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Un joven Min Yoongi caminaba tranquilamente por los pasillos de su instituto, manteniendo una dulce sonrisa en su rostro, siendo ignorante de los miles de suspiros enamorados que robaba a su paso.

No era un secreto que muchos de sus compañeros de clases estaban encantados con el omega y que por supuesto no se cansaban de admirar su cabellera azabache que llegaba a la altura de sus hombros y sus bonitos ojos azules que contrastaban hermosamente con su pálida piel.

El omega era sin duda atractivo y para su corta edad ya tenía una larga fila de alfas esperando por una oportunidad para ser notados, sin embargo, todos y cada uno de ellos eran consientes de que solo había una persona que tenía el corazón del joven Min entre sus manos pero que era lo suficientemente estúpido para no notarlo, el único que tenía el privilegio de mirarlo de cerca, de tocarlo, de escucharlo hablar de manera despreocupada.

Algunos se preguntaban como alguien como Min Yoongi se había fijado en alguien tan simple, bobo y distraído como...

—¡Jungkookie!—La sonrisa del azabache se agrandó y sin pensarlo dos veces corrió al encuentro de su mejor amigo, quien se notaba tan feliz como él.

—Buenos días Yoonie.—Saludó el alfa con emoción y el omega lo miró fijamente, su parte lobuna ronroneo, disfrutando del suave aroma a sándalo que el castaño despedía.

—Tengo algo muy importante que decirte.—Dijeron al unísono y sus miradas se conectaron de nueva cuenta.

Un suave sonrojo invadió las mejillas del bonito omega y apartó la mirada con nerviosismo, deseando con todo su corazón que su aroma no lo pusiera en evidencia.

—Uhm, tú primero.—Pidió con una dulce sonrisa y su mejor amigo asintió.

—Le pedí a Jung Hoseok que fuera mi omega y él aceptó mi cortejo, ¿No es genial?—Contó con gran emoción y de manera inmediata la sonrisa del omega se desvaneció, dejando en su lugar una expresión sorprendida.

¿Qué?

Retrocedió un par de pasos y ocultó la carta que tenía entre sus manos, intentando mantener una expresión serena a pesar de que su interior estaba hecho un caos.

—Yoonie ¿Estás bien?—Jeon tenía el ceño fruncido y avanzó los dos pasos que el omega retrocedió, provocando que Yoongi tragará saliva.

—Si, lo estoy, solo fue la sorpresa.—Se apresuró a responder.—Felicidades Jungkook, seguro serán muy felices.—Se forzó a sonreir y al parecer su mejor amigo le creyó, pues el aura alegre volvió a él.

El timbre que indicaba el inicio de las clases se hizo oír y Yoongi suspiró aliviado cuando Jungkook se despidió y se marchó, perdiéndose en los pasillos.

Jung Hoseok

Conocía al omega, era muy bonito y agradable, era sin duda el tipo de persona que haría feliz a Jungkook. Por un momento se planteó la idea de declararse a pesar de saber que su amigo tenía una pareja, pero casi al instante desechó la idea, él no era ese tipo de persona y tampoco estaba en sus planes convertirse en el villano insufrible de la historia de amor entre Jeon Jungkook y Jung Hoseok.

—Tonto, tonto, tonto...—Se insultaba mientras caminaba en dirección a su aula y se detuvo frente a un bote de basura.—Aquí se termina todo.—Sentenció rompiendo en miles de pedazos la carta que contenía todos sus sentimientos hacia su mejor amigo y desechó los pedazos para después retomar su camino como si nada hubiera pasado.

¡No eres mi mamá! [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora