Policía de la Gran Ciudad

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Recibí un llamado que era de la comisaría, querían interrogarme nuevamente. Debía planear y analizar cada palabra que saldría de mi boca, cualquier mínimo error podría ponerme como principal sospechoso. Convencido de mi discurso, y con la mente tranquila, me dirigí hacía la comisaría, al llegar lo ví allí, podría jurar que se lo veía contento, esperando poder interrogarme. Pero él no contaba que yo tenía todo fríamente calculado, de mi boca no saldría absolutamente nada que pudiera complicar mi situación.
Me llevan a un cuarto donde solamente había una mesa y dos sillas, perfecto, yo ya hasta habían armado la escena en mi cabeza.
_¿Qué puedes decirme de la desaparición de tu padre?
Con la mayor de las seguridades, le respondí
_se fue con una mujerzuela, y nos abandonó.
_¿Cómo sabés? ¿Lo viste marcharse?
Lo miro a la cara, y sosteniendo la mirada, le digo
_hace tiempo salía con una señorita del cabaret, una noche se fue, como solía hacerlo y no volvió.
_¿No es raro, que la gente de su entorno desaparezca, de la noche a la mañana, sin dejar ningún tipo de huellas?
Me levanté, leí su placa con mi mejor cara desafiante, respondí                                
_Mire oficial Rodríguez sé que está acostumbrado a casos misteriosos horripilantes y hasta excitantes pero acá en este caso no hay nada de eso.
Si no estoy arrestado o algo por el estilo, me retiro, en caso de que quieran volver a conversar conmigo que sea sobre noticias del paradero de mi esposa, todos los días la espero. Con permiso que tenga un buen día.
Esa salida fue épica, pensó que por ser de un pueblito pequeño, iba a poder conmigo, y se tuvo que tragar sus palabras.
Con las aguas más calmadas, decidí ir al bar a despejarme un poco pero no contaba que allí ahogándose en cerveza negra, por cierto excelente gusto, estaría el "buchón", es mi oportunidad me dije a mí mismo.
_Buenas noches oficial Rodríguez, vengo en son de paz y para que vea que no soy rencoroso le invito unas cervezas.
Ni me miró pero de todas maneras me senté al lado de él y pedí dos porrones de cerveza negra artesanal, y para romper el hielo le pregunté
_ ¿que lo trajo a este pueblo tan aburrido? por los dichos, sé que la ciudad es como un parque de diversiones.
Seguía sin responder, yo continué hablando como si estuviera entablando una conversación fluida. _entiendo tu obsesión conmigo, es lo emocionante que podría pasar en este pueblo "loco asesina a su padre y luego a su esposa" pero lamento decepcionarte soy solo un simple hombre golpeado una vez más por el abandono.
en este momento me miro y me dijo: _sé que fuiste vos y no voy a parar hasta saber la verdad.
Acto seguido, se levanto y se marchó.
Debía hacer algo, este tipo estaba enseñado conmigo y claramente no pensaba abandonar el caso así nomás.

Iracundo: Historia de un AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora