¹⁵|guido mista, jjba.

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contenido sexual explícito, juegos de armas.

-Te dije que no, niña. -gruñó Mista. Yo rodé los ojos, estábamos comiendo en el restaurante con el grupo. Yo estaba sentada al lado del moreno.

-Algún día podré descubrir lo que escondes debajo de ese gorro, Mista. -clavé un tenedor con fuerza en la mesa.- Y será pronto.

-Sí sí... Inténtalo. No lo conseguirás, jamás. -hicimos contacto visual por unos segundos hasta que me rendí y me aparté.

-Ya verás. -susurré para volver a lo mío. Una vez que todos terminamos de comer, nos dirigimos a nuestras habitaciones individuales.

Cuando se hicieron las dos de la madrugada, elegí mi mejor conjunto de lencería. Ningún hombre se resistiría a una mujer en ropa interior a mitad de la noche en su cuarto sin nadie. Ni el propio Guido Mista.

Con una sonrisa burlona en mi rostro caminé a paso lento hacia el cuarto de mi compañero. No esperé mucho luego de tocar la puerta cuando Mista la abrió. No me sorprende que use su gorro hasta cuando duerme, pude ver que solo estaba en boxers.

-¿(_______)? ¿Qué haces a esta...? -habló confundido frotándose los ojos, fue cuando analizó mi cuerpo que se detuvo.- Wow.

Levantó una ceja mirándome con descaro, yo me reí en voz baja.

-Bueno... no podía dormir. -mentí para entrar a su cuarto sin su permiso, estaba increíblemente desordenado. Rodé los ojos, Mista siempre fue igual, me sorprende que tenga rico olor.- ¿Te molestaría mi compañía?

Lo miré de reojo y cerró la puerta detrás suyo.

-Para nada, niña. -no se por qué me llamaba así, tenía solo 3 años menos que él. Se acercó a mí y yo, provocativa, bajé la tira de mi sostén con delicadeza. El chico abrió sus ojos sorprendido.-Oh mi...

Sonreí, no lo dejé terminar ya que estampé mis labios con los suyos, moviéndolos con dureza. Le costó un segundo adaptarse a la acción pero con rapidez dirigió sus manos a mi cintura desnuda. Acariciándome.

Cuando su piel hizo contacto con la mía, un escalofrío recorrió por completo mi cuerpo. Para intensificar el beso, enredé mis dedos en su nuca.

Entonces cuando menos lo esperaba, simplemente le saqué el gorro, me separé para verlo. Me reí al darme cuenta que mi misión había resultado exitosa.

Llegué al punto de pensar que era pelón, o tenía un mal corte para taparse de la manera obsesiva que lo hacía.

-Hija de... ¿Te da risa, eh? -agarró la muñeca del brazo con el que le había quitado el accesorio con fuerza pero no pude evitar sentir más atracción hacia él, su pelo corto marrón era hermoso. Totalmente despeinado. Su semblante serio me contagió y me dio miedo.

-M-Mista... yo... -no pude hablar con fluidez ya que mis mejillas ardían y sentía un revoltijo en el estómago, no pude identificar si fue por el beso o el hecho de que siento una fuerte tensión sexual hacia mi compañero.

-¿Eso era todo lo que querías, no? Pequeña zorra ¿Nunca te dijeron que no debes jugar con las personas, eh? -me acercó más a él a pocos centímetros de sus labios y yo solo pude responder con un jadeo.- Vas a terminar lo que empezaste, como buena chica que eres ¿Cierto?

No sabía que tenía un fetiche de elogio y degradación hasta ese momento. Tampoco pude pensar mucho ya que con fuerza me obligó a arrodillarme, quedando cara a cara con su erección.

-Mista... -gemí al ver su tamaño, pero él agarro un mechón de mi cabello con fuerza, obligándome a mirarlo.

-Haz tu trabajo. -dijo firme y sin chistar toqué su miembro por debajo de la tela, pude escuchar como su respiración se hacía pesada en un período corto de tiempo.

-Mista yo... -quise disculparme algo arrepentida, pero antes de que pudiera hacer algo sacó su pistola apuntando a mi sien. Mi respiración se acortó, sabía que no iba a dispararme pero la tensión y la emoción eran enormes.

-Ahora. -con esa simple palabra asentí repetidamente, obedeciendo sus órdenes. Bajé con lentitud sus boxers, que parecían apretarle demasiado, dejando ver su masculinidad totalmente excitada.

Tartamudeé, la presión de tener un arma en mi cabeza y ni si quiera saber si está cargada era increíble. Lamí con lentitud todo su miembro, desde el inicio a la punta, por la que salía líquido preseminal.

Se estaba impacientando, lo podía notar con su respiración agitada, así que actué lo más rápido posible. Inserté su miembro en mi boca con cuidado de no lastimarlo con mis dientes.

Debido a la repentina acción, pude escuchar un quejido en voz alta de Mista. Mi cabeza completaba la rutina de un vaivén, repetidas veces. Mis manos se dirigieron a sus bolas para jugar con ellas, él gimió. Su cuerpo empezó a tensarse.

Con brusquedad apartó mi cabeza obligándome a hacer contacto visual con él. Yo traté de regular mi respiración.

Me levantó rápidamente para plantar un beso necesitado y húmedo en mis labios, apartó la pistola de mi sien para tirarla en algún lado de la habitación y comenzar a desvestirme.

Empezó rompiendo mi sostén, cuando hizo ésto me aparté con enojo.

-Te voy a matar, me costó caro. -lo miré con furia y él rió.

-Cálmate, princesa. -habló a mi oído mientras besaba mi mandíbula.- Prometo comprarte otro.

Satisfecha con su respuesta comencé a jugar con su cuero cabelludo, rascándolo con mis uñas. Sus besos bajaron a mis pechos, y Mista no dudó en chupar y masajear mis pezones, haciéndome gemir.

-Mista... -hablé en un grito ahogado, tratando de hacer el menos escándalo posible o de lo contrario habría bullicio mañana con la pandilla.

Agarró mis muslos levantándome para tirarme, algo brusco, en su cama totalmente desordenada.

-Te ves tan hermosa, toda para mi... -susurró y pude ver lujuria en sus ojos, completamente oscurecidos. Como respuesta sonreí pícara para abrir mis piernas.

No se cómo hizo, pero con rapidez me dio la vuelta, quedando en cuatro en frente suyo. Agarró mis manos por detrás, evitando que las pudiera mover en lo absoluto. Pude sentir como mis muñecas se tornaban frías por un material.

-¡¿Me estás poniendo esposas?! -grité bajo mientras trataba de zafarme de éstas. Él sólo siseó para agarrar mis caderas con fuerza, exponiéndome totalmente hacia él. Sentí como su miembro hacía contacto con mi entrada, dándome escalofríos y jugando con ésta.

-Pídemelo. -susurró a mi oreja.

-Mista no me hagas... -mi protesta se vio acallada porque me pegó una bofetada en el trasero.- Hijo de... -y otra, nuevamente.- Por favor...

-Así me gusta.

╰┈➤beyond the soul―multifandom one shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora