Ninguna de las obras presentes en esta historia son de mi pertenencia créditos a sus respectivos autores.
En las profundidades del abismo primordial, donde reinaba la oscuridad eterna, los susurros del caos resonaban como un lamento interminable. En ese reino sin forma ni luz, la existencia misma era un desafío constante, un crisol donde las palabras se perdían en el tumulto de la nada.
Sin embargo, en medio de esa vastedad sin límites, un destello de luz se abrió paso, un rayo de esperanza en el vasto océano de la desolación. Esa luz divina se convirtió en la chispa que dividiría el universo en dos.
En un lado, la oscuridad, el reino de los demonios, donde las sombras danzaban en un eterno festín de corrupción y malevolencia. En el otro, la luz, el dominio de los mortales, donde la esperanza y la fe eran las armas contra las tinieblas.
Durante eras incontables, ambos reinos existieron en un equilibrio frágil, una tregua tensa entre la luz y la oscuridad. Pero un día, un señor de la oscuridad, con su voz llena de promesas de perdición, pronunció unas palabras que resonaron en el vacío:
"Estos reinos alguna vez estuvieron unidos, ¿por qué no volver a ser uno solo?"
Desde ese momento, la oscuridad se extendió, luchando por devorar la luz y sumir al universo en una eterna noche sin estrellas. Pero la luz no se rindió fácilmente, enfrentando cada embate con valor y determinación, desafiando a la oscuridad en cada esquina del cosmos.
Actualmente, en la Tierra, los seres humanos vivían en la ignorancia, sin conocer el verdadero alcance de la batalla que se libraba más allá de su comprensión. Sin embargo, pronto descubrirían que estaban inmersos en un conflicto ancestral que amenazaba con desgarrar los mismos cimientos del universo.
Planeta Vegeta
En el planeta Vegeta, la atmósfera era pesada, cargada de ansiedad y temor. Los Saiyajin se congregaban en el centro de la capital, bajo el opresivo cielo rojizo del planeta, obedeciendo la llamada de Freezer. Entre la multitud, un hombre destacaba, su aura de desconfianza y cautela irradiaba como una llama solitaria en medio de la oscuridad.
Su nombre era Bardock, un hombre alto y musculoso, con cabello negro alborotado que caía en mechones rebeldes sobre su rostro marcado por la batalla. Una cicatriz cruzaba su mejilla derecha, testigo mudo de las numerosas contiendas en las que había participado. Su mirada, profunda y penetrante, reflejaba una mezcla de desconfianza hacia el mundo que lo rodeaba.
El viento soplaba, llevando consigo un susurro inquietante que parecía augurar un mal inminente. Bardock, con su mirada penetrante, observaba a su alrededor, evaluando cada gesto, cada palabra, como un guerrero alerta ante un enemigo invisible.
El brillo plateado de la cápsula espacial que preparó para su hijo se destacaba entre la multitud, una pequeña esperanza en medio del caos que se avecinaba.
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Legado: "Búsqueda De La Redención" [Goku en Devil May Cry]
AçãoEn los callejones grises de este desolado escenario, mi paso se torna un lamento silencioso en medio de la eterna guerra contra el infierno que ahoga nuestras esperanzas. Este es mi legado, un mundo marcado por el estruendo constante de la contienda...