Capítulo 14
(Advertencia: Último capítulo antes del epílogo. Mismo día, distinta perspectiva que el final de La última de los Black.)
***
«Querido Fred,
Gracias por haberme acompañado en este largo viaje.
Siempre tuya, siempre suya,
Denébola Black»***
Sábado 20 de Agosto de 2005
Si debía escoger una palabra para describir el último mes, sin alguna duda sería asfixiante. Denébola jamás habría creído que algo que debía embriagar tanto su estado perenne de felicidad podría ser tan exhaustivo.
Al principio pensó que las náuseas debían ser cosa de los nervios, pero cuando llegó la luna llena justo la noche anterior, una bombilla se encendió dentro de su mente.
Lo había comprado justo esa mañana, y tras abrir la caja lo guardó en el bolsillo trasero de su pantalón. Estaba asustada y tenía un nudo formado en su garganta, tan profundo que necesitaba hacer algo, algo que pudiera ejercer de distracción a todos esos pensamientos intrusivos que estaban dañando la belleza de un día como ese.
Había avisado a Draco, pero no pudo esperar sentada sin más antes de emitir un movimiento de aquella manía que prometió haber dejado hace mucho tiempo mordiendo sus uñas, las cuales Ginny había arreglado con esmero para ese día. Por eso decidió adelantarse.
Ni siquiera sabía que era lo que quería hacer. Todo lo imprescindible ya no ocupaba esos muebles, y debía reconocer que era una débil escusa para no enfrentarse al verdadero problema mientras se amparaba en los buenos recuerdos que escondían aquellas cuatro paredes. No podía creer que ésta fuese de las últimas veces que pisara aquella casa.
En Grimmauld Place había visto crecer a su hijo, murmuró sus primeras palabras, dió sus primeros pasos y su primera muestra de magia. Fue donde Reggie aprendió a montar en escoba, y donde realizó su primera travesura. Eran tantos buenos recuerdos que a veces le reconcomía por dentro si había tomado la decisión adecuada.
Abrió de nuevo sus ojos, que no sabía que había cerrado mientras sostenía aquella caja de cartón vacía y se dispuso a guardar con detenimiento cada detalle que ella creía importante. Revisaba entre los cajones, y en el armario. También se aseguraba de no dejar nada importante en el baño. Para cuando salió, alguien la miraba desde la puerta.
—Toc, toc —murmuró imitando el golpe de sus nudillos en la madera de la puerta y Dené le miró con lo que se suponía que era una sonrisa dibujada en su rostro—. Aquí estás.
—Creía que ya no vendrías a ayudarme —dijo, y enseguida Dené volvió al trabajo.
—Prometí que lo haría. ¿No es así?— y así había sido cuando le respondió de inmediato esa misma mañana. Draco se acercó a ella y comenzó a tomar las cosas que ella le daba para guardarlas en la caja—. Pero aún no lo entiendo, Dené.
—Ya te lo dije, Draco. No... No puedo volver a vivir aquí —una lágrima resbaló de sus ojos y no se contuvo en retirarla con violencia, trataba de despejar su mente pero era imposible, así que decidió seguir fingiendo un rato más—. Me trae demasiados recuerdos de él. No puedo... No puedo coger a Reggie y decirle que mamá llora en cada habitación porque todo le recuerda a su padre. Igual que en el viejo apartamento de mis padres... Demasiado tengo con la tienda. Además, sabes que ya he vendido esta casa. Creía que tú y Harry estábais de acuerdo conmigo en ésto.
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Cómo me enamoré de la última de los Black. || Libro 2 • GEORGE WEASLEY ||
FanficLa guerra había concluido, habían conseguido ponerle fin al legado de Lord Voldemort, pero había tenido un alto coste. Fred Weasley había abandonado ese mundo para siempre. Lo hizo tal y como lo había vivido, riendo hasta el final, pero tras su part...