⁶|dio brando, jojo's bizarre adventure.

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—¿Te enteraste? —me pregunta Jonathan, mi hermano gemelo. Yo solo fruncí el seño en modo de confusión.

—¿El qué? —respondo.

—Según tengo entendido... —el ruido de unos caballos lo interrumpieron, los dos miramos a la ventana de la habitación y vimos como un carruaje llegaba a la residencia.

—Llego antes que tú. —lo reté al peliazul. Los dos reímos mienteas bajábamos las inmensas escaleras empujándondos el uno al otro—¡Primer..! ¿Huh? —había llegado primera, pero al apoyar mi peso con la gigante puerta, se abrió, dejándome caer frente al carruaje.

—¡____! ¿Estás bien? —pregunta mi hermano pero antes de que termine yo ya me levanté energéticamente.

—Sí. Vamos. —me limpié el polvo de mi vestido para ir al carruaje.

Cuando estuvimos en frente, vimos como se abría la puerta y alguien tiraba una maleta al piso. Miré confundida al propietario cuando un joven rubio saltó encima mío.

—¡Dios, quítate! —empiezo a gritar cuando el chico se sienta encima mío.— ¡Si no te vas en 5 segundos te rompo la nariz! —amenacé y el niño se quitó.

—Siento mi descaballerosidad. —se inclinó frente a nosotros cuando ya nos acomodamos.

—Tu debes de ser DIO. —habla mi hermano con simpatía.

—Y ustedes deben ser Jonathan y _____ Joestar. —habla con suma tranquilidad.

Su voz es demasiado leve, profunda y rasposa, como si me sintiera en paz.

—¿Quién es? —le pregunto en el oído a Jonathan.

—Soy DIO Brando. Y me quedaré en su casa, espero no molestar. —habla el de rizos dorados como si me hubiera escuchado.

Entonces se oyen unos ladridos. Me doy vuelta para ver a Danny.

—¡Danny! —digo con felicidad.

Entonces se acerca a DIO para recibir una patada de este, dejando casi inconsciente a mi perro.

—¡¿Qué rayos te pasa idiota?! —gritamos yo y mi hermano a la vez.

—¡Juro que ahora si te...! —mis palabras se quedaron en el aire cuando escuche a mi padre gritar.

—¡Jonathan, _______. ¿Que está pasando?! —pregunta el mayor.

—Lo siento señor, el perro se me tiro encima y yo solo reaccioné y me defendí. —miente DIO.

—Pedazo de... —susurré, pero me callé al ver que los penetrantes ojos rojos del rubio me miraban.

Y así pasaron los años, DIO haciéndonos la vida imposible, hasta que al fin, los tres hicimos un tipo de tregua. Quedaríamos como los mejores amigos frente a la gente, por mas de que no nos caigamos bien en persona, llegamos a tener 18 años sin matarnos todavía.

DIO llegó un día enojado por haber perdido una apuesta en el bar del pueblo, yo estaba tranquila leyendo en la sala de estar.

—¿Qué pasa? —levanto la vista de la página, su respiración intranquila me desesperaba. Al ver que no contestaba volví a lo mío.

Pero nuevamente suspirando y respirando como un toro.

—¿Puedes irte? No me puedo concentrar si respiras así de fuerte. —digo molesta y él no se inmuta. Me levanto frenéticamente hacia él para enfrentarlo.— ¡Te estoy hablando!

Levantó un poco su vista dejando ver sus temerosos ojos rojos. Ya estaba acostumbrada.
Mi orgullo no me dejaba irme, DIO tenía que hacerlo.

—Vete. —murmuré. Pero nuevamente, nada, solo su fría mirada.— DIO no me hagas... —no pude terminar ya que sus manos agarraron confirmeza mis brazos.

Frunzo el seño y se acerca a mi cara tan rapido como para impactar sus labios en los míos.

DIO era tan alto que tenía que agacharse una cabeza.
Me alejo rápidamente de él.

—¡¿Qué rayos te pasa, imbécil?! —le grito tratando de zafarme de su agarre, pero era mucho mas fuerte que yo. El gruñó con voz ronca para estamparme con fuerza a una pared atras mío.

Un leve gemido sale de mi boca por el impacto, lo que enfureció más al rubio.

Quien volvió a pegar sus labios a los míos, ahora sí, moviéndose desesperado.

Sus manos inmovilizaron las mías, pegándolas tan fuerte como un imán a la pared, mi mecanismo de defensa levantó mi rodilla para pegarle en la entrepierna.

El se quejó, se despegó de mí y en seña de dolor se agachó. Pero de quejarse pasó a reírse.

—Siempre me has gustado por esto, ____. No eres como las demas. —habla con su voz tranquilizadora, mientras levantaba su silueta para encontrarme en una situación depredador-presa.

—¿Qué? —pregunto incrédula.

—No volveré a insistir. Por eso dejaré tiempo para que decidas que hacer. Pero no puedes negar la increíble tensión que hay entre nosotros. —sus palabras me confundían, no tenía tiempo para pensar, lentamente sus grandes manos rodearon mi cintura, apegandome con sigilo hacia él.

Mis ojos brillaban, pero no estaba segura de lo que ocurría, si quiera si era real o un sueño.
Pero me dejé llevar.

Levanté mis manos a su mandíbula para acercar su cara a la mía y besar sus labios con dureza y determinación.

El sonrió para seguirme el ritmo. Nuestras lenguas se entrelazaban en un vaivén de labios que me hacía querer más.

Con mas rapidez DIO me guió a la pared, sintiendo en mi espalda el frío de las losas.

Entonces se escucha un sonido. El rubio y yo miramos a la dirección de la puerta.

—¡¿Que rayos?! —pregunta gritando Jonathan molesto.

Yo solo pude sonrojarme de la vergüenza y reír levemente, ahora debía afrontar consecuencias.

╰┈➤beyond the soul―multifandom one shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora