Lento

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Tras aquello , los tres estaban satisfechos por la comida. Incluso Missidia, animada les contó cuando conoció a Xander.

— Esa historia es fantástica— comentó Rhaenyra entusiasmada.

— No me cae bien ese dragón tuyo.— Missidia empezó a reír.

— Disculpe mi osadía por reírme, pero a él, tampoco usted le cae bien, es mutuo.— Daemon empezó también a reír, alzó la copa y dijo después de ponerse en pie.

— Por esos dragones que no me quieren ver.— las dos féminas también se pusieron en pie y también brindaron , pero la alegría duró poco. Aemond, hizo acto de presencia.
El ambiente estaba tenso, más de lo normal. Los demás Targaryen que aún no habían entrado iban llegando .
El encuentro de aquellos tres, se volvió menos íntimo, siendo ahora más familiar.

Daemon iba hablando con todos sus familiares, como si de una fiesta se tratase. No le quitaba los ojos de encima a Missidia, se ponía tenso cada vez que algún hombre se acercaba a ella.
Missidia, se los sacaba de encima con cualquier pretexto.
La joven desapareció , cosa que hizo Aemond también, Daemon salió también, no le gustaba que su sobrino, estuviera detrás de Missidia.

Tras caminar , encontró a Aemond solo, aquello le alivió . Pero el Targaryen mayor, fue en búsqueda de la joven mujer, más o menos suponía saber dónde estaba.
Por eso se dirigió a la playa. La oscuridad total no existía, en aquella noche con estrellas, la luz de la luna brillaba con toda su intensidad, no hacía mucho frío.
Al acercarse más a la orilla, la divisó. El cabello rubio casi platino, brillaba con la luz de la Luna. Daemon trago saliva pues la joven estaba con el viso de lino de tirantes , Missidia se estaba dando un baño de agua de el mar, el hombre apretó el puño y se dio la vuelta, pero antes de irse le dijo:

— Dile a Xander que encienda fuego, o pasarás frío.— aquella voz la asusto aunque la tranquilizó al ver quien era.

— My rey, ¿Porque no me mira? — empezó a salir de el agua, Daemon lo sabía, ya que escuchaba la voz de ella más cerca, pero él, no la miró, encendió los crematorios , con un antorcha, pudo notar el aroma de la mujer acercándose a él.— Acaso ...¿no me desea?— Missidia que ya estaba cerca de él, seguía hablándole , Daemon apretó el puño. Tiro la antorcha lo más lejos y le dijo sin mirarla.

— Te deseo, más de lo que crees. Pero entiéndeme tú a mi— Missidia, se puso delante de él, el viso blanco de lino con tirantes que llevaba debajo de el vestido negro, se le pegaba a su cuerpo maduro. Haciéndole aún más hermosa a la luz de la luna. Daemon la miraba, no podía dejar de hacerlo. Aquellos ojos de ella, más negros que el azabache, se le clavaban en el alma.

— Si le entiendo — dijo ella al fin, le sonrió dulcemente— Fue un día y una noche agradable— le dijo la joven mujer— y se de sobra que ha salido detrás de nosotros por seguridad, no quiere que nadie me profané. — Daemon la abrazó.

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Solo una jinete +18 Daemon TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora