"UNVOLLENDETE" HOPEV ☘ FINALIZADA

I. Begin

Taehyung es solo un joven estudiante de primer año de preparatoria, de cabellos tan finos y tan castaños como los mismos granos de café. Siempre se mantiene tímido y sonriente ante todo el mundo. Es alto, su cuerpo esbelto y pálido es siempre alagado, es muy atractivo, aunque para él mismo le cueste aceptarlo.

Si la amabilidad fuese una persona él lo sería sin excepciones, puesto que no hay día en que no ayude a los ancianos a cruzar la calle, a ofrecerse como voluntario de dar clases a los compañeros a los que les cuesta entender un tema, a ayudar con los alimentos y gastos en las casas hogares y en los refugios de animales. Su acción favorita es el de tocar el violín a los ancianos del asilo de su rumbo, le encanta tanto como a los viejecillos que le obsequian dulces y grandes sonrisas. Todo esto lo realiza con el fin de la realización misma y la de fomentar acciones que puedan mejorar un poco al mundo. 

Su padre quien es uno de los más importantes empresarios a nivel mundial es un hombre de igual forma sensible, muy amoroso, justo y moral, y es por eso que el castañito es así, a pesar de que su mamá nunca la conoció, el brillante hombre ha dado todo de sí y hasta de más para que a sus hijos jamás les falte ni dinero, ni amor.

Como bien se sabe, a Taehyung le fascina ayudar a los demás, así que cuando ve a su viejecilla maestra de matemáticas aplicadas andar con dificultad con una montaña no tan grande de libros se ofrece a ser quien los lleve a su cubículo, es así como todos ven al apuesto y alto chico andarse por los pasillos con una pequeña sonrisa como saludo a los transeúntes.

Los compañeros de escuela del castaño se le quedan viendo hipnotizados sin tener la voluntad de echarle una mano, y eso a Taehyung no le importa mucho, puesto que para él lo importante es que ayuden a los que no pueden, y él en su caso, puede.

Dobla un pasillo recordando ferviente un recién libro que ha leído, se ríe viviendo una y otra vez las divertidas escenas, está tan ensimismado en ello que no logra fijarse bien por donde anda, de forma cómica y hasta divertida se estrella de repente contra un cuerpo logrando desparramar sus libros por doquier y además caer encima de un chico, sus manos tiesas en el pecho contrario. 

esos dos rostros están tan cerca que pueden sentir el olor que emana cada uno— madera y rosas frescas—, el más pequeño siente una vergüenza horrible al ser tan tonto y no fijarse en su camino, ve el rostro del chico contrario y su corazón late tan fuerte que le cuesta trabajo respirar. 

—¡Lo siento! — exclama con un tono que inicia alto y que termina como un susurro.

Sus mejillas están tan coloradas como las manzanas que ya están maduras en su jardín.

El contrario se mantiene sonriente y hasta se le puede notar a kilómetros la felicidad y diversión que el momento le ha provocado.

—Tranquilo ¿Estás bien? — en un solo movimiento el mayor logra levantar al chico sosteniéndolo con delicadeza de la cintura — ¿No te has lastimado? —, sus manos un tanto bronceadas se pasean con parsimonia en los brazos y piernas del chico en busca de un solo rasguño que actúe como un índice para llevárselo de inmediato a la enfermería. No lo hay —. Al parecer estás bien, es bueno ¿No crees?