43.

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Ya eran las diez de la noche y para ser honesto estaba harto. Se recostó un poco más en el sillón y empezó a cerrar los ojos involuntariamente, maldita sea él y su horario de bebé. Cuando menos se dió cuenta se quedó profundamente dormido sobre el hombro del tunas.

— No mames wey, siento que este mamón es de cristal, así que si me quito se rompe y el memo me rompe a mí la madre. — Sus amigos se rieron hasta que la puerta fue fuertemente azotada. El cantinflas fue a abrir y la puerta le golpeó la cara por lo brusco que fue abierta.

— YA PERDÍ EL MA... — Mi al tunas y por ende vio a Messi recostado sobre su hombro.

— Ya quitamelo, me duele harto el mi hombro. — Memo rápidamente fue a mover al argentino para cargarlo ahora sobre el sofá.

— ¿Me pueden decir que carajo hace el mamón aquí? — Estaba claramente enojado.

Todos se callaron y señalaron al tunas.

— Claro que fuiste tú, pendejo.— Le dió un golpe en la cabeza. — Dame su teléfono y en verdad espero que no hayan chakaleado nada.

Dejaron las cosas de Messi sobre la mesa al escuchar lo que dijo memo y al ver que el chulo se acercó con unos zapatos miro hacía los pies del argentino, los cuales ni calcetas tenían.

— ¿Y las calcetas?

— Esas ya las tengo puestas. — Antes de que Guillermo le partiera su madre se fue corriendo.

《 ¡Nac🍓! 》 「MECHOA」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora