Capítulo 3

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El trayecto en taxi hasta la casa de los señores Baumann, una especie de pensión en el centro de la ciudad, estuvo cargado de elogios por nuestra parte hacia todos los monumentos y edificios interesantes por los que pasábamos.

Amábamos Alemania había sido nuestro primer destino para visitar en este año de vacaciones antes de la Universidad. Por supuesto que había otras ciudades más de Europa pero ninguna nos hacía tanta ilusión como esta.

-¡Dios es hermosa! Grito Amy cerca de mi oído observando la casa que se alzaba frente a nosotras en un concurrido barrio de la ciudad.

-Sí, lo sé. Grite directamente en el oído de ella para que se diera cuenta que me
había molestado.

-Oye. Dijo pasando una mano sobre este.

La señora Baumann nos esperaba en la puerta de entrada, rondaba los sesenta
quizás algo más aun así daba la apariencia de ser alguien fuerte. Nos recibió con una cálida sonrisa.

-Hola bienvenidas. Que jovencitas tan encantadoras.

La seguíamos por un pasillo hasta una habitación grande con una escalera de mármol al costado, todo estaba iluminado de forma muy acogedora y era más grande de lo que pensé en un principio.

-Por lo que hablamos en el email dijeron que les gustaba mucho este país.

-Así es, se puede decir que llevamos toda la vida queriendo visitarlo. Contesteemocionada. Tendría dolor en el cuello si seguía observándolo todo como estaba haciendo.

-Esta casa es maravillosa, parece un museo. Los ojos de Amy brillaban.

-Eso es porque hemos mantenido la mayoría de las cosas de la vivienda original.

Ha tenido varias remodelaciones con los años pero hemos mantenido su estructura así como los muebles y objetos. Fue construida poco antes de la Segunda Guerra Mundial y destruida por los bombardeos en Múnich en 1945. Mi padre la levanto desde los cimientos con el diseño original y así hasta el día de hoy.

En el segundo piso al final de un pasillo de varias puertas la señora Baumann nos entregó la llave de nuestra habitación.

Amy y yo entramos al mismo tiempo con los ojos cerrados para ver que sorpresa nos llevábamos, si la vivienda era tan hermosa no quería ver los cuartos.

-¡Guao! Grite corriendo hacia la ventana con vistas a los techos de los edificios
colindantes. A lo lejos se divisaban las puntas de los edificios más modernos de la ciudad.

-No puedo creer que estemos viviendo esto Clau. Rápido tomémonos unas fotos,esto tiene que quedar guardado.

Tomamos varias, muchas, muchas fotos en diferentes rincones de la habitación. La cama con dosel en blanco y rosa era lo que más me había gustado, me hacía sentir una princesa.

-¡Oh yeah! Clau tienes que ver esto. Me llamo Amy sentada en una esquina de la
cama. Yo salía del baño en ese momento con un albornos rosa claro y una toalla
enrollada en el pelo.

-No, no pienso ver nada Amy traidora, te recuerdo que me traicionaste y subiste esa foto horrorosa al grupo de Whatsapp para que todos se rieran.

Cada vez que lo recuerdo me dan ganas de ¡arghh! Grite imitando una pose como si estuviese siendo poseída por un demonio. Por un segundo desee que fuera verdad y asívengarme de Amy.

-Ya deja el drama tienes que ver esto. Estaba emocionada.

Me acerque a su lado para leer en la pantalla de su celular.

-Ajj, mejor dime de que se trata mueves tanto la mano que no me has dado tiempo a leer. Me sacó la lengua.

-Recuerdas ese club del que te hable que era muy popular y que estaba cerca de la residencia de los señores Baumann.

-Hmm. Asentí.

-Pues esta noche tienen una de sus fiestas temáticas más famosas ¡Halloween!Grito una vez más.

-Pero es que…Diablos es verdad, es Halloween, con el viaje lo había olvidado. Y Amy no vuelvas a gritar. Nos mantuvimos la mirada unos segundos hasta que hablo.

-¿Qué hacemos?Puse mi mejor cara de seductora. Muy parecida a Yzma.

-Pues vamos a ir.

Un encuentro accidentadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora