Epílogo.
Nico Robin.
-¿Qué demonios sucede contigo?- Zoro gritó hacia Livia, quien le dio una enorme sonrisa antes de dar un segundo paso inestable por cubierta.- ¿Acaso no te das cuenta que eres un bebé?- Ella se detuvo a verlo y soltó de golpe las katanas de su padre antes de comenzar a reír.
Me reí abiertamente al verlo aterrado de ver a la niña ponerse en pie nuevamente con Wadou entre sus brazos, Kina estaba entre mis brazos aplaudiendo las acciones de su hermana encantada de verla hacer travesuras, el césped sobre mis pies era maravilloso de sentir.
Aún no podía adaptarme a la idea de vivir en una isla con mis niños y los chicos, por fin lo habíamos logrado y estábamos viviendo un sueño hecho realidad.
El mundo ahora sabía de Koush y las niñas, pero nadie los buscaba, no eran perseguidos ni acechados, por lo que las armas y los arcos se transformaron en diversion y entretenimiento puro.
-¡Papá, dejala correr!- Koush llegó a salvar el día y tomó la mano de su hermanita para invitarla a seguir caminando.- Si camina puede entrenar y ser fuerte como tú, para que me gane en las peleas.
Zoro sonrió al escuchar a Koush decir eso y me miró de reojo, asentí en su dirección encantada con el espíritu de mi hijo y sentí a Kina querer bajar.
-Tú no sabes caminar bebé.- Le recordé lo obvio y se escabullo hasta el suelo para gatear hacia ellos rápidamente, sin importarle el césped.
-¡Kina! ¡Tú estás pequeña!- Koush me miró pareciendo infartado de verla gateando, pero me encogí de hombros dejándola ser e intentado ser niña grande.
Claro que Kina era más delicada, siempre había sido más pequeña que su hermana, siempre había estado un pequeño paso atrás en todo, pero era una niña valiente por que a pesar de ser más pequeña había logrado seguirle el ritmo de manera sorprendente.
-Déjala Koush, ella también quiere.- Koush suspiró y Livia cayó al suelo, Zoro me miró sonriendo, estaba sentado en el suelo, Koush estaba siendo un niño grande ya con cinco años, las niñas eran unos pequeños remolinos que buscaban destruir todo lo que tocaban.
-¡Heeey! ¡Es hora de comer!- Sanji nos miró desde la cocina y Zoro fingió no escucharlo.
-Niñas, vamos.- me puse de pie y Koush busco levantar a las niñas.- Koush, déjalas, ellas pueden ir a la cocina.
-Kina no.- Respondió entre risas y Zoro no pudo evitar reír.- Ella no camina.
-Pero Livia si, toma su mano y llevala a la cocina.- Zoro le dijo y él asintió llevando a su hermana de la mano mientras Zoro tomaba a Kina y la levantaba del suelo haciéndola reír.- Señorita, ¿cuándo vas a caminar?
Ella lo miro y le sonrió abrazandolo con fuerza.
Dos años tenían, y parecía que eran un equipo de fútbol completo, Koush, ya era un niño grande y amaba estar entrenando todo el día detrás de Zoro y mejorando su puntería en el arco, por que ahora lo dominaba casi por completo y era muy bueno en ello.
-¡Papá!- Livia lo llamó desde la entrada de la cocina.- ¡Ven, ya! ¡Ven conmigo!
-Mamá, ¿podemos entrar a la cocina?- Koush me pregunto y asentí un poco extrañada.- Escucho a tía Nami llorar.
Zoro me miró un poco extrañado y corrió a la cocina junto conmigo para evitar que abrieran la puerta y se encontrarán con una situación comprometedora con esos dos haciendo cualquier cosa.
Pero Koush abrió la puerta antes de que pudiéramos detenerlo, y en efecto.
Nami estaba llorando.
Lleve una mano a mi pecho bastante agradecida de que si estuviera llorando y no haciendo otra cosa, Zoro me miró con el mismo gesto en el rostro antes de acercarse a Nami para ver que sucedía.
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Al vaivén de las olas [ZoroxRobin]
Fanfiction¿Realmente podría llegar alguien a instalarse en su mente y corazón de esa forma? Era una tontería, algo que toda su vida había visto como una locura estaba pasando. ¿Realmente estaba cayendo? ¿Sus prioridades cambiaban? Roronoa Zoro no era una pers...