Rota

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Missy se preguntaba cómo le iba a contar todo. Tras el último encuentro. Ambos llegaron a su escondite.
Era la mujer más dichosa de todas.
Aunque en ese momento no sabía cómo decirle.
Daemon, dormía plácidamente. Mientras Missy, lo observaba en silencio, las dudas, y los miedos crecían en su interior.
Era hermoso verlo dormir. Aquellos cabellos platinados, ahora despeinados, provocaban despeinarlos una y otra vez. No se resistió a observarlo aún más de cerca.
Por eso se acostó de nuevo a su lado, podía verle las pestañas, eran perfectas, tan perfectas como ella en más de una ocasión se había imaginado como eran. — Serán más de mil, esas hermosas pestañas... — susurro con suavidad, no quería despertarlo. Aunque aquel cuerpo eran tan tentador. Que ella se tuvo que ordenar, en no tocarlo.
A continuación, se sentó en la cama para levantarse. Le apetecía un baño, en aquella enorme bañera. Y eso es lo que hizo, se preparó la bañera, con agua caliente, era extraño, aunque su cuerpo ya no tenía la calor de antes, podía aguantar el calor de aquellas aguas.

"Tras desnudarse, se metió dentro de el agua, Sentándose dentro, era perfecta aquella medida y tamaño, cabían dos personas dentro. Aquel lugar era tan tranquilo, que solo se escuchaba los olas romperse contra las rocas.
Missy cerró los ojos, Las tenues Luces de las velas llenaban de sombras el hogar de ambos. Estaba casi medio dormida. Pensando en todo lo que ha vivido, en todo el amor que siente por Daemon. En todo lo que le ha dado. En ese momento, tan metida estaba en sus pensamientos, que no escucho los pasos, de pies descalzos. Las manos de Daemon, se posaron en los hombros de la mujer. Esta a su vez, abrió los ojos al notar sus fuertes manos, sonriendo al verlo:
— No quería asustarte mi lady. Se que estás pasando por algo. Incluso tus cabellos están oscureciendo. Dime... ¿Que te esta pasando?— pero ella no sabía cómo empezar con todo lo que tenía en su mente. El cristal había hablado, y estaba escribiendo su final. Dio un largo suspiro, lo miro de nuevo.

— My rey. No quiero hablar de esto. Puede, que me tomes como una loca. Si te digo la verdad.

—¿Cuál verdad mi reina ? — se puso de rodillas , obligándola a mirarlo a los ojos. — Si mi amas, deberías decírmelo.

— Claro que te amo, mi rey. — le rozó la mejilla con las yema de sus dedos, mojándolo a su paso, por el agua de la bañera— solo que ... — bajo la mirada, notando de nuevo las lágrimas en las retinas, a la misma vez, que bajaba la mano derecha de nuevo a la bañera. Daemon, se metió dentro con ella seguía con la parte de abajo puesta, pero no le importaba, solo quería abrazarla con cariño, para calmarla. Se puso en medio de las piernas de ella, estrechándola con cariño. Nunca se había enamorado, y aquella era la primera vez, que lo había echo, y esta vez, era de verdad. Missy, lloraba ahora contra el pecho de su rey. Quería calmarse, pero no podía. Daemon , la tomó de las mejillas, secando sus lágrimas con la yema de sus dedos. No le gustaba verla llorar.

— Por favor mi reina . No llores más . Se me parte el alma.

— My rey, cuando me vaya ¿Me seguirás amando? ¿Me buscarías a cualquier lugar? — Daemon, no la entendía. Negaba con la cabeza, apretándola más contra él, pero con esa dulzura que no era natural en él.

— Te buscaría en todo lugar, pero no te dejaré ir. ¿Me oyes? Si te vas, moriría con vos. Yo mismo me mataría — el aliento de ambos se mezclaba, los ojos violetas de Daemon, se clavaban en los oscuros de la contraria. Missy, entre lágrimas besó los labios de el contrario. Daemon, correspondió con más furia , como si aquella mujer lo volviera débil. Aún, a pesar de todo, ella seguía teniendo aquel olor que tanto lo excitaba. Como pudo, se quitó la ropa. Dejándola flotando en el agua, volvió otra vez a los brazos de Missy— My Missy... My lady — le susurró, ambos estaban más apasionados que nunca, como si supieran que el tiempo se les venía encima .
Esta vez, ninguno de los dos se entretuvo, pero esta vez, aquel encuentro era más dulce. Ambos, aún en la bañera, se besaban con delicadeza. Daemon, se sentó haciendo que Missy se sentara encima de él, calmando las ganas de arremeter contra sus labios, Missy besaba con dulzura al contrario y él, mágicamente le correspondió, sonreían entre beso y beso, mientras el agua les acariciaba el cuerpo.
Era la primera vez, que se miraban a los ojos como si se descubrieran por vez primera. Ambos, mientras sus labios se besaban, las caricias eran más ardientes pero se calmaba la piel al contacto de sus dedos. — Te amo— le susurra él, entre caricias, besos y ganas de amarla cada día más. Fue ella, la que se situó encima de la polla de Daemon, haciendo que entrase dentro de su apretado coño, ella se mordió el labio, mientras ambos se miraban a los ojos.

