Familia.

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¿Alguna vez me amaras?
Seguramente no, pero no puedes evitar que yo lo haga. No puedo olvidarte jamas lo haré te conservaré como un lindo recuerdo de lo que podríamos haber sido, y te superaré.

Aome despertó despacio en una cama y cuarto desconocido para ella

Donde?...¿donde estoy?

Miro un lado y al otro confundida y adormilada hasta que lo que pasó el día anterior llegó como un meteorito a su cabeza

-suspiro–castillo de Sesshomaru

Se acostó creyendo que era un desperdicio despertar tan temprano, miro su reloj 5:00am

No volveré a dormir¿Cierto?

Hace mucho que no lo hacía llevaba más de una semana cubierta entre pesadillas.

Se levantó pesadamente tenía una manta de piel de lo que parecía un tigre en los hombros, abrió la puerta y salió de la habitación flotando, bostezo abriendo la puerta corrediza que daba al balcón del pasillo recostándose en el barandal, el sol aún no salía como si todavía fuera de noche, las estrellas estaban desapareciendo apenas; una brisa helada la dejo tiritando y con la firme decisión de volver a su cama, miró al otro balcón antes de irse topándose con una melena larga y blanca como la nieve, tan fina y lacia como hilos de seda, la miró hasta toparse con una mirada dorada.

Sesshomaru miró fijamente a la miko, llevaba otra vez sus ropas raras la parte de arriba era corta y rosa con lunas, la parte de abajo extrañamente era un mono igual.

Aome se puso nerviosa viendo cómo el albino miraba su pijama rosa de lunas, llevaba una camisa de tirantes y un mono largo, junto con la manta atigrada en sus hombros.

Aome –b-buenos días sesshomaru-san

En un parpadeo el daiyokai estaba en el balcón a su lado, aome por inercia se movió dos pasos lejos de el lentamente.

Sesshomaru –los humanos no están despiertos a estas horas - hablo mirando el horizonte

¿Eso es un "vete a dormir es muy temprano"?

Aome –no soy una humana muy normal.- hace rato se había resignado a que la llamara humana o miko. –mi sueño no es como el de otros.

Sesshomaru –hump -otra brisa paso moviendo los cabellos de ambos

Algún día trenzare esos cabellos blancos.

Una voz en su cabeza le dijo "sigue soñando"

Qué estúpida eres aome, ¿Qué estas pensando? El frío seguramente te daño el cerebro.

Aome –nos vemos en el desayuno - se despidió, le parecía incorrecto no hacerlo.

Yako –«¿Y eso pa' cuando? Tengo hambre»-lloriqueo

Sesshomaru –«callate»- su estómago gruño

Para la suerte y desgracia de Yako y sesshomaru aome lo oyó.

Así que tiene hambre.

Una gotita de sudor paso por su frente.

La Dama Del Oeste (sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora