Mommy? || SprnRubegetta

1. Reencuentros inesperados

Ser alguien fuerte, ser alguien ágil, ser alguien rápido y con excelentes habilidades en el combate son aspectos de suma importancia, más cuando vives en un mundo donde las amenazas por más mínimas que sean existen y rondan hasta en los rincones más recónditos del bosque, desierto o selva.

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Debía ser una misión en sí sencilla, explorar por un par de días nuevos terrenos y áreas desconocidas para la recopilación de datos útiles en un futuro próximo o lejano, los poblados establecidos y ''cercanos'' estaban interesados y habían estado mandando agrupaciones de exploradores a observar y tantear estas nuevas áreas. Lo que llamaba en particular la atención de los poblados, era la ausencia de intervenciones divinas, prácticamente ahí la voluntad de cualquier tipo de dioses no era válida ni tampoco se presentaba, una zona donde la protección divina no existe. Lo definían como... un terreno bastante extremo.

Tortillaland era uno de los poblados más grandes y que estaban interesados en el estudio de dichas áreas, por lo que un conjunto grande de sus habitantes había decidido emprender una expedición, campamento y exploración. Spreen iba en compañía de varios de sus compañeros y amigos del pueblo, la idea de explorar, minar en búsqueda de nuevos tesoros y de pelear con mobs desconocidos o más poderosos que en casa le parecía de lo más emocionante, la aventura suena siempre como una buena idea para él;

Entre las pláticas que se podían escuchar mientras seguían su camino, una risa especialmente destacó de entre las voces de sus compañeros, sus orejas hicieron un ligero movimiento al captarla y no pudo evitar por un momento girar su mirada disimuladamente... nunca admitiría en voz alta cómo le gusta escuchar a aquel hechicero castaño y de grandes lentes reír tan libre, tan tranquilo y feliz, ni mucho menos el cómo ese sonido apacigua su corazón, la vida era buena.

El destino final era bastante alejado de su hogar y confuso de llegar también, pero lo lograron, sin embargo, no esperaban que en aquellas tierras estuvieran también dos representantes de otro poblado ahí presentes y estableciéndose temporalmente tal cual ellos planeaban. Y más en concreto, que fueran dos miembros del ya legendario y conocido grupo de los once héroes protectores del enorme poblado de Karmaland.

Rubius y Quackity habían sido enviados por Merlon y Sapo Peta a realizar una exploración corta y recopilación de algunos materiales naturales y minerales de dicha zona "extrema". Karmaland había estado al margen en el tema de la exploración de estas nuevas tierras debido a que ya se sabía del riesgo que éstas podían significar, y más cuando también se sabe que son un sitio donde la protección de sus dioses es inexistente por más que estos intenten imponerse o ejercer. Es por esto mismo que cuando los dos ancianos anunciaron una corta expedición donde mandarían al par de híbridos a explorar y recopilar toda la información que pudieran, muchos estuvieron en desacuerdo y tomados por sorpresa, sobretodo los esposos de los elegidos pero nada que se dijera iba a detener una decisión ya tomada;

Ambos híbridos habían partido al amanecer siguiente con incertidumbre recorriendo su cuerpo, un viaje largo y tedioso pero gracias a los dioses llegaron, sólo que no esperaban que mientras se estaban estableciendo para una corta estadía, un grupo con un mayor número de personas se apareciese, todos con una insignia que los identificaba como habitantes del poblado grande de Tortillaland.

Si se lo preguntaban a Spreen, lo que menos hubiera imaginado de esa misión, era cruzarse con habitantes de aquel pueblo con la fama de ser bastante caótico, blanco de varios sucesos inexplicables, fantásticos o extraños y eso que su pueblo no es que sea un sitio muy pacífico, pero lo que aún menos se esperaba es que uno de esos habitantes presentes ahí mismo... fuera Rubius.

Ahora si se lo preguntasen a Rubius... tampoco se imaginaba que, en una misión tan corta y un poco peligrosa, se fuera a cruzar no sólo con habitantes de aquel pueblo lejano del cual Sapo Peta les había contado algunas historias, sino que entre éstos estuviera Spreen.

El encuentro fue un poco rígido al principio, ambos no parecían saber cómo encararse del todo, aunque sí se notaban familiarizados por cómo establecieron una conversación rápida y corta, además de que sus compañeros notaron que Spreen no se veía tan cerrado, agresivo o a la defensiva ante el híbrido de cabellos castaños. Quackity por su parte no cuestionó mucho el comportamiento de Rubius, sólo le era un poco extraño que aquel que siempre está por la vida llevándose animadamente y hablando con todo mundo, ahora se viera un poco cohibido, tranquilo y hasta un poco más maduro de lo usual con aquel otro híbrido.

Un diálogo pacífico se abrió entre todos los presentes y se llegó a la conclusión de que al estar ahí por un mismo fin, no había caso en no convivir de forma amigable, incluso varios de los habitantes de Tortilla propusieron el formar equipos de 4 a 5 personas para poder abarcar varias áreas la vez y así no exponerse por largos periodos de tiempo a los peligros que existían por ahí, pues sabían de la inexistencia de una protección divina que podía resultar contraproducente a la larga para todos ellos, un viaje de ida sin regreso no era precisamente lo que buscaban.

Spreen se vio integrando un equipo junto a los dos karmalienses y a dos exploradores independientes que habían llegado poco tiempo después que el resto. La decisión de éste tomó por sorpresa a varios de sus amigos y compañeros que pensaban que haría equipo con sus conocidos, pero no, no fue así. Él simplemente armó su equipo sin aceptar peros ni dar explicaciones a nadie del por qué su decisión, se le notaba incluso un poco más serio que a inicios del viaje o durante este, como si algo en él hubiera dicho que ya no era momento para estar jugando o tonteando.

¿Tendrá que ver con la presencia de aquellos karmalienses? Y más en específico ¿Tendrá que ver con aquel otro híbrido de oso?

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𝖭𝗈𝗍𝖺 𝖾𝗑𝗍𝗋𝖺: 𝖭𝖺𝖽𝗂𝖾 𝖾𝗇 𝖳o𝗋𝗍𝗂𝗅𝗅𝖺 𝗌𝖺𝖻𝖾 𝖽𝖾𝗅 𝗉𝖺𝗌𝖺𝖽𝗈 𝖽𝖾 𝖲𝗉𝗋ee𝗇, 𝗆𝗂𝖾𝗇𝗍𝗋𝖺𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝗈𝗌 𝗁𝖾́𝗋𝗈𝖾𝗌 𝗆𝖺́𝗌 𝗇𝗎𝖾𝗏𝗈𝗌 𝖽𝖾 𝖪a𝗋𝗆𝖺𝗅𝖺𝗇𝖽 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝖰uackity o Juan, 𝗇𝗈 𝗌𝖺𝖻𝖾𝗇 𝖽𝖾 𝗌𝗎 𝗇𝖺𝖼𝗂𝗆𝗂𝖾𝗇𝗍𝗈.