Simplemente necesitaba eliminar a Nikolai de una vez por todas, se quitaría un peso muerto de encima y ya de paso podría también buscar un reemplazo.
Al tenerlo fuera del mapa por tanto tiempo incluso llegó a pensar que ya ni siquiera se encontraba con vida, pero se equivocó. Hubo un registro en un hospital médico aquella vez, si tenía la razón con respecto a lo que ya suponía, entonces no debería ser problema encontrarlo.
Dicha suposición fue real, no se demoró en saber su ubicación exacta. Tenía que admitir la manera tan estúpida de esconderse entre la gente, no es que fuera difícil verlo, solamente que había sido un punto extra en su plan.
Sin embargo, al saber que estaba protegiendo con todo su cuerpo, vida y alma a ese pelirrojo durante tanto tiempo, definitivamente tenía que sacarle provecho.
Mandó primero a un asesino a sueldo, Gogol pudo deshacerse de él sin ningún tipo de problema, y después de otros intentos, concluyó que no era correcto hacia dónde atacaba. Matarlo no sería lo indicado, matar al otro idiota era lo más efectivo.
Entonces lo hizo. Se encargó de ponerle una distracción utilizando a Sigma y después vigiló durante todo el día el departamento entre los suburbios.
Fue más sencillo de lo que pensaba.
O eso creía.
No estaba presente en la escena para confirmarlo, aún así sabía por el ritmo cardíaco de Sigma que las cosas habían tenido algún tipo de percance. Ya que, la sangre en el piso no era precisamente de Nikolai.
Pudo ver al pelirrojo herido, su hombro sangraba lentamente y manchaba la ropa de ambos, sin siquiera moverse acababa de evitar la muerte del peliblanco.
Tragó en seco, se mantuvo unos instantes quieto en caso de querer iniciar una pelea, pero ya sabía que contra él no tendría oportunidad ninguna y era preferible salir corriendo de allí. No fue así, Chuuya respiró agitado un par de segundos y se quejó del dolor, luego le dirigió la mirada.
Sus ojos azules le dejaron congelado, jamás había visto tantas emociones mezcladas en un simple color oceánico. Tan profundos que podría caer perdido en ellos, sintiendo que el frío mortal le congelaba los huesos poco a poco.
Después de todo, Nikolai también iba a matarlo seguido de esto.
Perdió los estribos y se lanzó a soltarle el primer golpe, obviamente se preocupó antes de que Chuuya no se encontrara en peligro de nuevo. Lo dejó apartado de todo el alboroto, hablarían de esto en otro lugar y momento.
Sigma en respuesta también se puso a la defensiva, al ver que con su capa tomó un cuchillo de posiblemente la cocina, supo que estaba en una situación bastante reñida. Aún así trató de defenderse lo mejor posible, un corte en su pierna le hizo caer de espaldas sobre el escritorio.
Y el payaso de Gogol no se detuvo, se le veía tan molesto por hacerle daño al otro chico que no medía la fuerza de sus ataques. Por ello, posicionó el filo del cuchillo contra su garganta, retuvo sus brazos con fuerza y cortó apenas unos milímetros su piel.
— Voy a... c-clavarte mi tacón en t-todo el c...
— Quiero ver que lo intentes
Su agarre era brusco, no podía distinguir entre lo que hacía o pensaba, buscaba hacerle daño y en su mejor defecto matarlo. Con su pierna derecha alcanzó la puerta de un gabinete abierto del mismo escritorio, la usó para distraer al otro mientras empujaba el abdomen con la izquierda.
Retrocedió apenas unos pasos, pero fueron suficientes para hacer que el cuchillo se quitara de su garganta y así poder recuperarse.
Ambos se vieron interrumpidos cuando escucharon al pelirrojo toser con fuerza.
ESTÁS LEYENDO
Iridiscencia // NikoChuu
FanfictionEl destino le había dejado muy en claro que la vida tenía únicamente dos tonalidades. Sin color, como un tablero de ajedrez en el cual debe ser partícipe incluso si es contra su voluntad y sus deseos. Entonces, decidió ir tras la flama ardiente del...