"El diario de N Harmonia: Biblia Multiversal Y El Holocausto Dimensional"

‡Histórico‡ Tshukihiro: Josué

Ay Arceus... Aquel muchacho por el que ella tanta obsesión tenía y tanto daño le hizo, esta vez, no fue algo que tenga que ver con Foxi, sino fue con Andrea, este muchacho del que hablo, su nombre era Tshukihiro, apellido desconocido, la apariencia, no la recuerdo muy bien, se conocieron muchísimo tiempo atrás, cuando por alguna razón, ellos decidieron empezar a estudiar.

Ella estaba sola con Foxi y Asriel en un salón de clases, de la mismísima nada le habló, solamente una plática casual, no fue nada del otro mundo, al poco tiempo se les empezaba a notar afinidad, y un día de la nada le preguntó si quería ser su novia, Andrea jamás había tenido pareja hasta ese momento, solamente un amigo de hace mucho tiempo, que alguna vez consideró, pero esa historia, pertenece a otro libro de este mismo testamento, un día, anunciaron que iba a haber un baile, como en cualquier instituto normal.

Se encontraban en medio gimnasio, estaban jugando, una especie de pelea muy extraña, nunca lo entendí.

-Mira, si yo gano, vienes conmigo -.

-Y si yo gano que? -.

-No lo sé, descúbrelo tu mismo! -.

Fue una especie de pelea en juegos, ella iba ganando hasta que la tomó del pie y la lanzó al suelo.

-Hey! Eso no se vale! -.

-Bueno, yo gané, ahora, vendrás al baile conmigo -.

-Ah no, no me gustan los bailes -Y con justa razón, si le hubiese hecho caso a su instinto, se habría salvado de todo lo que se venía.

-Perdiste la apuesta, vamos, te espero allí -.

Dicho todo eso, desapareció del lugar, dejándola sola, en realidad, siempre quiso que la invitaran a un baile, fue su sueño desde siempre.

Desde ahí, empezó a irle bastante bien con él, salían a todos lados, cuando algo malo le pasaba él la reconfortaba, era una relación, quizá decente, pasaron varios meses así.

Aún así, pobre de ella, no sabía lo que le aguardaba con él.

Tiempo después, el día del baile, todo había transcurrido con normalidad, ella no había pisado la pista de baile en toda la fiesta, siempre le tuvo muchísimo miedo a bailar, si me permiten decirlo, con justa razón.

-Bailamos? -Ahi fue donde comenzó el caos.

-De acuerdo, no sé bailar, no me juzgues -.

Pues, a media canción, casi se tropezó, se le veía pero que tomate recién maduro de la vergüenza que le dió.

-Lo siento, enserio lo lamento -Se soltó de su agarre y corrió a la mesa de la comida, asustada por el tremendo ridículo que había hecho pasar a su pareja.

Cuando se había decidido a volver a buscarlo, ya lo había encontrado bailando con otra, y tratandola de manera bastante "cariñosa", por no decir que hasta coqueteandole, se sintió bastante atacada, reemplazada, utilizada y manipulada, fue a buscar a una amiga suya de ese momento, le quitó un rifle francotirador que traía siempre, y le disparó.

Aún así, falló el disparo, fue como si más bien su mente le hubiese prohibido disparar con certeza, ya que tenía la puntería y remordimiento suficientes para acabar con ese aprovechado, aunque ella pensaba que aún a pesar de lo que le hizo, merecía ser feliz.

Años más tarde, volvió a ese estado traumático, ya que se enteró, que solamente la había usado por una apuesta, él jamás la quiso, solamente quería dinero, actualmente está casado, se cambió de apariencia, tiene una hija y vive como normalmente, era su misión después de todo.

A pesar de todo eso, aunque ya había podido superar ese trauma.

Andrea jamás en su vida volvió a pisar una pista de baile, pero eso cambiaría, pero, ese es un relato, que pertenece al siguiente testamento.