XIII

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Sebastian y Claude corrían y saltaban detrás de esas cabelleras, muy peculiares, se les hacia conocidas. Pero aun no recordaban de quien podría ser, ya que las imágenes que pasaban por sus cabezas eran muy borrosas.

Siguieron corriendo, pero no los alcanzaron, así que se devolvieron a donde estaban los dos menores.

-¿Y? ¿Lograron ver algo?.-Preguntó preocupado Ciel.

-Nada... Solo unas cabelleras rubia y azulada, y eran largas, la rubia era rizada y la otra lisa.-Respondió algo agitado Sebastian, ya hacia mucho tiempo que no corría tanto.

-Espera... ¡Claude! ¡Una de ellas debe ser Hannah!.-Gritó agitado Alois. Desesperado, ¿Vendria a separarlos? ¡NO!.

-Cierto... Debe querer venganza...-Respondió tranquilo Claude. "¿Porque Claude está tan tranquilo? Me... Me estoy asustando..." Pensó Alois, estaba intranquilo, Claude debería estar tan desesperado como el, o... ¿No le interesaba su relacion?.

-Entonces... La de pelo rubio y rizado... ¿Podria ser Lizzy? Pero... ¿Como? ¿Como se convirtió en demonio?...-Ciel se estaba asustando.

-No lo se Ciel, pero sea como sea, no me interesa. Los cuatro estaremos juntos, siempre.-Sonrió tranquilo Sebastian, haciendo a los demás sonreír gracias a esas palabras.

Entraron a la casa, para relajarse un poco. La costumbre de volver a tener una vida movida como antes recién comenzaba. "Entonces esas dos les lavaron el cerebro a esos dos estúpidos shinigamis, entonces esos cuatro quieren hacernos desaparecer" Pensó Sebastian. Pero después sonrió. "Algo entretenido de vez en cuando no es malo".

-Claude...-Dijo Alois, este estaba acostado encima de Claude, mientras este acariciaba sus cabellos de oro.

-¿Que pasa Alois?.-Respondió Claude, estaba cómodo como estaba, tanto que todo el sueño le volvía al cuerpo, como un humano normal.

-Porque... No te asustaste cuando dije que la mujer de pelo azul que corría era Hannah...

-¿Eh?.-Preguntó confundido Claude.

-Porque... No te preocupaste tanto como yo...

Claude levantó la cabeza de Alois suavemente, para darle un tierno beso en sus labios, mordiendo ligeramente su piercing, estirando sus labios, haciéndole gemir un poco al demonio menor. Después le sonrió. -No te preocupes Alois, no me preocupo para nada, porque se que Elizabeth, la " Ex-prometida" de Ciel, hizo un contrato con Hannah, para destruir al joven. Y si ella nos ve, no hay problema. Mientras Elizabeth no le diga que tiene derecho a matarnos.-Alois quedo asustado, pero al final si estaba más relajado. Claude si lo amaba. Lo abrazo y así se quedó, relajado, besando a la pareja que tanto amaba.

Ciel y Sebastian habían salido a una cena, para calmar las aguas. Hiban en un restaurante que quedaba a 2 horas de la mansion, pero obviamente, mas cerca si Ciel hiba en los brazos de Sebastian. Pero a medio camino se arrepintieron, se fueron a una plaza muy romántica que estaba a 10 minutos de ahí, se sentaron en el pasto, al lado de un árbol muy hermoso, Sebastian abrazaba a Ciel y éste estaba escuchando los latidos agitados del corazón de Sebastian.

-Sebastian...-Comenzó a hablar Ciel, haciendo que Sebastian dirigiera su mirada a esos grandes ojos azules.-Tu sabes todo de mi, ¿Cierto?.-Sebastian asintio con su cabeza.-Pero yo también quiero saber cosas de ti, sinceramente no se nada...

Sebastian sonrió tiernamente, pero como si supiera que eso pasaría ya alguna vez.-Ah, Ciel, yo no tengo nada que contarte de mi... A parte que me llamo Sebastian Michaelis, y mido 1.86cms. Mi comida favorita, la que va mucho antes de comer almas son dos, eso de ahí.-Apunto a los labios de Ciel.-Y esa cosita linda de ahí.-Apunto al miembro del antes mencionado. Ciel se sonrojo, pero después sonrió tiernamente y le dio un beso al joven mayor.

-¿Sabes? Estoy tan arrepentido...-Sebastian observo a Ciel sorprendido, para después preguntarle "¿Porque amor mio?", Ciel lo observó, y una pequeña lágrima lo hizo sonreír.-Yo... Nunca debí haberte llamado Sebastian... Tu no eres mi perro, eres el amor de mi eternidad, Sebastian. Mi deseo es cambiarte ese asqueroso nombre, y ponerte uno hermoso, uno que te represente. Como la persona que ha ganado mi corazón.

Sebastian sonrió, y abrazo fuertemente al menor, y le deposito un beso en su frente.-Ciel, mi nombre es hermoso. No porque me lo hayas puesto por tu perro, si no que de verdad te preocupaste de ponerme un nombre, por lo menos. No cambiare mi nombre, porque hace muchos años me llamas así, y si lo cambias, cambiaría todo.

Ciel no pudo mas, esas cortas palabras que dijo, lo conmovieron un montón. Besó a Sebastian, un beso apretado, buscado algo. Pero ese algo, estaba ahí, el corazón de los dos latia a mil.
Después de un rato, Sebastian levanto a Ciel con brusquedad, haciéndole escapar un jadeo al recién levantado. Hiban a la mansión otra vez, Sebastian hiba para mostrarle su amor a Ciel, mediante besos, caricias, y... Otras cosas más.

Solo soy un mayordomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora