"UNVOLLENDETE" HOPEV ☘ FINALIZADA

VII. Seulement Vous

Con la camisa arrugada y la corbata floja Hoseok se dirige a su apreciada oficina. Últimamente se ha sentido más perdido como de costumbre, ya no bebe ni fuma tanto como hace un mes antes, no quiere decir que lo haya dejado de hacer, simplemente ya no le es posible acabar una cajetilla y paquete de alcohol al día. Igual, se ha negado a merodear por la empresa y solo ha estado encerrado en su desastre de oficina, todo el mundo sabe que está actuando más extraño de lo normal, pero no le importa ni una pizca. Hasta Namjoon le ha parecido extremo el de cambiar su puerta por una que tenga un gran buzón donde le puedan dejar todos los papeles que tiene que firmar y checar, ya no quiere estar en contacto con la gente, ni mucho menos con ese rubio del que ha desarrollado un gran pánico con solo imaginarlo.

Su buzón está hasta el tope, así que con pereza toma un puño para llevarlo a su escritorio y comenzarlo a revisar. Cuando unos papeles con el nombre del chico del que no quiere enfrentar por su abandono pasado aparece, los revisa con las manos temblorosas. Todo está bien así que los hace a un lado para seguir con los otros, lento la desesperación que le ha azotado empieza a desaparecer.

Ha terminado su parte del día y ahora su reto es atravesar sin ser visto los pasillos hasta llegar a la cafetería, traga duro cerrando su puerta para echarse a correr como si un mafioso que quiere matarlo lo va persiguiendo. De pronto, una escena horrible en el asesor le hace quedarse quieto como una estatua ¿Quién es ese hombre tatuado que le acomoda la corbata al señorito Taehyung? 

Es su turno de sufrir viendo a quien le gusta con alguien más, es justo, piensa.

Las ganas de llevarse algo a la boca se le esfuman y ahora la idea de tumbarse en el suelo con el desorden a su alrededor suena más tentadora, por lo que retorna de nuevo a su oficina.

[...]

Un viernes Taehyung descubre la puerta de la oficina del ermitaño de su jefe abierta, como va a entregar unos documentos al hombre se adentra y, al poco rato cae en cuenta de que no está, se pregunta a dónde se ha ido a tan altas horas de la noche y por qué ha dejado sus aparatos encendidos. Al parecer Hoseok estaba analizando datos estadísticos de venta, al no ser difíciles se pregunta si es correcto que él los termine. Se dice que esperará cinco minutos para que aquel hombre aparezca y si no lo hace él lo hará, porque como ya todo mundo sabe, no puede ver algo inconcluso.

—Veamos — musita entre risas. Como ve las tablas ser muy largas se le ocurre aplicar fórmulas para acortar los datos, por lo que lo hace sin el más mínimo esfuerzo.

Al terminar se queda un gran rato observando el desastre que es la oficina del pelinegro, niega mil veces antes de ponerse a arreglar el lugar. Comienza con los documentos de su escritorio, se consigue un par de productos de limpieza para dejar rechinante los muebles y cristales. Las cajas las encima una con otra en un rincón, hay algunas que le pesan y otras en donde siente que su coxis le cruje, y aun así no se detiene. Las latas de cerveza son las que más abundan y se pregunta por qué alguien tan exitoso como Hoseok se destruye a sí mismo de esa forma. Las colillas de seguramente años forman una montaña en una esquina, se muerde los labios botándolas en la bolsa negra de basura. Lo único ordenado allí es un mueble con libros de partituras de distintos artistas clásicos, está Mozart, Bac, Beethoven, Chopin, Vivaldi, Schubert, Brahms y hasta Rajmáninov. Esta es la primera vez que se cruza con alguien con su misma pasión por la música clásica, eso le llena de felicidad, tal vez pueda ahora hablar de música con alguien que sepa del tema. Deja los libros con tanto cuidado y cariño para después empezar a limpiar el piso oscuro.