06

177 35 4
                                    

Recuerdo lo histérico que me puse durante tres días, porque no se permitía la visita a Amanda. Y mi madre me pedía que me tranquilizase, llorando, porque no le iba bien a mi corazón, y yo le obligaba a marcharse, porque no podía con la presión.

Y al cuarto día, no pude medir los sentimientos que surgieron de mi cuerpo cuando vi a Amanda, bien, sana y viva. Y en la vida recuerdo haber abrazado más a alguien, y querido más a alguien, ni haber estado más feliz con alguien, ni haber necesitado más a alguien. Y, confieso, que, sin querer, se me escapó un ''te quiero'' en su oído.

hospital mindsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora