El castillo del oeste.

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Shippo y rin estaban durmiendo plácidamente en los brazos de Sesshomaru mientras volaban, aome iba a su lado flotando junto a las mochilas. Llevaban un rato de esa forma, de echo ella no sabe con exactitud como terminó shippo en los brazos del albino.

Aome –sesshomaru-san ya te dije que los podía llevar yo - dijo mirando a los niños dormidos –sera fácil. - intento de nuevo pero el daiyokai solo la ignoro

Sesshomaru –yo los llevo.- tampoco sabía cómo terminó cargando a ambos niños pero ya estaban ahí así ya qué.

Aome –esta bien. - suspiro rindiéndose

Aome miró al albino que tenía su típica expresión fría.

Sesshomaru.

Y como si lo hubiera llamado volteó a verla

Aome –o-oye sesshomaru ¿Porqué me llevas contigo? No tenías porque, hoy simplemente me fueras dejado en la aldea, Pudiste incluso dejarme en aquel campo cuando Naraku ataco. Así que ¿Por qué? - no le replicaba nada, más bien estaba confundida de como un demonio tan fuerte como él la podía "querer" a su lado.

El albino oyó el tono confundido en su voz mientras ella fruncía el ceño perdiéndose un poco entre sus pensamientos buscando alguna razón o causa.

Sesshomaru –no preguntes cosas que no se.

Aome –lo siento. - bajo la cabeza sumisa, estaba algo confundida pero ya mirando al otro sabía que estaba tan confundido como ella.

Lo que pregunto lo dejo pensando y era verdad ¿Por qué la llevaba con el? No tenía porque y aún así lo hacía; todo lo que hacía tenía una razón aunque fuera caprichosa, egoísta o malvada. El caso es que siempre había una causa. Pero esta vez era extraño no tenía una razón, al menos no una que supiera, aunque de cierta manera sentía que ella debía quedarse con él. Cuando Inuyasha grito "¡No irá contigo! ¡Aome se quedará aquí donde esta a salvó! ¡Conmigo!" Su cabeza repitió una y otra vez... se quedará conmigo. Solo pensaba {¿Dejarla con el? No. Definitivamente no.} Por alguna razón el y su demonio interior no estaban muy de buenas, sus colmillos empezaron a crecer hasta llegar a su labio inferior, la marcas en sus mejillas empezaron a agrandarse y la luna en su frente pálpito dolorosamente. El deseo de matar a su estúpido hermano menor aumento al ver cómo la sujetaba. Pensar en esas escenas solo lo ponía de malas.

Yako –«lo he decidido»

Sesshomaru –«¿qué?»-pregunto curioso

Yako –«esa humana será nuestra hembra, nuestra esposa»- sentencio

Sesshomaru le pegó un zape mental a su demonio interior.

Sesshomaru –«cierra la boca»

Yako –«la violencia no es buena»- mientras se soba–«y ya lo decidí es la oportunidad perfecta, el chucho que tenemos de hermano la abandono por la odiosa muerta de barro. Mirala es una diosa y definitivamente será nuestra»- "miró" de reojo a la azabache

Sesshomaru –«no. es una Miko una humana además de la mujer del pulgoso, es la peor opción»

Yako –«no le pertenece al imbécil de Inuyasha - dijo con enojo algo celoso –su mujer es la muerta ésa. Además ya lo pensé, y mucho. es fuerte... nos dará buenos cachorros, tiene carácter ademas de ser distinguida y elegante, es perfecta y va ser nuestra hembra. prepárate sesshomaru»

La Dama Del Oeste (sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora