Solo una jinete +18 Daemon Targaryen

Abriéndose

La joven mujer, se encontraba de nuevo en los lomos de Xander, cuando fue a buscarlo, al principio el Dragón, le echó la regañina, estuvo enfadado con ella durante un buen rato, pero igualmente la protegía , tapándola con una de sus alas, dándole calor.
— Lo sé, pero ya sabías a lo que hemos venido.— le acaricia la cabeza, y este último agradeció con un gesto— {sabes que ha crecido ese amor en mí}— susurro esto último— ¿podrías dejarme cerca de palacio?— con desgana eso hizo, salto al cielo, poniéndose a volar, el cabello de Missidia, parecía una cascada de plata , en aquel momento se sentía libre, por eso hizo algo que nunca había echo. Se soltó de las riendas que daba órdenes a Xander, y gritó al cielo todo lo que en ese momento sentía.
— ¡¡MÁS RÁPIDO, XANDER!!— y eso hizo el dragón, voló más rápido justamente cuando noto que su jinete tomaba de nuevo las riendas , Missidia no paraba de reír, la carcajadas casi se escuchaban en todo el reino, incluso Caraxes en ese momento se puso al lado de Xander, volando al lado de ellos, Missidia siendo rápida miró al jinete, y fue cuando lo vio. El Mayor de los Targaryen, había hecho acto de presencia. Con aquel hermoso Dragón.
Entre señas le dijo un claro sígueme .
Y ella lo hizo, aunque Xander no quería , las hormonas de su jinete en ese momento la guiaba , seguía a aquel par.

Rhaenyra en el palacio, estaba en el despacho, hojeaba los papeles que tenía en la gran mesa, era extraño que no estuviera allí Daemon , pero tampoco le importó, sus hijos la rodearon.

Tras descender ambos de los dragones, ambos se miraron, Daemon se iba acercando hasta la joven mujer, los dos dragones empezaron a volar de aquel lugar. Se encontraban en una cala, en ella las olas chocaban y se rompían una y otra vez, feroces contra las rocas. A los pies de aquel lugar, había una pequeña cabaña. Ella sonríe , al tener cerca de nuevo a aquel hombre, no podía evitarlo.
— Este lugar es...
— No se te ocurra decir, que es aquí donde traigo a mis putas. — la rodeo por la cintura, atrayéndola hacia su torso— no se te ocurra decir esas cosas, te prohíbo que digas eso, y ahora menos, ya que me perteneces.— la joven mujer puso sus manos en el torso de Daemon, claramente estaba agitada, por la proximidad a él.
— Daem ... no me gusta que me digas que te pertenezco, si estoy aquí es por... — Daemon olió el cuello de la joven, Missidia no pudo evitar gemir, al notar las cosquillas que le causó aquella cercanía.
— Tú olor... — fue ella la que se colgó en el cuello de él, Daemon la tomó en brazos , empezando a caminar hacia aquella cabaña.

"- se notaba claramente que antes había estado allí, la chimenea estaba encendida, y las velas adornaban el lugar. Incluso en la mesa auxiliar, tenía  una botella de vino con dos copas y algo de fruta. Era un lugar pequeño, pero perfecto para dos amantes. Había incluso una amplia cama de sábanas blancas y más a la derecha una bañera. Dejó a Missidia en el suelo, después de entrar, la joven se quedó sin habla.

— Hace unos meses descubrí este lugar— dijo cerrando la puerta tras de ellos— eres la primera mujer, que entra aquí. Y quiero que seas la única, mi Missy.— el silencio se hizo entre ellos, se escuchaba las olas, y el crujir de los pasos de ambos al moverse— no tendrá más de ... — Missidia , lo observo ahora, se acercó sin pensarlo , y le sonrió.

— Este lugar es perfecto... aquí podemos ...— ahora fue él, quien la atrajo más hacia su cuerpo, le devolvió la sonrisa.

— Perfecto para poder gritar, una y otra vez, mi nombre cuando llegues. — Missidia , bajó la mirada ahora al suelo, claramente ruborizada , Daemon con unas de sus manos, subió la barbilla de la joven mujer, casi obligándola a mirarlo, quería perderse , ser atrapado de nuevo por el abismo de aquellos ojos negros— amor, que no te de vergüenza, aunque adoro ver tus mejillas teñidas de ese color rosado. — ambos amantes, cada vez estaban más pegados, el calor de aquella chimenea, y la calidez de aquel lugar, los tranquilizaba y les dejaba ser ellos mismos.