— Daem~ hazme el amor, despacio~ pero siempre mirándome a los~~ ahhhh — él no la dejó acabar, besaba sus labios una y otra vez, mientras sus manos guiaban las caderas de la mujer. La polla de Daemon entraba perfectamente, encajaba como si ambos fueran creados para el uno y el otro. Aunque seguía estando estrecha. Missy, no paraba de moverse de arriba abajo, notando como en su interior palpitaba aquella magnifica dureza. Se abría como una flor, mientras Daemon lamía los senos de la contraria , poniendo los pezones de punta al ser más atento con la lengua, aquello era un manjar, y Daemon los quería disfrutar. Quería disfrutar de su mujer, por eso era tan cariñoso, aún más .

— Si te vas, me mato, te lo juro. No ves que estoy locamente enamorado de ti— le susurraba él, entre beso y beso, entre caricia y caricia, mientras ella le seguía cabalgando excitada por tener la polla de Daemon tan profundamente dentro de ella, ambos querían llegar, pero esta vez sin prisa pero sin pausa. Ella quería correrse, por eso él, metió la mano en el agua, acariciando el clítoris, para así estimularlo. Lo apretaba, y aquello era un castigo para él, ya que lo apretaba con los músculos vaginales , dejándolo sin aliento , excitado y sin parar le muerde los labios con suavidad, notaba que su mujer estaba próxima al clímax— hazlo... necesito escuchar ese dulce gemido— y eso fue lo que escuchó, Missy no paraba de moverse de arriba abajo, le clavaba las uñas, mientras el agua de la bañera le azotaba el trasero. Ella no paraba de moverse, gemía , gritaba , susurraba el nombre de Daemon, mientras él le mordía la barbilla , sabía que estaba cerca, la olía. En ese momento él, la tomó en peso, haciendo que entrara aún más dentro de ella, algo se rompió y calló al agua, pero ambos seguían disfrutando de ese momento, le estaba haciendo el amor, Daemon la mantenía en peso mientras ella llegaba al orgasmo, ella descansaba con la cabeza apoyada en la clavícula de él, Daemon le sonríe y le susurra— no me seas egoísta , vamos a la cama, necesito correrme dentro de tu coño— ella le sonríe, intentado recuperar el aire, Daemon sin salir de dentro de ella, salió de la bañera con su mujer en peso, secando sus pies descalzos en la pequeña alfombra que había, la lleva a la cama, al dejarla a ella antes, él se hundió aún más, Missy gimió de placer, pues de nuevo lo había echo, había tocado a su fin. Daemon, se movía encima de ella, lentamente, juntando las palmas de las manos, mirándola a los ojos, mientras no paraba de entrar y salir, su polla seguía dura, tan dura que solo basto dos embestidas más, Para correrse de nuevo dentro de ella, se quedó quieto, abrazado a ella, le susurra al oído dulces palabras, y un — te amo my reina, quiero un bebé tuyo— ella abrió los ojos y le abraza, sonríe feliz y aguanta ese llanto.

— Yo también quiero un hijo tuyo, my rey Targaryen. — ambos se besan, con lágrimas de felicidad, acurrucados así, él dentro de ella, al final salió, colocándose al lado de ella. Mientras de nuevo la abraza, se quedan abrazados, acariciándose la piel.

La luz de las velas , acariciaban la piel desnuda, brillante, ambos seguían descansando, o eso creían, Se habían amado con tanta calidez, que el tic tac se rompió en los oídos de ella sin apenas haberlo escuchado, un susurro y un último respiro, un último— Daemon...—- el pecho de Missy , dejó de moverse, ella dejó de respirar.

Solo una jinete +18 Daemon TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora