⏮️💛

106 13 2
                                    

Se había esfumado.
Así como así.
Y lo peor es que ni siquiera él fue el responsable de su extinción.

Lang QianQiu, aún seguía ensimismado por el final de esa persona responsable de su sufrir.

- ¿Gege?

Y para colmo, el pequeño niño que había estado bajo el cuidado de ese ser despreciable seguía preguntándole sobre su papá.

- Mande.

- ¿Puedo dormir contigo? Papá siempre me dejaba dormir con él.

No entendía como ese maldito responsable de un genocidio, había cuidado a este pequeñín.

- Está bien.

Ambos cayeron rendidos, había sido un día muy largo y ninguno de los dos procesaba todos los acontecimientos que hubieron.

El cuerpo de Gu Zi emanaba un calorcito reconfortante al dios marcial, ocasionando que entrara a un profundo sueño.

Vaya, ya era hora.

- ¿Hola?

Hola Lang QianQiu, bienvenido.

- Ammm... ¿Gracias?

Todo lo que podía ver era un blanco infinito.

¿Cómo estás?

- ¿Quién eres?, ¿qué quieres?

Un idea absurda cruzo su mente.

Oh, no... No soy Qi Rong, él en verdad murió.

Con los ojos llenos de sorpresa y un ligero rubor en sus mejillas, empezó a toser el de ojos dorados.

- No esperaba que fuera él en realidad.

Mmmm, pero lo extrañas, ¿no es así?

- Claro que no, ¿por qué extrañaría al responsable de la muerte de todo mi reino?

No lo sé, tú dime.

QianQiu no quería caer en provocaciones, tenía que salir de ahí.
No sabía cómo había llegado y en primer lugar ni siquiera sabía si era seguro estar ahí, platicando con una voz que quién sabe de dónde venía ni a quien le pertenecía.

- ¿Qué es esto?

No te lo puedo decir, porque incluso no lo comprenderias... Pero, hay algo que te puede interesar.

A lo lejos, una pequeña flama verde comenzó a flotar. Se movía de manera graciosa como si quisiera escapar.

Lang QianQiu de manera inconsciente troto para llegar a su lado.
Coloco una de sus manos debajo de ese fuego verde pero la alejo inmediatamente porque lo había quemado.

- ¿Es él?

¿Quieres verlo?

El dios marcial se quedó callado.
Sí, es cierto que quería venganza por todo lo que había hecho en el pasado, por ser el responsable de la muerte de muchos inocentes...
Pero también era verdad que desde que lo vio por primera vez, su corazón había latido de más, había creído que era la adrenalina que lo invadía cada que se cruzaba en su camino por la sed de venganza.
Pero en el fondo sabía que no era así.
Por ello era tanto su enojo y frustración.
¿Cómo podría sentir algo que no fuera odio por ese ser catastrófico?

Los sentimiento no entienden de razones.

Cerro sus ojos mientras un dolor de cabeza amenazaba con manifestarse.

Pensó en Gu Zi, ese pequeño que estaba más que convencido que Qi Rong era su padre, porque lo había cuidado mucho mejor que antes. Además de que había escuchado que ese fantasma evitaba comer carne humana enfrente del pequeño o en esa ocasión en la que lo estaba persiguiendo y lo vio sonreír.
En ese instante, tuvo que darse una bofetada para salir del trance y volver a perseguirlo, pero se había escapado.
Él nunca había tenido esos sentimientos antes, pero sabía el cómo se manifestaban... Así que estaba seguro que eso era, o al menos llegó a esa conclusión unas cuantas noches atrás.
Pero así como llego la idea la desecho, convenciendose que si moría el ojiverde, dejaría de pensar en esas estupideces que no iban con él.

Puedes verlo con una condición.

- ¿Y esa cuál es?

Antes de que pudiera controlar sus labios, estos ya habían pronunciado su sentir.

Tendrás que olvidarte de esta vida.

- ¿Qué?

Sí, comenzarás de nuevo.

- ¿Y cómo pretendes que lo encuentre si ni siquiera sabré quien es?

¿Quieres mantener tus recuerdos?

- ... ¿No?

Lang QianQiu se puso a pensar.

Sólo necesito que digas en voz alta lo que en verdad sientes por él.

El dios marcial lo que al final buscaba era acabar con Qi Rong para olvidar ese latir extra que sentía cada vez que lo veía... Pero si se olvidaba de todo lo que tuviera que ver con él...

¿Cómo lo reconocería?

ℝ𝕖𝕖𝕟𝕔𝕒𝕣𝕟𝕒𝕔𝕚ó𝕟.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora