Thin Line | DoTae NCT

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—Tengo hambre —Habló Chenle mientras apoyaba su cabeza sobre la de Kun, quien estaba sentado mirando la pantalla del computador de su amigo; y rodeó el cuello de este con sus cortos brazos—. Cómprame algo para comer.

—Deja de comer tanto, vas a engordar —respondió el mayor mirando hacia arriba, en busca del rostro del otro.

—¿Y qué? ¿Vas a dejar de quererme por gordo? —separó su cabeza del otro, a punto de quitar sus brazos, lo cual Kun evitó tomando sus manos

—Nunca dejaré de quererte, ángel.

—Yo también tengo hambre —habló Yangyang.

—Ordenemos algo —ofreció Kun.

—¡Oh claro, a él si! —exclamó Chenle.

—Al parecer mayoría gana —Kun rió y giró su silla para quedar frente a los dos jóvenes—. ¿Qué pediremos?

—Mejor salgamos a comer —demandó Chenle, aún con sus manos sobre los hombros del pelirrojo sentado frente a él.

—Así haces un poco de ejercicio —bromeó Kun.

La puerta se abre y los tres vieron a su alto amigo entrar, agotado, afortunadamente hoy su tío le permitió terminar su turno a las 10am, incluso salió unos minutos antes, pero debía prepararse para su otro trabajo a las 6pm; Yangyang se acercó rápidamente para ayudarlo a quitarse la mochila y colgarla en un débil perchero.

—Me encontré con un blanquito para chuparse los dedos —habló.

—¿Dónde? —preguntó Kun, notablemente interesado— ¿Quién?

—Al parecer es el novio del debilucho —dijo Lucas mientras Yangyang se acercaba, sabiendo que el más alto se quitaría la mochila y la chaqueta.

—¿Quién? —preguntó Chenle.

—Taeyong —respondió Kun.

—Créanme —continuó Lucas—, estoy a un encuentro de bajarle otro —sonrió mordiéndose el labio inferior.

—Xuxi, iremos a comer —habló Yangyang sonriente, colgando la chaqueta del moreno junto a la mochila.

—¿Salir? Acabo de llegar, ¿no podemos ordenar algo? —hizo una mueca para mostrar su cansancio.

Kun al oír eso miró a Chenle como si hubiera ganado una competencia.

—Si seguimos ordenando comida vamos a engordar, ¿verdad, Kun? —Chenle lo miró y se sentó en el regazo del mayor, este rodó los ojos sonriendo.

—Bien —aceptó Lucas—. Supongo que Kun invita —la risa de Chenle invadió la habitación—. Tomaré una ducha rápida —avisó y entró al baño.

—Con ustedes jamás gano... —habló Kun.

—Debiste pensarlo antes de ser nuestro amigo —dijo Chenle.

—Debieron advertirme antes de adoptarlos —respondió el mayor— Lucas también trabaja —apuntó al baño con la mano por un segundo y luego la llevó a su pecho, apuntándose a sí mismo continuó—, ¿por qué soy yo el que paga todo?

—Porque él está ahorrando para la universidad —respondió Yangyang.

—Tú eres millonario —le dijo a Chenle.

—No es mi dinero, es de mis padres —respondió.

—Son tus padres, aún te pagan los pañales —insistió el mayor.

—Y tú me pagas la comida —sonrió.

Yangyang los miraba y reía, mientras esperaba que su amigo salga del baño. Unos minutos después, el mencionado salió del pequeño cuarto con una toalla amarrada a su cintura, el cabello goteando y su teléfono en mano.