Fuego

1.4K 77 0
                                    

Al ver cuando la joven entraba al comedor, después de Rhaenyra , todos se quedaron en silencio.

Daemon trago saliva, no podía dejar de mirarla , pero tubo que hacerlo obligatoriamente , sentía muchos sentimientos hacia aquella mujer. Odio, deseo, ganas de jugar con ella , usarla , tenia un olor tan exquisito que no sabía lo que era, pero no podía hacer aquello por educación y lealtad hacia su sobrina esposa. Pero al verla con ese vestido , y rodeada de los hijos de ambos, apretó el puño hasta dejarlo blanco.

— Mi rey, ¿dónde están los demás miembros de la familia?— pregunto Rhaenyra , el hombre solo le sonrió tomado la copa de vino que tenia en la mesa delante de él.

— Por favor mi reina, Lady Missidia, mis amorosos hijos. — se sentó en una de las sillas que estaban al lado de la de su esposa, cuando ellas se sentaban, ante todo era un caballero.

Missidia, algo tímida iba detrás de la reina, se sentó al lado de Daemon, que era la contingua a la de la reina , la misma Rhaenyra les sirvió , en ningún momento dejaba que lo hiciera la invitada, tal como se lo dijo.

'- tomaron y bebieron como si fueran amigos de toda la vida, así como una familia . Por un momento los ojos oscuros de Missidia, se pusieron tristes. Aquello llamó la atención de Daemon, que era mucho más observador que su esposa. Después de acabar. Recogieron , Rhaenyra , se levantó para acompañar a sus hijos a dormir, ambos , se quedaron en la sala. Él fuego de el lugar estaba avivado, así como las mejillas de la joven.
Daemon se puso en pie. Sentía aquella tentación tan a flor de piel, que lo intentaba ocultar.
— Entonces My lady... brindemos de nuevo— tomo de nuevo su copa, Missidia lo imitó— se que no me dira quién es usted. Se que por las malas no lo hará. — se puso en pie, dejando su copa en su lugar, se levantó y se dirigió de nuevo a una mareada Missidia

Cuando estuvo cerca de ella, pudo ver como tragaba saliva, también noto algo extraño de ella que le llamó la atención

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando estuvo cerca de ella, pudo ver como tragaba saliva, también noto algo extraño de ella que le llamó la atención. Se acercó ahora a ella, colocándose delante , para ponerse de rodillas, le quitó la copa de vino dejándola en el suelo, se volvió de nuevo hacia ella , colocó las manos en las rodillas de ella para separar las piernas de la joven, ella se encontraba mal— es hora de dormir , Lady.— la joven puso la cabeza en el hombro de él contrario, tomándola en peso, Daemon sonrió, podía hacer lo que él quisiera en ese momento, pero...

La joven lo veía todo de el revés, solo se encontraba bien cómoda en los brazos de aquel hombre, estaba bajando la guardia, pero aquella bebida la había dejado fuera de combate, estaba a la merced de aquel hombre, que sentía algo extraño.

Daemon se llevó a la joven a los aposentos de esta última , la tumbó en la cama, para quitarle los zapatos, se sentó en la cama, para observarla. Estuvo tentado en besar sus labios, estuvo tentado en muchas cosas que en ese momento se le pasaba por la cabeza, estuvo tentado en subirle la ropa hasta la cadera, estuvo tentado en

— (Basta)... — sus ojos iban a cada rincón femenino de aquella mujer, miraba aquellos labios sensuales de mujer, de esos que desean ser besados, Daemon cerró los ojos y antes de hacer cualquier cosa , se levantó y salió de aquel lugar, era frustrante y a la vez raro ya que quería hacerla suya, aunque la odiara.

Missidia, solo suspiró.

Solo una jinete +18 Daemon TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora