𝘽𝙇𝘼𝘾𝙆'𝙎 𝙇𝙀𝙂𝘼𝘾𝙔 ||ʜᴀʀʀʏ ᴘᴏᴛᴛᴇʀ²

04|| SIRIUS WANTS HER TOO

"SIRIUS TAMBIÉN LA QUIERE A ELLA"
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A comienzos de octubre a partir de tercer año tenían el privilegio de poder visitar el pueblo de Hogsmeade.

Un trío extraño de Slytherin, caminaban con emoción hasta la salida de la escuela y entregar su permiso a la profesora McGonagall. Las miradas y los malos comentarios eran comunes cuando ellos tres solían pasar. Una sangre sucia en la casa de las serpientes, la hija de un asesino que ahora estaba suelto y el supuesto hijo ilegítimo de los Rosier, no eran situaciones para buenos comentarios, ni miradas.
Sin embargo, el grupo de tres amigos estaban acostumbrados a ignorarlos; mientras hablaban sobre la nueva temporada de Quiddicht, con Adam como veterano en el equipo y Aquila como la nueva novedad, y más teniendo en cuenta su género y estatus de sangre. Casiopea, por su parte, les contaba emocionada sus nuevos diseños con los que les animaría en el partido, pues ella prefería mantener sus pies en la tierra, tal vez con un lápiz y un cuaderno, o con un libro de texto; pero en la tierra.

Hogsmeade era un pequeño pueblo predominante de  cabañas y tiendas, con velas encantadas colgando de los árboles durante las vacaciones. Los tejados de las cabañas estaban nevados, al igual que el suelo. Los habitantes del pequeño y pintoresco pueblo en su mayoría tenían negocios montados como bares e incluso tiendas de caramelos donde los niños pasaban gran padre la excursión.

El trío de Slytherin siguió a la multitud hasta la tienda de caramelos: Honeydukes. Un viejo matrimonio atendía a los niños locos por probar tantos tipos de dulces que había en la tienda. Ranas de chocolate, grageas Bertie Bott de todos los sabores, plumas de azúcar y chicles superinflables, chocolates...

Casiopea fue a pagar una granjeas de colores cuando cruzo con dos integrantes del trío de oro, que además discutían a gritos. Sonrió al pensar que esos dos: Hermione y Ron, se darían cuenta de que algún día deberían ser más que amigos. Estaban colados el uno por el otro.

Los tres amigos salieron de Honeydukes. Andaron dirigiéndose a las tres escobas a tomar una cerveza de mantequilla y poder entrar en calor, pero antes se detuvieron enfrente de una tenebrosa casa. 

— Da mal rollo — murmuró Aquila

— Es la casa de los gritos — explicó Casiopea — se considera la casa más embrujada de Gran Bretaña. Se decía que años atrás se escuchaban gritos de terror que procedían del interior de la casa. Aunque desde hace bastante tiempo la gente no ha vuelto a escuchar nada. Aún así mantiene su escalofriante reputación

— ¿Entramos? — Aquila miró alarmada al pelirrojo

— ¡Estas demente!, nos podría pasar nada.

— Son solo cuentos que se dicen para asustar a los niños. Mi tío Regulus nos contaba esta hisotia de pequeños antes de irnos a dormir, y no amenazaba sino nos acostábamos con llevarnos a la casa de los gritos.

— Yo no se como aún contándoos esas cosas queréis entrar... — murmuró asustada la pelinegra

— Son mitos — dijo Adam

— Mejor vamos a por una cerveza de mantequilla— murmuro tomando a sus amigos de los brazos y arrastrarles hasta el local más concurrido de todo Hogsmeade.

Aquila frenó en un local de estilo rústico, al igual que las otras casas del pueblo. En la puerta se veía a gente tomando cerveza de mantequilla mientras hablaban e incluso un par fumando un cigarrillo antes de volver a entrar al calor.
Con emoción entraron dentro del local, sintiéndose abrazados por el calor que proporcionaban las chimeneas del local de
Madame Rosmerta.