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—Oh, Jihyo, ya llegaron por ti.—Expresó la maestra con una sonrisa amable y la menor dejó de tocar el piano para mirar en dirección del reloj que descansaba en la pared de la estancia y se mostró extrañada. 

Cinco en punto de la tarde, ¿de verdad su papá Jungkook había llegado a recogerla a tiempo?

Estaba sorprendida pero terminó alzándose en hombros, se levantó del banco para después tomar su bolsón y corrió hasta la estancia, en donde su maestra ya la esperaba. 

—Nos vemos la próxima semana, Jihyo, práctica la canción que aprendimos hoy, por favor.—Expresó en forma de despedida y la menor asintió.

—Si, señorita Park, hasta pronto.—Se despidió y salió del sitio, sin embargo, su expresión serena se desvaneció cuando en lugar de su padre vio a Min Yoongi.

El omega vestía un atuendo bastante bonito ese día pero lucía agotado, era obvio que recién había salido del trabajo, por un momento la menor pensó en hacerle una escena pero Yoongi no parecía de animo, así que dejando atrás toda mala intención, la cachorra se acercó a él con pasos tranquilos.

—Hola, ¿cómo te fue en la clase?—La expresión de Yoongi cambió cuando la miró acercarse y le sonrió con amabilidad. 

—Me fue bien.—Respondió la cachorra con una débil sonrisa.—¿Y a ti?—No quiso pero terminó preguntando. 

—Me fue bien, pero hubo demasiado trabajo.—El omega extendió su mano en dirección de Jihyo, y ella sin pensarlo demasiado la tomó.

Hogar

Su lobito parecía bastante cómodo con el omega, y aunque a la cachorra le gustaría poder enfadarse, la realidad es que ya no lo hacía porque era consiente de que Yoongi se había convertido en un gran apoyo para su padre y para ella misma, de vez en cuando el omega sacrificaba mucho de su tiempo para ayudarla y lo reconocía, por ello, había empezado a cambiar su actitud para con él. 

—¿Tienes hambre?—La menor salió de sus pensamientos ante la pregunta del omega y negó.

—Estoy cansada, quiero dormir un poco. 

—Bien, te llevaré al departamento de Jungkook, creo que tu abuela está allí.—Avisó Yoongi con una expresión despreocupada y la menor se detuvo.—¿Qué sucede?—El omega parecía curioso.

—¿Podemos ir a tu departamento?, es más cómodo pasar el fin de semana allí, además podemos aprovechar para terminar de ver las fotos que nos prestó la abuela.—Expresó con nerviosismo, temiendo recibir una negativa, pero contrario a lo que esperaba, Min dejó escapar una suave risa y asintió.

—Está bien, solo le avisaré a Jungkook para que nos alcance allá.—La menor asintió conforme y se dejó guiar por el omega. 

Veinte minutos después ambos se encontraban fuera del departamento de Yoongi, quien introdujo el código en la puerta, y la misma se abrió, dándoles acceso, cuando la cachorra percibió el aroma del sitio se permitió sonreír, pues el aroma de Yoongi se había mezclado con el de su papá Jungkook, y esa combinación era de verdad relajante. 

—Ponte cómoda, llamaré a Jungkook mientras tanto.—Expresó el omega mientras se quitaba los zapatos. 

—Yoongi, ¿se quedó algo de mi ropa de mi última visita?—Cuestionó un poco avergonzada y el omega asintió.

—En el cuarto de invitados, en el cajón de la derecha, tu papá dejó pijamas y una muda de diario.—Explicó de manera rápida antes de perderse en el pasillo. 

Una vez que la cachorra se quedó sola suspiró y se quitó los zapatos para colocarse las pantuflas que descansaban en una repisa, sin pensarlo demasiado, avanzó en dirección del cuarto de visitas como el omega le había indicado y avanzó hasta el armario. 

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