Solo una jinete +18 Daemon Targaryen

Rompiendose

Las alas de Xander, tapaban de nuevo a su jinete, Missidia, le había tomado cariño.
La joven llegó allí, a través de aquel collar, ahora con una grieta en su interior.
Tenía una vida, en otra dimensión, donde ella devoraba una y otra vez aquellas tierras impresas en un libro. Donde ella se había enamorado de un hombre ficticio, de que de alguna manera ella había enamorado.
El frío norte hacía que la nieve empezaba a calar en sus huesos, empezaba a tiritar, incluso con el fuego encendido y calor de el dragón.
— Vamos Xander, se que quieres que me vaya, pero no tengo a nadie, solo frío , solo ganas de llorar, tengo miedo de desaparecer, tengo miedo de volver a mi dimensión, y no poder borrar esto. — se mira sus manos, arrugadas por el agua, heladas por el frío, los cabellos de la joven mujer, que ahora caían de nuevo sobre su cara, se estaban cambiando de color, aún castaño oscuro. Ella se sonríe, ya que su verdadera yo, era de ese castaño , su nombre, era justamente como Daemon la llamaba, Missy— que dolorosa verdad, justamente me llama Missy, su Missy, diablos, lo que yo daría ahora por un cigarrillo, o por un buen polvo como solo él lo hace, dime Xander, como lo haré, como haré que todo lo vivido con él pueda vivir fuera de este lugar. Como podré olvidar ¿sus caricias? ¿Sus besos? Y a ti, ¿como podré vivir sin eso? — las lágrimas caían por sus mejillas, Missy se abrazaba a sí misma— como podré decirle a Daemon, que no soy de aquí, que no debería de existir, me estoy rompiendo en mil pedazos, me estoy rompiendo , porque no podré vivir aquí . — el rugido de otro dragón se escuchaba no muy lejos de allí— no , ahora no puedo verlo, y él no me puede ver, por favor Xander — se puso de pie, observándolo— llévame lejos, es Caraxes, y si él viene, su jinete también en sus lomos— como pudo, se sentó en la silla de montar, Xander alzó el vuelo, como si de su propia vida se tratase.

Daemon se estaba volviendo loco, antes de ir a buscarla, había discutido con todos sus familiares, incluso había afirmado de que Missidia era su amante, que la amaba, que hacía semanas , días que le hacía el amor, como a nadie se lo había hecho, en los ojos de Rhaenyra , no supo lo que encontraría , era totalmente a lo contrario que él se imaginaba, ella se culpaba, ya que no sentía ese amor que hace mucho tiempo no sentía por él.
Antes de irse, su sobrina esposa se lo dijo, que fuera detrás de aquella jinete, que no solo le calentaba la cama, también le calentaba el corazón cosa que ella nunca había echo.

Missidia, había aterrizado más cerca de lo que Daemon pensaba. Ya no había hielo, las montañas eran verdes, y las mariposas volaban cerca de ella.

El vestido que llevaba, lo llevaba mojado, si no sé lo quita sería capaz de enfermar. Por eso se lo quitó, quedando solo con aquel viso de tirantes, que mostraba sus curvas tan maduras. Xander alzó el
Vuelo la había dejado por un momento, necesitaba estar sola. La joven mujer, suspira. Aquel lugar, siempre será lo más hermoso que ha pisado. Si era virgen, al menos su parte ficticia lo era todo aquello era muy extraño y muy confuso.
Empezó a caminar y a cada paso que daba, sus zapatos hacían crujir la hierba que crecía a sus pies.

Daemon la buscaba como un loco, no podía perderla, no podía dejar de amarla, era extraño lo que sentía por ella, la amaba si, al principio solo era aquel aroma que lo atraía, ahora era ella misma. Si su hermano Viserys , estuviera ahora vivo, tal vez se reiría , o tal vez .
"- el Mayor de los Targaryen ahora pensaba en su hermano, en la falta que le hacía, aunque había echo millones de cosas que no le gustaba, como una de esas cosas era, casarse con su sobrina. 
Daemon, que estaba en la playa, pensando que en aquel sitio estuviera Missidia, allí fue donde se entregó a ella aquella noche que ella tomaba aquel baño a la luz de la luna en aguas saladas.
— ¿Donde estás mi Missy?— Daemon, se arrodilló en la arena, después de caer en esta, susurrando aquellas palabras. Había cambiado algo en él, que no sabía bien, lo que era.

Ambos se estaban rompiendo:
Él por no encontrarla.
Ella por no ir a buscarlo y contarle la verdad. Las horas se agotaban.
En la cabeza de Missy se escuchaba...

Tic tac ... corre a sus brazos...
Tic tac... Muere en paz...