Capítulo 44

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Wheein llegó de noche al mundo espiritual, porque no quería ser vista. Se teletransportó directo a la montaña de los ángeles y lo primero que hizo fue cambiar las propiedades de una roca más o menos pequeña en comparación a las que usaban los dioses normalmente.

Le suplicó mentalmente a su propio poder para que todo saliera bien, sintiéndose ridícula a la vez por todo el esfuerzo que estaba haciendo.

Pero bueno, era una mujer enamorada ¿Para qué se estaba exigiendo tanta cordura?.

Puso ambas manos en la piedra modificada y le indujo tanto calor en los primeros tres segundos, que esta prácticamente se convirtió en agua, dejando salir a un gato gordo con cara de antipatía.

—Eres Jung Ggomo —Le dijo en un susurro, tratando de emular su propio alumbramiento— Y eres el guardián bajo mi mando... Bueno, también eres libre de hacer lo que te plazca siempre y cuando no sea algo que yo no haría en tu lugar ¿Está bien?

El animal la fulminó con la mirada.

—Debes secarme primero y después hablamos —Dijo el pequeño guardián peludo, dejando atónita a la diosa— Hace frío aquí

Wheein salió de su sorpresa y encontró lógica la petición del gato, así que lo primero que hizo fue secarlo.

Entonces cuando el animal pareció cómodo, su nombre quedó tatuado en la mano de la diosa, como palabra de enlace. Ahora Wheein podría ver a través de los ojos de Ggomo si este lo solicitaba y también sería capaz de invocarla en caso de que lo encontrara necesario.

Enseguida después de eso, Wheein llevó a Ggomo a zona neutral. Necesitaba enseñarle un par de cosas que le serían útiles más tarde.

Por otro lado, Hyejin estaba en casa, durmiendo abrazada de su almohada.

Soñaba con una mujer de cabello y ojos oscuros, piel bronceada y la sonrisa más hermosa que había visto jamás.

—¿Quién es usted? —Le preguntaba en el sueño— Se me hace conocida, pero no sé ni entiendo de donde ¿Nos conocemos?

La mujer negó con la cabeza.

—No nos hemos visto jamás, pero tú sabes de mi y yo sé de ti—Le dijo— Es un gusto, Hyejin

La modelo sonrío, la mujer era amable.

—El gusto es mío, aunque no sepa su nombre —Le dijo apenada y la morena solo sonrió.

—Tú conoces bien mi nombre—Le dijo claramente queriendo jugar a los acertijos— Pero no tienes que recordarlo ahora, en realidad quería conversar sobre algo

La mujer se sentó sobre el césped, Hyejin ni siquiera había notado que estaba en un lugar con césped.

—Supongo que soy toda oídos —Dijo imitando el gesto de la "desconocida".

La morena asintió aprobando su actitud y después dio un respiro hondo.

—El mundo está sufriendo cambios muy fuertes todo el tiempo —Empezó— Desde que los humanos nacen hasta que mueren, pasan por un montón de eventos que fácilmente pueden ir a parar en un libro de historia, incluso cuando a veces no se dan cuenta de la importancia de lo que pasa a su alrededor—Dijo como terminando su introducción— Pero para los dioses, la vida humana es tan efímera e irrelevante que fácilmente son comparados con insectos

Eso hizo doler un poco el corazón de Hyejin, pero permitió que la mujer continuara.

—Sin embargo, tú no eres un insecto ¿O sí?

Hyejin negó con la cabeza y la mujer sonrió.

—Eso creí —Dijo volviendo a su narrativa— La realidad es que los humanos son la piedra angular del mundo espiritual y por lo tanto, el deber de los dioses es preservar a la raza, aunque esta tenga esa tendencia imperiosa a la autodestrucción. Les guste o no

La modelo no sabía qué responder a eso, tampoco sabía de dónde había venido el tema, así que solo se limitó a prestar atención.

—Los dioses son el viento y las olas que agitan y aplastan los castillos de arena creados por la humanidad, en un intento de evitar que su sociedad se colapse —Entonces puso su mano en el suelo y al levantarla, salió un bonito castillo de arena— Cada humano es importante para su construcción, sin embargo al no tener freno, debido a su libre albedrío, se hacen daño entre ellos y los enormes castillos terminan colapsados por su propio peso

—¿Y los dioses? —Se atrevió a preguntar Hyejin.

—Bueno, ellos lo que deben hacer es derribar y moldear los castillos una y otra vez, para que los humanos se enfoquen en evolucionar en vez de involucionar... Y te preguntarás para qué te estoy diciendo todo esto ¿No?

Hyejin asintió.

—Porque sé que tú pudiste sentir que es uno de esos momentos en que serán golpeados, Hyejin —Dijo con seriedad, haciendo desaparecer en cenizas el castillo— El mundo espiritual se está moviendo de maneras extrañas, como nunca antes y si no tomas una o varias decisiones, todos se verán afectados por lo que llegue a suceder en el campo de batalla

En ese momento, la modelo se asustó.

—Pero ¿Qué tengo que ver yo en esto? Tú lo dijiste, solo soy un grano de arena —Dijo preocupada y confundida— ¿Qué podría hacer yo en una situación que involucra a los dioses?

La mujer se acercó para acariciarle el cabello y mirarla con una expresión familiar.

—Tú, Hyejin... Eres capaz de hacer lo que sea—Dijo alejando su mano para darle una última sonrisa.

Entonces Hyejin vio como la mujer se convirtió en miles de mariposas que volaron en distintas direcciones, rodeando todo a su alrededor.

Y despertó.

—Qué carajo —Dijo viendo su habitación oscura, notando que Wheein no estaba.

Se puso de pie y de pronto notó como la cabeza le daba vueltas, fue hasta el baño a tientas, encendió la luz y se lavó el rostro.

—Oh, no sé ni qué hora es —Dijo con cansancio mientras se secaba.

Entonces vio su reflejo en el espejo y se alegró de ver lo mismo de siempre.

Una exhalación de alivio se escapó de entre sus labios y volvió al cuarto para revisar la hora.

«3:45 a.m. Un poco menos y me habría asustado de verdad» Pensó con ironía, como broma para sí misma y volvió a la cama, pero cuando se apoyó, sintió algo pesado junto a ella.

—Si buscas asustarme, déjame decirte que no estás haciendo un buen trabajo —Dijo a la figura oscura acostada del otro lado de la cama— Llevo casi un año viviendo con un demonio errante, más vale que te rindas

Entonces la figura se puso de pie frente a ella y  le acercó la mano al rostro, pero al ver que Hyejin ni siquiera se inmutó, retrocedió.

—Ya veo... —Dijo el intruso, al ver que no se desmayó del susto— Esto será más difícil de lo que pensé...












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Capítulo corto pq sentí que lo que viene lo alargaría muchísimo.

Ya saben qué hacer.

Nos leemos luego.

El Demonio Bajo La Cama: "Castillo de Arena"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora