Era un día soleado en la ciudad y la gente se encontraba disfrutando del clima en diferentes actividades: algunos tomaban helados mientras otros hacían ejercicio al aire libre. En medio de la multitud, nuestro protagonista, Hernández, se destacaba por su piel morena y su cabello castaño que se agitaba con la brisa. Sus ojos café brillaban con la luz del sol y su mirada curiosa recorría el paisaje urbano.
Hernández caminaba de regreso a su hogar con una mirada cansada y perdida. Había pasado todo el día intentando encontrar un lugar tranquilo donde pudiera relajarse, pero parecía que el estrés acumulado no le permitía encontrar la paz. Había visitado varios lugares, pero ninguno de ellos había sido lo suficientemente silencioso o calmado para su gusto.
Su mente estaba abarrotada de pensamientos, preocupaciones y responsabilidades que lo agobiaban. Cada vez que trataba de despejarse, una voz interior lo interrumpía con recordatorios de tareas pendientes y proyectos por terminar. Se sentía agotado física y mentalmente, y anhelaba encontrar un momento de tranquilidad.
De repente, Hernández notó una pequeña tienda que nunca antes había visto, a pesar de que había caminado por esa calle muchas veces. La tienda estaba ubicada en una esquina, un poco apartada del resto de los negocios.
Tenía una puerta de madera oscura y una ventana pequeña en la que se reflejaba la luz del sol de la tarde. Un letrero oxidado colgaba sobre la puerta, donde se leía "Tienda de Reliquias" en letras doradas y desgastadas.
"¿Una tienda de reliquias?", se preguntó en voz alta. "Nunca he visto esta tienda antes."
Decidió entrar y se encontró en una habitación llena de objetos raros y antiguos, dispuestos en estantes y mesas.
"¿Buscas algo en particular?" preguntó una voz femenina que llamo la atención de Hernandez
Hernández se giró hacia la voz y vio a una mujer joven de estatura pequeña, con ojos y cabello amarillos cortos, y vestida con un elegante vestido blanco. Se sorprendió por la belleza de la joven y por la curiosidad que emanaba de la tienda.
"¿Tú eres la dueña de esta tienda?" preguntó Hernández con curiosidad, mientras examinaba algunos de los objetos antiguos que se encontraban en la tienda.
"En efecto, soy la dueña y la encargada de mantener todas estas reliquias en orden", respondió la joven con una sonrisa amable en su rostro.
"¿Tú eres nueva en esta zona?" preguntó Hernández, notando que nunca había visto la tienda antes y que Elaine parecía ser una persona nueva en la comunidad.
"En cierto modo, sí. Recientemente me mudé aquí y decidí abrir esta tienda para compartir algunas de mis reliquias y antigüedades con la gente de la zona", explicó Elaine, mientras se acercaba a uno de los estantes y examinaba un objeto antiguo con cuidado.
"¿Y que son estos objetos?" Hernández señaló hacia los objetos que rodeaban la tienda, curioso por saber más sobre ellos.
"Antes de responder a tu pregunta, permíteme hacerte una a ti, ¿crees en la magia?", preguntó Elaine con una sonrisa enigmática en su rostro.
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El Pony De Otro Mundo
Fanfiction『SIPNOSIS』 Hernández era un joven de 18 años que estaba pasando por una etapa difícil en su vida. Estaba lidiando con problemas personales y se sentía atrapado en la monotonía de su rutina diaria. Además, la preparatoria estaba resultando ser un des...