La galería estaba lista, todos habían ido para la exposición fotográfica que más publicidad había tenido en décadas, esperando a las puertas de esta en una larga fila de la élite de la ciudad y el mundo del arte. Todo alrededor de aquella colección había sido un misterio, asegurando un secreto artístico por revelar.
La verdad era que Luke había jugado con los medios para darle promoción, había manipulado el subconsciente del público hasta hacer irresistible la tentación por asistir, habían sido seis meses de arduo trabajo para Zee y para él, con sus respectivos novios yendo y viniendo constantemente; Saint porque tenía que pintar sus cuadros y Joss comprendía que así era el trabajo de Luke siendo el manager de Zee, aun cuando el pelinegro se portaba malcriado como un niño, no queriendo cumplir las fechas límites ni preocupándose por los contratos.
—¿Está todo listo? —preguntó Luke a Joss, deleitándose por un instante en los botones desabrochados de su camisa, que dejaban al descubierto el moreno torso y abdomen marcado.
—Mis ojos están aquí arriba y todo está listo —respondió Joss, recogiéndose el cabello en una coleta alta como Luke le había pedido.
—Bien, ordena que abran las puertas —indició Luke, tomando de la camisa a su novio y tirando hacia abajo para darle un suave beso antes de dejarlo marchar.
Las personas fueron entrando disciplinadamente, admirando el ambiente iluminado con colores tenues que hacía pretender que era temprano en la mañana. Una larga cortina bloqueaba la vista de todos los cuadros fotográficos, había una pequeña tarima de mármol preparada en frente de la entrada y la multitud se dispuso alrededor de esta, aguardando el momento exacto con la tensión creciente.
—Buenas noches —saludó una voz grave, mientras que detrás de las cortinas surgía Zee, usando un traje negro con una americana azul oscura —. Me complace tenerlos a todos aquí esta noche, admito que no esperaba menos, el humano tiene una tendencia insana por lo prohibido, lo criticado, lo misterioso, todo lo que se considera pecado. Mi obra, como bien saben, se basa en eso, en inmortalizar de forma etérea lo que el mundo ve como obsceno, la mezcla perfecta de perversión e inocencia. Si he de ser sincero, creo que no he hecho nada mejor antes de esto y dudo volver a hacerlo. El proyecto trae consigo, para el buen observador, un secreto que no ha sido revelado al público nunca antes de esta noche, porque esa persona, como cualquier otra que disfruta de lo perverso en una sociedad con tendencia al juicio previo superior al goce, prefería esconder el rostro detrás del talento en las penumbras de la noche; pero hoy hemos determinado que es hora de traer a la luz toda la verdad. Con ustedes, mi colección más preciada: “Pintor de la noche”.
Las cortinas cayeron y las gigantesca fotografías fueron reveladas. Zee sabía que había sido un riesgo absoluto hacer todas las fotografías de ese tamaño, pero consideraba que tal magnificencia no admitía ser ocultada en un cuadro de 26 x 30 centímetros, que no merecía menos que lo absoluto, dejándose admirar por todos, inalcanzable para muchos, obtenida solo por aquellos dignos de ver a través de ella.
La galería había sido preparada con una ambientación acorde a las fotografías, el primer salón albergaba las capturas de la mañana, con luces fuertes y agradables a la vista que transmitían energía mientras las personas deambulaban, tomando las copas de champaña que traían los camareros, y se perdían en la mezcla de tonos y ángulos de cada fotografía.
El camino se extendía, dando un ambiente más tenue y calmado para las fotos de la tarde, donde había algunas que eran collages de varias fotografías juntas que daban una imagen desigual y distorsionada que realzaba la belleza, parecía un altar a la simpleza. Otras eran primeros planos de ciertas partes del cuerpo bajo la luz neutral de una tarde normal, la misma que podrían tener en sus casas relajados, creando una sensación de familiaridad que los iba envolviendo.
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AMOR DE ANTAÑO
FanfictionEl tiempo era pesado, habían pasado siglos y sus memorias se habían disipado, no hablaban de ellos en los libros de historia, y las pinturas que esas manos habían pintado, adornaban museos bajo su pseudónimo. Sin embargo, las almas no olvidan esa c...