Iracundo: Historia de un Asesino

"La cosa"

Y así fue que comprendí, que parte de mi vida se había terminado, no sería más el hombre amado por todos, las mujeres ya no querrían estar conmigo, el pueblo me temía.. pasé de ser un ciudadano ejemplar a un sospecho de un crimen aberrante; crimen que yo no cometí, pero del cual había sido cómplice. Ya nadie creía que mi esposa se había marchado, incluso mi suegra que tanto me adoraba, pensaba que yo le había hecho algo horrible a su hija.
Si tan solo pudiera demostrar que yo no fui, tal vez cómo cómplice me darían menos años, e incluso sería absuelto de los casos, después de todo, ésta cosa me producía un tanto de miedo, no sería capaz de enfrentarla.
Así que busqué la manera de que apareciera en un lugar público y exponerla.
Por días esperé a que Rodríguez se dirigiera al bar, cuando finalmente lo hizo, me senté a su lado, y comencé a hablarle

_tu arruinaste mí vida, sin evidencias, solamente a bases de conjeturas. Pero te entiendo, necesitabas arrastrar a alguien a tu propio infierno, sé tu secreto.
Por fin tenía su atención, y seguí hablando
_por tu ego, murió una inocente criatura, claro, no eras capaz de aceptar tu error ¿No? No, por supuesto que no podías arruinar tu titulo de “detective estrella”

Él se levantó de la silla, podía notar la furia en sus ojos, y me lanzó un primer golpe al mentón; quedé totalmente mareado, pero no fue suficiente, "la cosa" no aparecía, se abalanzó sobre mí y comenzó a lanzar golpe tras golpe, en eso en el fondo escucho una voz, la de una mujer. Era  ésta dulce dama que me tenía cautivado, le grita al oficial que se detenga. Yo estaba muy confiado que correría a mí, a mis brazos, pero ¿Qué creen? Corrió hacía Rodríguez. No solo la alejó de mí, sino que tuvo el descaro de robarmela, ¿A mí? A mí, que tenía todo para hacerla feliz, a mí que la había elegido cómo futura madre de mis hijos. Estaba totalmente confundido, pronto esa confusión se transformó en ira.. y de repente apareció, era la bestia esa, que tantos problemas me había traido, al fin la verían, la verían cómo yo lo había visto, una cosa horrible, despiadada, dispuesto a cualquier cosa. Se abalanzó sobre el oficial, tomó un candelabro, que había de decoración en una de las mesas, y comenzó a golpear una y otra vez sobre la cabeza de Rodríguez, la sangre comenzó a teñir el suelo de rojo, partes de masa encefálica, huesos y cabellos comenzaron a saltar por todas partes, esa era una escena muy grotesca. Todos gritando, corriendo, tratando de salir por cualquiera de las salidas, parecía que había pasado al menos 30 minutos, pero para cuando todo acabó, me dí cuenta que fueron tan solo unos segundos. Cómo pasaba siempre, "la cosa" se marchó, y allí me encontraba yo, feliz de haber tenido testigos, ésta vez no debía cargar con la culpa solo. Cuando salgo del lugar y veo a la gente atemorizada, les grito
_¿Lo vieron? ¿Vieron que yo no había hecho nada? ¡Siempre fue esa cosa!
Un silencio abrazaba a la oscura noche, volví a gritar
_Esta vez los tengo a ustedes de testigo,¿vieron lo que hizo? Nosé que clase de criatura es, pero lo hizo en situaciones anteriores! Solo que no tenía manera de demostrarlo, hasta hoy!
Nadie respondía, sus rostros estaban pálidos del susto, hasta que pude notar que todos miraban mi mano derecha, bajo la mirada lentamente y allí estaba… aún sostenía el candelabro.