Al vaivén de las olas [ZoroxRobin]

Capítulo Tres:

Capítulo Tres:

Nico Robin.

Koush me miró aterrado con sus pequeños ojitos rojos e inflamados, estaba sentado sobre la camilla de enfermería siendo renuente ante todos mientras hipaba e intentaban controlar sus lágrimas.

Lo habían inyectado, habían limpiado sus heridas con intensidad para evitar infecciones y eso me había desgarrado el corazón al escucharlo gritar de forma desgarradora por el dolor.

Verlo herido, tenerlo llorando y sangrando entre mis brazos me había hecho sentir vulnerable, querer pasar su dolor a mi cuerpo, su llanto aterrado casi me había hecho llorar a mi también.

Lo miré con una sonrisa tímida sorbiendo mi nariz, Zoro estaba de pie al otro lado de la camilla mirándolo con el ceño fruncido, como si no lograra comprender del todo la situación en la que estábamos, yo quería abrazarlo, tenerlo entre mis brazos y no soltarlo, jamás permitir de nuevo que su cuerpo fuera lastimado, quería para él la felicidad en todo momento.

No quería que sufriera lo que yo había sufrido, jamás iba a permitir el sufrimiento en su vida.

--Ven con mamá.- Estire los brazos hacia él y los miró con atención pero no estiró sus pequeños brazos hacia mi como respuesta, no me sonrió ni mostró su lengua en actitud juguetona, simplemente me miró con miedo mientras mantenía sus manitas contra su pancita.- ¿No quieres venir conmigo? ¿Quieres quedarte ahí en la camilla?

--Vamos, ¿Y si vienes conmigo?- Zoro se acerco a él y repitió la acción, Koush simplemente lo miró con los ojitos repletos de lágrimas, claro que el puchero volvió a su rostro y comenzó a derramar unas cuantas lagrimas de forma desgarradora.

--No bebé, no llores.- le dije tomándolo entre mis brazos, no quería verlo sufrir, quería que sus lagrimas se fueran, comenzó a llorar más fuerte mientras se sujetaba de mi camisa.- ¿Te duele algo? ¿Te sientes mal?- El temblor en mi voz fue evidente, me daba mucha tristeza escucharlo y moría de ganas de soltarme llorando.

Zoro se acerco y me rodeo con sus brazos por detrás, me sentí un poco más en paz, pero aun así tenia miedo, miedo de Koush, de sus lagrimas y de su sufrimiento.

-- No estas solito mi amor.- Le susurre para que se calmara un poco.- Aquí están mamá y papá.- Zoro comenzó a mesernos con lentitud, Koush nos miró a ambos como si estuviera atento a mis palabras.- ¿Te sientes mejor con nosotros?

Él asintió un poquito y besé su frente varias veces, Zoro iba a separarse y en cuanto me dejó ir Koush comenzó a lloriquear, así que regresó al abrazo y nos quedamos así por varios minutos más, con Zoro paseandose de adelante hacia atrás hasta que Koush quedo dormido entre mis brazos.

Una vez que volvió a separarse mire a Koush, tenía los ojitos inflamados por completo, estaba solamente en pañal por las heridas frescas, sus labios estaban abiertos un poco y su nariz muy roja, con su manita sana se aferraba a mi blusa mientras que la otra la recargaba contra su pancita.

--Tiene mucho pánico aun, ¿verdad?.- Zoro acaricio de forma distraída su cabello.- Creo que le dio mucho miedo.- Yo asentí evitando mirarlo, no quería verlo por que tenia miedo de soltarme llorando yo también, me había dado pánico en pensar en su muerte o en heridas que pusieran en riesgo su vida.- Y tú también, ¿verdad?

--sentí que moría por un momento.- Acomode mejor a Koush contra mi pecho, en esos momentos lo miraba tan indefenso, tan pequeño, tan frágil.- Pude haber llegado antes.- Mi voz se quebró un poco.- Pude haber evitado que...

--Nadie pudo haberlo evitado.- me dijo él apretando mis hombros.- Fue un accidente, un imprevisto así como la primera vez que rodo fuera de la cama.- Sonreí.- ¿Recuerdas? Nos quedamos dormidos y rodo, despertamos por su llanto y lo encontramos en el suelo.