EXTRA: HYUNIN.

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Jeongin siempre se consideró alguien seguro de sí mismo.

No le temía a nada ni a nadie.

Y por supuesto, siempre obtenía lo que quería.

Jeongin es un excelente amigo y, por supuesto, un buen hijo.

Era capaz de hacer todo lo que estuviera en sus manos para que él y las personas de su alrededor vivieran felices.

Y eso hacia ahora mismo.

Se estaba sacrificando por su mejor amigo; Seungmin.

Guiar a Hwang Hyunjin a la barra de bebidas de esa lujosa fiesta era lo mínimo que podría hacer por su Seungmin, y todo para que tuviera su tiempo a solas con Bangchan.

Jeongin pidió con seguridad dos copas de vino blanco y de paso la botella, y pese a que tenía poca tolerancia con el alcohol, bebería esa noche con Hwang.
Si de esa manera ayudaba a Seungmin, tomaría el riesgo de embriagarse y hacer estupideces.

Cuando le dieron las copas y la botella casí llena, le tendió una copa al hombre peliazul que seguía haciendo un intento en vano para safarse de su agarre, pero eso solo hizo que Jeongin afianzara el agarre y lo guiara a un cómodo sofá que estaba en el fondo del salón.

Ambos tomaron lugar en la suavidad del mueble.

Hyunjin veía expectante el atrevimiento de Jeongin al sentarse muy cerca, al punto de que su espacio personal era invadido, además de que el chiquillo no le soltaba del brazo.

Yang dejó la botella en la pequeña mesita de cristal que estaba frentea ellos. —Hace mucho que no nos vemos señor Hwang.— Jeongin bebió de la copa de vino, y al ver que Hyunjin no bebía lo motivó con un movimiento de cabeza.

Hyunjin aceptó y bebió pues desde su lugar no podía ver a Bang; ya lo había perdido.

Se resignó pues sabía que Jeongin no lo dejaría ir tan fácil.

—Por eso tu rostro se me hace vagamente conocido. Eres amigo de Seungmin, ¿cierto?— Sabía que lo había visto en algún lado, pero no recordaba específicamente en dónde.

—Oh, lo recuerdas. Pues sí, soy su mejor amigo.— Hyunjin bebía con nerviosismo. Había algo en el dulce tono de voz del pelinegro que le erizaba la piel. —¿Sabes? El último recuerdo que tengo de usted es estar frente a mi casa, con Seungmin llorando. ¿Recuerda?

Entonces la mente de Hyunjin hizo clic, y ése vago recuerdo llegó a él. Miró incrédulo a Jeongin inspeccionándolo con la mirada. Había cambiado demasiado.
Recuerda a Jeongin más bajo, frenillos, cabello desordenado, y una mirada rebelde.

¿En la actualidad? Jeongin había crecido demasiado bien para su gusto.
Los frenillos desaparecieron y dejaron una coqueta y perfecta sonrisa, la mirada rebelde seguía pero con tenue toque de maldad y atrevimiento en ella.
—¿Tú eres ese chiquillo que me amenazó?—
Jeongin le sonrió tiernamente y asintió. —Vaya que has cambiado.— Dijo sin despegar la mirada, pasando sus ojos sobre el cuerpo y rostro de Jeongin.

—¿Te gusta lo que ves?— Preguntó Jeongin con ese tono coqueto e inocente que empezaba a molestarlo.

Hyunjin soltó una sonrisa nasal, desvío la mirada y negó mientras bebía del resto del vino en su copa.
Incrédulo.

Jeongin era un engreído y narcisista de primera.

El chico llamaba mucho la atención haciendo que más de uno lo volteara a ver, y cómo no, sí Jeongin vestía un traje negro ajustado, tenía cortes en las clavículas y espalda de la camisa con detalles rojos, y el pantalón se ajustaba en las zonas exactas resaltando sus muslos y largas piernas.

I am CB97 ➳ CHANMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora