I'll never be in love [Dkbk]

LXXVIII

Despertó algo mareado y confundido. Su boca estaba seca y su cuerpo se sentía pesado. Levantó la mirada y vio a su omega aún dormido, con la respiración suave y su rostro relajado. Su cara se encendió en rojo vivo cuando se dio cuenta que seguía dentro de él… la hinchazón había pasado así que ahora podía salir.

Se movió lentamente para alejarse y bajar de la cama, necesitaban agua potable. Subió su ropa interior para taparse un poco y se acercó al pequeño refrigerador que incluía la habitación. Agradeció profundamente que sí hubiera un par de botellas, aunque sabía que eran extremadamente caras y les harían falta más de esas.

Abrió una botella y bebió de ella para hidratar su garganta. Miró a su esposo, quien ahora estaba acurrucado en medio de la cama, se acercó para cobijarlo con las mantas.

Dio un respingo cuando tocaron la puerta, se apresuró a tomar alguna toalla o una bata de baño. Era el servicio de limpieza.

-¿S-Sí? -abrió sólo un poco, sin quitar la cadena que impedía que la puerta se abriera en su totalidad.

-Vengo a hacer la limpieza, señor -habló, la conversación se llevaba a cabo en inglés.

-No es un buen momento, lo siento -estaba muy nervioso, el cenizo no tardaría en despertar y sus feromonas se volverían a disparar.

La mujer pareció entender, el aroma dulce que salía de la habitación era suficiente para darse cuenta de la situación en la que se encontraban los huéspedes. Se ruborizó y asintió apenada.

-Puedo dejarles un letrero de no malestar -ofreció y rebuscó debajo de las sábanas que traía en su carrito transportador.

-Sí, gracias…

-¿Algo más?¿Agua? -Izuku agradeció la amabilidad de la señora.

-Sí, por favor -respondió con vergüenza, su ansiedad aumentó cuando escuchó el movimiento en la cama y un jadeo -Pero…

-Le diré a mi compañero que deje las botellas aquí afuera, no se preocupe -agarró su carrito con fuerza y empezó a alejarse lentamente -Lamento interrumpir.

-No se preocupe.

Cerró la puerta con algo de fuerza y se giró para mirar al omega. El ardor en su hombro aumentaba por segundo, lo quemaba. Caminó hacia el par de botellas que tenía en el escritorio y se acercó a la orilla de la cama.

-Alfa… -lo llamó entre sueños mientras seguía moviéndose levemente, buscando los brazos de su pareja.

-Aquí estoy, cariño -subió al colchón y se acomodó a su lado, inmediatamente el menor se acurrucó junto a él y siguió durmiendo.

Suspiró aliviado, realmente pensó que despertaría en ese momento. Buscó su celular con la vista y tuvo suerte, estaba justo en la mesa de noche de su lado. Se estiró para agarrarlo y revisar la hora. Abrió los ojos sorprendido, había pasado todo el día, era la mañana del día siguiente.

No creyó que la marca y anudar los haría prácticamente dormir más de veinte horas. Miró al cenizo, estaba en sueño ligero y cualquier movimiento lo haría abrir los ojos.

-Amor -lo llamó mientras aventaba el aparato al otro lado -Despierta.

-Mmm -se quejó.

Izuku podía sentir que el ardor en su cuello aumentaba de nuevo, tenía que curar la herida. Acomodó al más pequeño para poder llegar a la marca y empezar a lamer para limpiarla. Katsuki soltaba jadeos por la sensación de su lengua contra la herida, era molesto y lo hizo despertar en cuestión de segundos.

Seguía un poco adormilado, pero el calor volvía a aumentar rápidamente. El pecoso sintió las feromonas sexuales que se potenciaron en ese momento, gruñó y se apegó más a él.