Capítulo 6

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Casi se me desprenden los ojos al abrirlos tanto por la sorpresa de lo que veía frente a mí. Las fotos de la web no mentían, este lugar era fantástico. Estaba lleno de personas, la mayoría jóvenes, todos disfrazados desde trajes de época hasta las versiones más sexis de cada uno.

- Esta gente sí que sabe divertirse.

Me gire para mirar a Amy ¡Oh no! estaba a punto de hacer uno de sus gritos atronadores de mega emoción como los llamaba,había olvidado que estaba obsesionada con este lugar. Me abalancé a taparle la boca antes de que lo hiciera.

-Ni se te ocurra Amy Williams. La amenace con un dedo frente a sus ojos y me respondió haciendo el gesto de cerrar sus labios con una cremallera.

-Bien, bien ¿Estamos bien? Le pregunte.

-Estamos bien.

-Pues vamos que el de los rizos acaba de entrar y no quiero volver a verlo, esta
noche ya he tenido bastante de él.

Nos adentramos entre la multitud todo estaba oscuro con luces fluorescentes
iluminando el local intermitentemente. De vez en cuando se escuchaba por encima de la música los gritos de los que bailaban en la pista que se concentraba en el piso inferior. La barra era amplia pero afortunadamente el barman solo estaba atendiendo a dos personas. Nos sentamos en ella y mire a Amy buscando qué pedir, no sabía mucho de bebidas.

-Hola chicas qué les pongo. Nos preguntó el barman en alemán. No supe que contestar.

-Cualquier cosa,no sabemos nada de bebidas. Dijo Amy.

-Ah, no son de aquí, lo siento con ustedes en inglés. Nos respondió hablando en nuestro idioma, menos mal que sabía.

Tomamos nuestras bebidas y nos giramos para observar la pista de baile.

-Oye, que no son aquellos los chicos con los que estaba el de los rizos. Seguíamos
llamándolo así porque no le había preguntado ni el nombre. Ni que quisiera saberlo, sería Mr. Pasa para siempre.

Achine los ojos para ver mejor y casi me atraganto con mi bebida, vaya este iba a
ser que muriera ahogada si seguía dándome sorpresas. Pero qué es, bailarín profesional de free style, por qué se mueven todos tan bien. Parecían un grupo de baile salido de un video musical.

Sus cuerpos se movían al ritmo de la música con movimientos modernos no los típicos pasos que muchos de los estúpidos que los rodeaban estaban haciendo. Varios se giraron hacia ellos y les aplaudieron y silbaron mientras bailaban. Sin querer una sonrisa escapo de mis labios, me estaba gustando mucho lo que veía.

Este chico era asombroso, no solo atractivo e intuía que inteligente sino que talentoso en el baile. Era evidente que esa forma de bailar no era aprendida de hace poco, debía de estar bailando por lo menos desde niño para llegar al nivel que se podía observar en él.

-Baila genial, es toda una sorpresa. Clau tienes que dejar de pelear con él y
hablarle, estoy segura que si hacen una tregua se llevaran bien ya te dije que le
gustas.

-¡Que dices!, solo porque baile bien no voy a acercarme, este me deja peor que un minion en la pista.

-Ya estamos, siempre recurres al sarcasmo cuando te sientes acorralada y esta noche no va a funcionar.

-¿No recuerdas la cuarta regla? Dije y me cruce de brazos, no me gustaba por
donde iba la conversación, cuando Amy tenía algo en la cabeza era difícil sacárselo o hacerla cambiar de opinión.

-La cuarta regla está bloqueada desde ahora. No recuerdas cuando nos encontramos con tu chico fuera del club. Alzo ambas cejas.

-Ashh, ya déjalo.

Pero Amy no me hizo caso, bajó de su asiento y se encamino a la pista de baile
dispuesta a romper todas las reglas que habíamos trazado para esta noche. Vi cómose abrió paso entre la multitud y se acercó al grupo de chicos, que le sonrieron.

Trague saliva expectante y sin querer desviar la mirada a pesar de morirme de la vergüenza por lo que pudiera decirle. Se inclinó hacia rizos y le dijo algo que provocó que me mirara de forma burlona.

Ya estamos. Me arrepiento mil veces de venir esta noche y de conocerlo a él, entonces todo hubiese salido de acuerdo a nuestro plan. No me reconozco de como he tenido que actuar en las situaciones que nos hemos encontrado, es verdad que no quiero seguir así pero para mí la solución no es hacer las paces con él sino, no tener que verlo nunca más.

-Oh Dios, porque viene hacia aquí. Murmure mientras se acercaba con paso decidido y seguro y su perfecta sonrisa de mode…mmuerto en la cara.

No encontré un lugar en dónde esconderme y para cuando lo tuve frente a mí no me quedo más
remedio que actuar como si no me afectara hasta los huesos.

Un encuentro accidentadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora