Capítulo 01

247 37 19
                                    

Habían pasado entonces doce años desde que YoonGi perdió todo contacto con JiMin. Aún tenía muy presente en su mente las palabras que estaban escritas en aquella carta en donde JiMin renunciaba a todo lo relacionado con el orfanato, a todas esas memorias que los uniría para siempre. Ahora tenía veinte años y por situaciones que ni él ni las directoras del orfanato podían controlar era tiempo de que él buscara su propio camino fuera del orfanato, de su hogar, del lugar que lo vio crecer. Mientras empacaba sus cosas no pudo evitar sentirse melancólico al tener entre sus manos lo único que tenía de JiMin; esa fotografía que se tomaron en un cumpleaños de ambos. Se veían tan contentos, jamás pensó que las cosas terminarían así. 

—Siento que las cosas tengan que terminar así YoonGi...—Suspiró con pesar una de las directoras del orfanato, tomando los hombros del pelinegro.—Cómo me gustaría que te quedaras con nosotros sabes que no tenemos problemas con eso pero... tenemos que seguir órdenes.

—Lo sé, Hana. No tienes que sentirte culpable por algo que ni siquiera es culpa tuya ni de Ann.—Le sonrió con comprensión y Hana no se pudo sentir más aliviada al darse cuenta que YoonGi seguía siendo ese niño alegre y comprensivo que tanto quería.—Solo les pido que no abandonen a mis rosas, eh.

—Las cuidaremos tan bien como tú aunque seguramente te extrañarán.—Bromeó.

—Parece mentira pero las rosas sienten.—Respondió mirando por la ventana sintiéndose nostálgico pues JiMin también había ayudado a crecer gran parte de ese jardín de rosas.—Seguro que ellas aún lo extrañan tanto como yo...—Murmuró lo suficientemente bajito, no quería que nadie lo escuchase.

No quería que lo vieran llorar otra vez por el rechazo de JiMin.

—Antes de que vengan por ti tengo algo que decirte. Sé que debimos decírtelo mucho antes pero pensamos que no sería necesario.—YoonGi asintió no tan interesado de lo que le iría a decir la mayor, de hecho, se volteó para terminar de guardar su ropa.—Es con respecto a tu apellido.

Un pequeño silencio duró en la habitación pero no lo suficiente como para que YoonGi hablara. Hana fue más rápida y se acercó nuevamente a él, tomándolo de las manos sin apartar su suave mirada de él.

—Creo que con esta información tendrás un poco más de pistas por sí quieres seguir con la idea de encontrar a tus padres.—Dijo, haciéndole recordar a YoonGi esa estúpida idea adolescente de querer saber quién era y de dónde venía.—Solo quería que te fueras sabiéndolo todo, que sepas que siempre hemos sido sinceras con todos nuestros niños.

—Hana, todo eso solo fue un capricho, ahora lo que menos quiero es saber todo eso.—Rió con nerviosismo, la mujer se rió de vuelta y negó con su cabeza.

—Cuando te encontramos esa noche solo supimos que te llamabas Min YoonGi, tu apellido estaba en la pañalera, quizás quiénes te abandonaron no se dieron cuenta de ello pero dentro estaba tu identificación. Cuánto pesaste y mediste al nacer, ya sabes, todas esas cosas.

El corazón de YoonGi empezó a latir con rapidez, algo dentro de él sí quería saber quiénes fueron sus padres pero temía tanto miedo investigar más sobre él y terminar con el corazón destrozado.

—Solo sabemos que eres originario de Daegu. El hospital donde naciste al parecer se perdió en un incendio, así que no tendría tanto sentido que fueras para allá a preguntar sobre ti.—Dijo.—De todos modos aquí tienes la dirección, quién sabe y tengas suerte.

Jardín de Rosas - YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora