-Oh Dios como odio tener que irme. Con lo bien que la pase aquí.
Amy no había parado en todo el trayecto al aeropuerto de quejarse por tener que irnos. Pero por qué, nuestro viaje seguiría, la próxima parada eran los Países Bajos donde podríamos visitar todas esas ciudades hermosas.
Sería como estar dentro de
una de las postales que tenía sobre mi escritorio. Todavía no podía creer que tendría todo un año para recorrer los lugares con los que tanto tiempo había soñado.-Si no te apuras, Amy, te juro que esta vez sí que perderemos el vuelo. Bramé.
-Ay deja de ser tan violenta, pensé que Jason al fin había logrado controlarte.
Todo el tiempo que habíamos estado en Alemania lo habíamos pasado con Jason y sus amigos. Nos había llevado a conocer muchos lugares que no aparecían en las guías turísticas y que solo alguien que vivía aquí podía conocer.
-Hablando de Jason, por qué todavía no está aquí. A lo mejor es por eso que estas peleona.
-Ya deja de decir que estoy molesta, peleona o lo que sea, no lo estoy.
-Si lo estás. Contesto Amy pasando a mi lado arrastrando su maleta rosa.
-No lo estoy. Me da igual cuando llegue ese imbécil. Qué se cree, ¿qué tengo que estar esperando por él?
No sabía por qué estaba tan enfadada. Si, lo reconozco, estaba enfadada y peleona desde que había llegado al aeropuerto y me di cuenta que Jason no estaba ahí. ¿Por qué razón? Pues porque me preocupaba que después de los días fantásticos que habíamos tenido, a pesar de no saber que éramos en realidad, si novios o solo
amigos con derecho, no fuera a venir.Me había dicho que vendría conmigo en el viaje pero estaba comenzando a dudar de todo.
Volví a mirar disimuladamente a mí alrededor por si lo veía pero todo estaba igual,ni rastro del chico de pelo bonito.
Nos sentamos en uno de los asientos a esperar que llamaran, al menos esta vez estábamos a tiempo.
-Nos hemos tomado unas fotos geniales. A que si Clau. Amy junto nuestros hombros.
-No sé, en muchas prácticamente no se me ve la cara.
-Hay no seas exagerada, las selfies son así, a veces quedas bien y otras no. Se
encogió de hombros.-No te contesto Amy porque te diré un disparate.
-¿Como los que dices siempre? Su carcajada al ver la cara con que la mire debe haberse escuchado en toda la planta.
Volví a echar un vistazo por la zona y nada, en cinco minutos llamarían para embarcar y no estaba. Realmente no vendría. ¿Por qué lo haría? Solo había sido algo pasajero, de esas relaciones que vives solamente durante el verano y después queda como una historia que contar a tus nietos en las fiestas.
Va, me da igual me dije, seguiría adelante.
Amy se paró de un salto cuando escucho que llamaban nuestro vuelo.
-Vamos, esta vez quiero entrar de primera.
-Para que te saluden las azafatas y los oficiales de vuelo. Dije con sarcasmo.
-Sería una buena experiencia. ¿Crees que me dejarían tomarme una foto con ellos?
Negué. Definitivamente no sabía si Amy estaba bien de la cabeza, es que a veces te salía con unas.
Arrastre mi maleta y justo a unos metros de llegar a la puerta de embargue algo se atravesó entre mis piernas haciéndome caer. Juro que las palabras que pasaron por mi mente en ese momento fueron ¡otra vez no!
Y así fue, no sucedió porque
inmediatamente unas manos me aferraron por la cintura y me sostuvieron en una posición, uhm… un poco incómodo, para nada romántica. Mi cabeza estaba a
pocos centímetros del suelo una pierna de Jason entre las mías, estaba de costado y sus manos me sostenían. Todavía agarraba con la mano izquierda la maleta y mi brazo derecho y mi pierna alzadas hacia atrás. Y cómo no, el sonido del obturador de un teléfono de fondo. Al menos esta vez no había sido el de Amy sino el de Theo, el amigo pelirrojo de Jason, que ya tenia nombre.Volví a quedarme en shock, que demonios, acababa de hacerme pasar por esta vergüenza otra vez. Me solté de un tirón que me hizo dar varios traspiés hacia atrás hasta lograr estabilizarme.
Iba a matar a Jason, me abalance hacia el al darme cuenta que su sonrisa no le cabía en la cara. Pero justo cuando mis manos tocaron
su pecho me abrazo en un agarre fuerte, sin soltarme, a pesar de que comencé a moverme.-Sshh. Fiera, ya está.
-A quien llamas fiera. No soy una bestia de circo. Gruñí molesta.
-Lo sé. Eres la chica más gruñona y bonita que hay en estos momentos en el aeropuerto.
Sus palabras detuvieron mis intentos de soltarme y lo mire a los ojos. Esta vez su sonrisa era cálida.
-Pensaste que no iba a venir. Me dijo. Asentí sin poder hablar.
-Tuve que esperar a este. Señaló a Theo. Tarda mucho en arreglarse y veníadándome la lata en todo el camino.
Sonreí, al menos no había estado tranquilo en el trayecto.
-Aun así sigues siendo un idiota. Le dije sin querer dar mi brazo a torcer.
-Así es, un idiota que te gusta y que te acompañara a tu viaje a los Países Bajos y te hará reír y te protegerá y te tomara fotos graciosas y estará ahí cuando vuelvas a tropezar…
Sus palabras me estaban ablandando, al final siempre lo hacían. Acercó sus labios a mi oído.
-¿Qué me dices, vas a dejar que este idiota te acompañe? Preguntó poniendo el rostro triste.
-Tú te has invitado solo.
Me aleje de él pero solo unos pasos hasta que me tomó de la muñeca y me acercó hasta juntar nuestros labios en un beso fuerte, posesivo mostrándome cuanto quería estar conmigo. Tuve que dejarme llevar.
Quién no cuando un chico así te besa.
-¿Quieres ver cómo quedaste en la foto? Me dio un beso en la mejilla con una sonora carcajada para alejarse deprisa por la puerta.
-Gracias a ti estoy segura que terrible. Le grité molesta siguiéndolo junto a Amy y Theo que no hacían más que sonreír divertidos. Nos esperaba un largo viaje.
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Un encuentro accidentado
Short StoryNo podía creer cuán pequeño podía ser el mundo para que tuviera que encontrarme con Mr. Pasa justamente hoy y en este lugar. -Vaya, vaya Mrs. Despatarrada en un lugar como este. No te hacía de esas no, me imagine que serias más de tugurios donde e...