas por los golpes eran la cereza del pastel. Por otro lado, Soo Bin tapaba su rostro con las manos por la vergüenza que esa acción representaba.

—Listo pequeño —dijo besando el hombro ajeno —Ahora sal a arreglarte en lo que yo me ducho.

El menor prácticamente huyó hasta su habitación.

El menor prácticamente huyó hasta su habitación

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—Ven Soo Bin —llamó sentado en la cama.

—¿Qué pasa Hyung?

Yeon Jun admiró a su esposo, usaba un pantalón corto de mezclilla, una sudadera amarilla con franjas negras y sus converse amarillos; una ligera capa de maquillaje con bálsamo labial que sólo resaltaba más sus pomposos labios.

—Desabrocha tu pantalón y acuéstate en mi regazo —pidió.

Soo Bin dudó por un momento, aun así se acercó a su esposo, desabotonó su pantalón y recostó su pecho en las piernas del mayor. El pelinegro bajó los pantalones por debajo del voluptuoso trasero y casi tenía una ereccion al ver las bonitas mejillas rojas ante el anterior maltrato que les había dado, se agachó y beso cada una haciendo temblar al rubio.

—Tal vez me pasé un poco —su voz no salió tan arrepentida como planeaba que sonara.

Destapó el tubo de ungüento y apretó para sacar la pomada que untó en los glúteos lastimados del menor.

Soo Bin se estremeció ante el dolor para después suspirar, la crema dejaba una sensación refrescante que alivianaba el escosor que había sentido desde que salió del baño.

El mayor volvió a subirle los pantalones y dejó un beso en su nuca.

—Listo pequeño, hora de ir a cenar con tus padres.

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MY BOY - YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora