Capítulo 29

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El dios de los secretos les explicó que la antigua diosa del caos lo acosó durante mucho tiempo, tratando de ocuparlo para encontrar al demonio que ellas también buscaban. Pero felizmente cada vez que iba volvía más y más débil, lo que le permitió sentir la fuerza suficiente para negarse a servirle otra vez, lo que ella consideró como una declaración directa de guerra.

Afortunadamente la diosa del caos no tenía absolutamente ningún interés en mostrar sus movimientos a los otros dioses, por lo tanto el orden no se enteró de ello, pero eso tampoco evitó que Chorong quisiera limpiar la evidencia.

Lo persiguió por cielo, mar y tierra para obligarlo a servir por la fuerza hasta que descubrió cómo los dioses más fuertes hacían sus sellos y los imitó, evitando que la diosa del caos lo pudiera acosar otra vez.

Grande fue su sorpresa cuando las diosas le dijeron que Seulgi había matado a Chorong y que ahora ellas tenían que encontrar al demonio, no porque quisieran matarlo, sino porque necesitaban recuperar a la amiga humana del demonio más aterrador de todos los tiempos (según él), Wheein.

Hacía mucho no ocupaba sus poderes y sonrió al notar que no lo haría con el fin incorrecto.

El dios de los secretos aplicaba su poder de manera muy particular, vastaba con que tocara algo relacionado con una persona en específico y sus ojos se volvían blancos. Lo que indicaba que ahora podría ver los lazos entre las personas, cual hilo rojo del destino, mientras las personas estuviesen relacionadas con el sujeto de la pertenencia que había tocado.

Ciertamente era muy útil, pero también peligroso.

Chan era capaz de ver la relación entre las personas, sus sentimientos y miedos en tiempo real dependiendo del color del lazo, lo cual podía ser incómodo para algunos y molesto para otros. La gente no se siente bien cuando son expuestos sus secretos y eso solo llevaba a que trataran de asesinarlo absolutamente todo el tiempo.

Por eso fue que se metió a vivir en un glaciar alejado de dioses y hombres, pensando que sería el escondite perfecto.

Wheein estaba ansiosa, quería saber dónde estaba Hyejin y sabía que Yong quería ver al demonio también, así que asumiendo que ambas debían estar en el mismo lugar, le pidió a Byul el teléfono de Hyejin para que lo tocara Christopher Bang.

El chico estaba nervioso, pero de todas formas accedió, haciendo que sus ojos tomaran un color blanco brillante al segundo en que sus manos entraron en contacto con el objeto.

Wheein estaba preocupada, Christopher había dicho que esto no funcionaría si la persona había fallecido, porque la energía de su alma ya habría abandonado su cuerpo, así que el pánico la empujó a preguntar.

—¿Ves algo?—Dijo con un nudo de llanto subiendole por la garganta, asustada como nunca antes pudo estar— ¿Chan?

El chico vio a Wheein atada con un lazo rojo como la sangre, pero cuya cuerda no podía ver avanzar hacia ningún lugar.

—No está en el mundo espiritual —Dijo.

Wheein casi se echó a llorar en los brazos de Seulgi, no dejaba de agradecerle su ayuda a ella y los ángeles, que no dudaron en jugar esta carta que seguramente llevaban escondida para investigar más de algún otro tema importante.

Byul le dio una palmadita en el hombro a Bangchan y le agradeció antes de decirle que estaba haciendo un buen trabajo.

Yong guardó el libro de Yonghee y se preparó mentalmente para lo que se venía.

Byul abrió el portal y le dio la mano a Yong para que pasara junto a Wheein y Chan a la casa de Hyejin, donde Wheein lo hizo poner la mano en un montón de cosas aleatorias que le gustaban a la modelo, para tratar de hacer la conexión más lúcida a su vista, lo cual funcionó bastante bien, sobre todo cuando puso la mano sobre su peluche de león.

El Demonio Bajo La Cama: "Castillo de Arena"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora