IV. Dans un bar

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♫♪♩¿Dónde estás bendita? ¿Dónde te has metido? ♫♪♩

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♫♪♩¿Dónde estás bendita? ¿Dónde te has metido? ♫♪♩

—Una copa más por favor — duda un solo segundo para después agregar con voz temblorosa —que sean seis mejor.

Hoseok se queda con la vista fija en su copa vacía, puede ver su reflejo, puede ver que tan acabado está. Desde hace tiempo que no se perfuma, que no se corta el cabello, que no ha visto las hojas de cerezos caer como solía hacerlo. Es un jodido desastre.

♫♪♩ Estoy clavado, estoy herido.
Estoy ahogado en un bar.
Desesperado en el olvido amor.
Estoy ahogado en un bar. ♫♪♩

Sus pálidos y delgados dedos tiran fuerte de sus cabellos, quiere dejar de odiar su vida, quiere hacerlo sin necesidad de tirarse un tiro, aunque con cada día que pasa sabe que es imposible.

○○○

"Papá, me he enamorado de alguien más. Por favor, por favor deja... "

El primer golpe le dejó sin aliento, sus labios no dejaban de soltar su tinta roja. Trató de limpiarse, pero el golpe en sus costillas le hizo caer al suelo y no poder moverse por un largo rato.

"Soy quien decide todo respecto a ti, tú solo estás obligado a callar y seguir mis reglas. Si estás enamorado o no, eso no me importa ¿Entendiste?"

Un golpe más le hizo mascullar un " lo entiendo" aunque en verdad quería decir que no comprendía ni sus formas ni su vida misma.

○○○

—Señor, es su límite. El señor Namjoon nos ha dejado en claro que....

—¡Soy quien decide por sí mismo! ¡¿Es tan difícil de entender?!

El barman asustado da un salto obedeciendo, se va rápido por el alcohol mientras que el pelinegro que ya bien conoce llora desconsoladamente. Siempre se repite lo mismo, él termina peleándose con el gran Jung Hoseok por la cantidad de alcohol, cede por sus gritos y lágrimas que le erizan el alma y después termina recibiendo un sermón de hora y media del señor Kim Namjoon.

-Señor, si quiere puedo escucharlo, a veces sufrimos por callar, es bueno sacarlo.

Hoseok se ríe limpiándose las mejillas, agradece que el barman quiera escucharlo, pero es mucho mejor hablar con un desconocido que con alguien a quien siempre ves ¿Cómo se supone que lo mirará después? Bueno, no es que ahora esté presentable, su imagen ya no es la misma de hace diez años, eso lo sabe perfectamente, aun así, se niega a hablar de sus delirios.

—No hace fuerza que pronuncie lo que bien sabes.

Y el barman lo capta y después de un asentimiento de respeto se marcha hacia la barra donde más clientes destrozados como él lo esperan.

Su corazón lo siente hecho trizas, sus pensamientos un desorden sobre el suelo roto. Él afirma con certeza que su vida ha sido arruinada desde que nació siendo un Jung y que ya nada puede hacer, lo acepta y sigue en ese círculo vicioso de autodestrucción.

Su padre le quitó su posible felicidad, se la hizo un lado y terminó perdiéndola sin saber cómo recuperarla. Un año apenas y ha pasado de su muerte y él no puede estar feliz de ser libre, de ya no tenerlo cerca, porque sabe que su manipulación le ha arruinado, destruido y matado ¿Cómo seguir con todo el desastre que es? Si con cada minuto, hora, día y mes que pasa no puede ver más que su alma destrozada e inerte. Tal vez su propósito de vida es el de sufrir, sufrir por un pasado que le forma por completo el cuerpo.

—Dos millones— sus dedos profesionales teclean sin necesidad de detenerse un solo segundo la computadora donde sin esfuerzo resuelve las matemáticas de las finanzas de su empresa. Podrá beber todo el día, pero jamás habrá un solo trabajo pendiente.

Está desarreglado y húmedo puesto que cuando regresaba a su oficina la lluvia hizo de las suyas dejándolo mucho más deplorable que antes. Sus cabellos largos se le pegaban a la cara al igual que su camisa y pantalones, pero a él no le importa ni lo más mínimo.

—Así que ya has regresado, muchacho.

No dijo nada, como un adicto continúa tecleando sin querer detenerse.

Namjoon suspira tan fuerte que el pelinegro puede escucharlo sin esfuerzo, se pasea por la llena oficina para terminar arreglando un par de cajas.

—No toques nada, me gusta como esta todo, me siento en casa.

—No digas estupideces, parece un basurero.

Gruñe horrible dejando su computadora a un lado para que a pasos tambaleantes por estar pasado de copas se dirija al peligris que no deja de tocar lo que considera decoración.

—Déjalo así, no tengo ganas de discutir hoy.

—Hoseok, regresa ya por favor, ya ha pasado tanto tiempo. Estás muy joven para arruinarte de este modo.

No dice nada, decide mejor pasar a lado suyo y huir a su departamento donde una cajetilla, la noche, la soledad y los me odios le esperan.

Namjoon se queda molesto y a la vez triste, maldice a los padres de Hoseok por arruinarlo hasta tal grado, no importan si ya están muertos, las cicatrices se le han quedado en el cuerpo y la mente.

En casa, Hoseok está recostado en un sofá oscuro frente a la ventana donde ve la luna hacerse cada vez más brillante, sin previo aviso una estrella fugaz pasa frente a sus ojos y las lágrimas ya han fluido con violencia, y es que aquella fugaz estrella le recuerda a la posible felicidad que alguna vez pudo tener y que por sus deberes dejo escapar.



—Si hubiese luchado por ti, tal vez hoy estuvieses muerto, por ello no lo hice, y en cambio, terminé muriendo yo. Fue la mejor decisión ¿Verdad? Pues prefiero mil veces hacerme daño a mí mismo, antes que a ti.














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NamhoArt.

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"UNVOLLENDETE" HOPEV       ☘ FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora